Había una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...
Conforme pasan los días, André se pone más ansioso al estar tratando de descifrar en que parte del castillo podría estar Merlín, el mago más poderoso del mundo. Si Norah estuviese a su lado, estaría haciendo millones de preguntas acerca del mago, luciría tan intrigada y curiosa. El príncipe de hielo sonríe al recordarla, porque eso es lo único que tiene de ella, sus recuerdos, pero no será por mucho tiempo.
Camina hacia su enorme escritorio y se sienta en la silla. Mira todo a su alrededor y nada ha cambiado; hace más de un mes que había pisado por última vez su habitación, ahora esta tan vacía. Trata de controlarse y evitar sus sentimientos negativos, esos que lo convierten en un verdadero monstruo. Une todas sus fuerzas para tranquilizarse, pero eso se ve eclipsado cuando Claudius entra a su habitación apunto de un desmayo.
— ¿Qué pasa?
— André... —Claudius trata de decir algo, pero le es difícil explicarlo—. Tienes que verlo por ti mismo, en la oficina del rey.
Ambos príncipes salen corriendo, recorrer el laberinto de pasillos que conocen tan bien y en segundos llegan hasta la oficina de su padre, hay mucho revuelo en el pasillo y dos guardias custodiando la entrada, pero apenas y los ven a ellos los dejan pasar.
Dreagan se pasea de un lado a otro, Amelia está sentada en su habitual sofá rojo y a un lado está Eugene quien parece no entender lo que ocurre, en cambio Elian está sentado frente al escritorio del rey, mirando cuidadosamente un extraño cofre.
— ¿Qué pasa? —pregunta André.
— Te ha llegado un paquete —dice Dreagan entregándole una nota—. Léela —André toma el pequeño sobre, lo único que extrae de allí es una pequeña nota, que dice:
'Te entrego el corazón de tu princesa. No me he arriesgado en vano para que, tu André, sepas donde cuidarlo y así, se pueda cumplir la tercera profecía y la profecía de los malditos'
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— ¿Pero qué rayos...? —Elian le señala el cofre, al acercarse lo abre y ve un corazón... latiendo.
— Está hechizado —dice el demonio—, pero es magia blanca.
— ¿Pudo ser Iván?
— Es un hechizo muy poderoso, hijo —dice Amelia.
— No fue Dominic, quizás un híbrido... —todos niegan a lo que el príncipe dice.
— Es un hechizo de protección —dice una voz, André inmediatamente se voltea y ve al mago más poderoso que existe.
— ¡Merlín!
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