Agazapada en el rincón contrario en el que se encuentran los príncipes, los observo. André intenta despertar del todo a Claudius y cuando lo consiguen se entablan en una conversación, no pongo mucha atención porque estoy demasiado preocupada en quedarme aquí sola con Claudius. Pero lo que más me deja intrigada es: ¿Por qué André tiene que ir a la ciudad? O ¿Por qué me pidió que cerrara una herida cuando él está muerto? ¿Puede morir desangrado? Sería imposible porque tienen la gema de la inmortalidad, ¿no? Aunque eso da igual, si el príncipe de hielo se va, yo hubiese tenido una posibilidad de buscar en la biblioteca; pero siendo sinceros no creo que un mapa este en la biblioteca, en todo caso estaría en el despacho del rey. Dreagan debe de tener eso en su poder.
Entrar en esa habitación supondría todo un reto, debe estar custodiada por alguien; Dreagan siempre dice que no hay que confiar en nadie, pero aun así son fieles entre ellos mismos, no entiendo. De repente ambos príncipes se ponen de pie y eso me altera un poco, Claudius se recarga contra la pared y trata de componerse un poco, y André viene hacia mí.
— ¿Estás bien? —se acomoda a mi lado—. Confía en mí, estarás bien con Claudius.
— Necesita sangre, me matara y cuando tú regreses solo encontraras mi cuerpo —las lágrimas caen por mis mejillas sin poder controlarlas—. No me dejes aquí.
— No puedo llevarte al exterior —pone ambas manos en mis mejillas y las acaricia—. Estarás bien.
— La cuidare, no te preocupes —Claudius se acerca, se pone en cuclillas y su rostro esta serio—. Jamás ha sido mi intención lastimarte Norah, al principio sí, pero me he adaptado al olor de tu sangre...
— ¿Entonces por que ibas a morderme aquella vez?
— Quería que dejaras de pensar en lo que decían los pergaminos —suelta un sonoro suspiro, se deja caer a un lado mío y pega su espalda a la fría pared.
Instantáneamente un sentimiento de inseguridad, angustia y terror inundan todo mi ser, miro a André y algo me dice que algo no anda bien, espero a que los príncipes se dignen a hablar. Ellos se han dado cuenta de que yo presiento algo y como es habitual en ellos, comienza a lanzarse miradas, como si se comunicaran con solo mirarse a los ojos. Pero a mí no me dicen nada.
— Tengo que irme.
— ¡No! —tomo fuertemente de la mano sana de André.
— Estarás bien, no puedo dejarte sola.
— Entonces llévame contigo, no huiré, te lo prometo —sigo tomando con fuerza su mano, no lo soltare hasta que se frustre y cambie de opinión.
— Norah...
— Por favor.
— Estarás bien —es lo único que dice, después me da un beso en la mejilla, se pone de pie y rápidamente abandona la mazmorra.
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My Immortal (Fény 1#) | EN EDICIÓN
VampirosHabía una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...