Había una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...
Llegamos a un club nocturno llamado "GRID", muy lejos de donde está el "Charmed Woodland", la música electrónica se escucha a reventar desde afuera, así que no imagino cómo estará adentro. La buena noticia es que Iván conoce a los guardias del lugar, pues cuando nos acercamos, el demonio le hace señas al guardia y ambos se saluda. El tipo nos hace pasar y una chica vestida con un cinturón como falda nos acompaña hasta una mesa en la sección VIP, como propina Iván la besa por un largo tiempo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No sé como sentirme al respecto, así que desvió mi mirada y me concentro en buscar una presa. Desde aquí hay buena vista hacia todo el club porque estamos en alto. La pista está abarrotada así que me concentro en los chicos que están en las mesas.
Iván, se acerca a mi oído y con gritos me pregunta que quiero tomar, no se mucho de bebidas pero pido algo con frutas. El demonio asiente y la chica, de la minifalda de cinturón, aun sigue aquí, supongo que ella nos atenderá por qué se va cuando Iván le dice nuestro pedido y en minutos llega con él, muy eficiente.
Por varios minutos me dedico a observar a la gente del club mientras Iván se come a besos con la chica. Inmediatamente doy un salto en mi lugar al sentir unos brazos rodeando mi cintura. Volteo a ver quién es y me encuentro con un chico coreano bastante guapo, pero me mira con lascivia y obviamente se ve que esta ebrio. Me dice algo, pero no le entiendo.
― Tu vestido está roto ―dice arrastrando las palabras mientras lo alejo de mi.
― Así es ―miro a Iván, pero él está decidido en comerse a la tipa.
― ¿Quieres bailar guapa? ―pienso por un segundo que debería hacer. Uno: soltarle un bofetón; dos: matarlo.
― No ―me voy por la opción menos contemplada: la cortesía.
― Tus piernas son lindas ―quito inmediatamente sus manos de mi, pero no se va―. Podrías rodear mi cintura con ellas mientras te...
― ¡Lárgate! ―suspiro de alivio cuando Iván lo toma de la solapa de su chaqueta y lo avienta, pero el chico ebrio está decidido.
― ¡Tienes dos chicas, amigo! ―grita, intentando acercarse a mi―. Si quieres, podemos hacer un cuarteto...
Iván proyecta su puño en la mandíbula del chico, que cae en seco. Inmediatamente se acercan dos chicos y tres chicas quienes parecen ser sus amigos, uno de ellos se disculpa y rápidamente se llevan a su amigo ebrio.
El demonio se gira para mirarme, asiento contestando a su pregunta silenciosa de si estoy bien. Él también asiente y me hace señas para que vayamos a la pista, me niego pero insiste. No estoy de humor para bailar, pero me complace saber que Iván tampoco tiene intenciones. Ha comenzado el plan B, ya que ninguno se ha concentrado lo suficiente en buscar una presa en el interior del club. Recorremos todo el lugar hasta llegar a la barra y poco a poco nos vamos acercando a la puerta trasera.
