[Elian]
La sombra mira pensativo hacia la cama, donde su esposa trata de descansar. Hace veinticuatro años que lo habían separado de Eugene y ahora que regresa a él, es totalmente diferente. El hada lleva días sin dormir, prácticamente desde que llegaron al castillo, Eugene ha dormido cuatro horas en una semana.
Elian se pone de pie, se arrodilla junto a ella y comienza a acariciar su cabello; antes eso la relajaba mucho para dormir, cuando tenía una de sus visiones y las pesadillas la atacaban los días siguientes. Ahora, parece la misma situación, pero mucho más grave.
— Duerme, cariño —susurra Elian—. Te prometo que Iván y Victoria estarán pronto con nosotros.
— No prometas nada... que no cumplirás.
— ¿Has tenido una visión? —el hada asiente—. ¿Qué has visto, Eugene?
— A Victoria —lágrimas aparecen en sus ojos—. Dormida, en el interior de una cueva.
— Pero podemos hacer algo...
— Si alguno de ellos muere —Eugene se levanta bruscamente—. Yo moriría, me los han quitado por veinticuatro años... yo, simplemente...
— Shhh, tranquilízate —la sombra abraza a su esposa, mientras comienza a arrullarla—. Tienes que dormir.
Elian se sienta a lado de Eugene y la atrae más a sus brazos, hasta que minutos después el hada se calma y se queda dormida, pero Elian sabe que no por mucho. Así que sale de su habitación, los mismos guardias que alguna vez cuidaron a Norah, ahora los cuidan a ellos; la sombra pide ser llevada a la biblioteca del castillo, donde se supone están André, Su Yeong y Rumpelstilskin
Al llegar a la biblioteca, se da cuenta que todos los presentes lo esperaban a él, pide disculpas por llegar tarde y se sienta en uno de los sofás. En ese mismo instante aparece Merlín en medio de la habitación, hace una reverencia y examina a todos con una mirada expectante. Elian es el primero que se desespera y pregunta:
— ¿Cómo contactaremos a mis hijos?
— Es una buena pregunta para comenzar —dice el anciano asintiendo y sentándose frente al demonio—. Necesito un poco de tu sangre y la de tu esposa.
— ¿Para qué?
— Existe una poción muy poderosa, combina tu sangre y la de Eugene, porque es la misma que corre en las venas de tus hijos —explica el mago de forma optimista—. Alguien entrara a la mente de ambos chicos bebiendo la poción que haré y podrá hablar con Victoria o Iván.
— ¿Quién será el afortunado? —pregunta Rumpel.
— ¡Yo! —dice Elian a la vez que el príncipe André—. Son mis hijos.
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My Immortal (Fény 1#) | EN EDICIÓN
VampirosHabía una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...