Capítulo 27

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Por media hora, más o menos, he interrogado al príncipe de hielo para que me diga la verdad, pero es que siempre dice lo mismo. Colmillos y alas, es lo unció que contesta. Mi cabeza está a punto de explotar, mi espalda repentinamente me escuece como si me hubiera quedado por horas bajo el sol y siento raro el estomago.

Todo mundo ha venido a verme, Claudius, Violet y otra vez Iván y todos dicen lo mismo que el príncipe. Colmillos y alas, colmillos y alas, y más colmillos y más alas...

― ¡Con un demonio dime la verdad! ―exploto aventando lo primero que tengo a la mano, una lámpara y se proyecta contra la pared―. Yo no soy ningún vampiro o hada.

― Cálmate Norah ―se acerca Violet―. Sé que estas alterada...

― ¿Oh, en serio?

― Usaremos la poción de Iván en ti.

― ¿En mi? ―espeto furiosa.

― ¡Por favor ya cállate! ―grita Claudius.

Algo en mi interior se rebela y estoy por gritarle al príncipe pero algo me detiene, otra vez me siento extraña. Tengo un presentimiento, una corazonada; inmediatamente miro a Iván quien tiene una mano en su pecho.

― Debemos irnos Victoria ―dice él―. Los cazas del Inframundo... están aquí.

― ¿Qué? ―pregunta André.

― Tome a su princesa alteza, tenemos menos de cinco minutos ―Iván entra al baño para salir con una enorme mochila―. ¿Nos vamos o qué?

― Estas muerto si das un paso en falso.

André enfatiza su amenaza alargando sus colmillos y siseando hacia el demonio. Después me toma en brazos, sin antes cubrirme con mi capa y la suya; todos acuerdan materializarse a cincuenta kilómetros al sur, donde se supone hay un portal. Vamos al patio trasero, el sol ha salido pero no calienta absolutamente nada. Violet corre hacia alguna parte de la casa para hacer no se qué.

Esperamos algunos segundos hasta que la vampiresa regresa y da un asentimiento de cabeza. Repentinamente se escucha un ruido extraño, quizás son los demonios, pero no. André mantiene su mirada hacia el cielo. Miro hacia arriba y se ve extraño, como bruma siendo despejada.

― Es un escudo de hechizos ―explica el príncipe.

― ¿Estaremos bien? ¿No nos encontraran?

― Nada te ocurrirá, te lo prometo ―aprieta sus brazos sobre mi cuerpo―. Aguanta la respiración. ¿Lista?

Mi corazón late demasiado apresurado, la presión permanece al igual que el cuervo negro en mi pecho, respiro hondo dos veces y a la tercera aguanto la respiración mientras desaparecemos.

Aparecemos en medio de una conífera, absolutamente todo esta blanco por la nieve y los incesables temblores atacan mi cuerpo. El príncipe de hielo me abraza más fuerte, yo intento esconder mi rostro en su cuello pero el aire se filtra por la capa. Moriré de frío, eso es seguro.

― Tenemos que salir de los límites del reino ―dice Claudius―. ¿Y si vamos al Reino de los Guardianes?

― El Inframundo atacara a los guardianes si yo pongo un pie en su reino, ellos me ayudaron a escapar de la mistress ―explica Iván apretando los dientes.

― ¿Y si vamos con las Ninfas? ―propone Violet pero, siento como André niega.

― No podemos regresar a Fény.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora