Capítulo 67

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              No he dormido en toda la noche, ya ha amanecido y veo como la luz del sol lucha por meterse al sótano a través de la ventana con tablas, miro como los pequeños rayos de luz cambian de posición conforme pasan las horas hasta que vuelve a anochecer. Escucho los pasos de alguien bajar de las escaleras, es Iván quien trae una bandeja con comida, pero aun está intacta la que me trajo hace horas. Su rostro luce preocupado y es porque se ha enterado de lo que ha descubierto el Arcángel.

Se sienta a mi lado y pasa un brazo sobre mis hombros, recargo en mi cabeza en él y cierro mis ojos. Solo de pensar en la traición de Dominic todo mi sistema se envenena y me dan ganas de regresar al Inframundo tan solo para matarlo con mis propias manos o mejor aún, sacarle el corazón como supuestamente él lo hizo conmigo.

Respiro profundo e intento calmarme, pero el dolor aun sigue constante y siento que mis órganos se retuerce poco a poco. Miguel tenía razón, mi bebé nacerá en horas, probablemente. Ahora mi vientre luce de seis meses y no deja de crecer.

— No te asustes —dice mi hermano.

— No quiero que le pase nada a mi bebé... yo no lo lastimaría.

— Dominic se aprovecho de que estabas sedienta —Iván acaricia mi cabello—. Tú no tuviste la culpa.

— Si fue mía —me encojo de dolor al sentir otro espasmo—. Solo mía

— No, nunca ha sido nuestra culpa, nos han tratado como marionetas —dice Iván entre dientes—. Nos hacen como se les da su gana, así que no digas que es tu culpa. El bebé estará a salvo.

— No... nunca estará a salvo... nunca conmigo.

— Victoria... —niego y me quito a Iván de encima.

— Vete, por favor... y llévate la comida.

— Necesitas alimentarte.

— Vete.

Iván me mira serio, pero aparto mi mirada y me vuelvo a encoger, aguantando el dolor de los espasmos en mi vientre y sintiendo como mi piel se estira a cada segundo.

***

Pasan los minutos, yo no me muevo y permanezco en la misma posición, ahuyentado a todo quien viene hablar conmigo incluida Ilea. En algún momento Spector decide ir a la ciudad no entiendo para que pero varios se van. Cuando escucho el motor de un auto decido salir del sótano, con mucha dificultad me levando, camino arrastrando mis pesados pies hacia las escaleras.

Aprieto los dientes mientras subo cada tablón de madera, recorro la sala de estar y me encamino hasta las habitaciones, le he dado vueltas al asunto, se que conmigo el bebé nunca estará bien y menos ahora que Lilit está seguramente recuperando fuerzas y vendrá con todo para matarnos. Aunque supongo que Iván y yo hemos pasado a segundo plano al saber que su amado Spector la ha traicionado. Pero nada cambia, mi hermano y yo seguimos en el juego y sé que no descansara hasta matarnos, ese es el único pensamiento que me motiva para subir al segundo piso.

Voy hacia donde esta André, su puerta esta entreabierta pero no me detengo, al entrar lo veo frente a Esmerald, él luce enojado y ella también; cuando ambos me ven no muestran ninguna reacción, en especial el príncipe y entiendo porque me mira así, yo también me miraría con cara de asco al ser tan estúpida como para dejarme engañar por ese mago. Miro a Esmerald pero no parece que se vaya a ir de la habitación, cierro mis manos en un apretado puño, tomo una respiración profunda y me dirijo hacia André.

Él baja su mirada a mi vientre y rápidamente aparece una arruga en su frente, está preocupado por el bebé.

— Yo... —miro al príncipe de hielo, su rostro se vuelve serio justo como el primer día que lo conocí— lo siento.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora