Guardé mi automóvil en el garaje, e ingresé a casa, en la sala se encontraban las 21 muchachas mas ruidosas que he visto. Todas voltearon para verme.
-¡hola!- dije sonriendo mientras caminaba hacia la sala donde se encontraban. Traían con ellas, cajas y revistas. ¡Esto va a tomar un largo tiempo!.
-¿donde estabas?- dijo Kim. ¡Vaya, a mi amiga le gusta interrogar!.
-¡fui al cementerio!, se cumplen 3 meses de la muerte de mi padre.
-¿estuviste cuatro horas en el cementerio?- dijo incrédula.
-¡Clara dijo que no habías venido a almorzar y pensó que estabas con nosotras!, y nos preocupamos.- dijo Jessica. ¿Que digo?.
-¡Emmm bueno, fui a almorzar y luego fui al cementerio!, ¿eso que importa?, ¡estoy aquí!- dije tratando de convencerlas.
-¡de acuerdo!, ¡mira las ideas que tenemos!- dijo Kim enseñándome una revista.
-¡suban a mi habitación, le pediré a clara algo para beber!, Kim tu sabes donde es.- dije y todas se pusieron de pie y tomaron sus cajas y revistas, mientras yo me dirigía a la cocina.
Una vez en allí saludé a Clara.
-¿puedes prepararnos unos jugos naturales?, ¡por favor!, ¡somos veintidós!- le sonreí- ¡gracias Clara eres la mejor!- la abracé y salí de la cocina. Subí a mi habitación, las chicas se encontraban distribuidas en la alfombra formando un círculo, tomé asiento al lado de Kim y Sophia.
-¡invitaremos a todos los muchachos de Harvard! ¡Y a los populares de nuestra escuela!, y de los suburbios de alta sociedad.- dijo Kim sonriéndome, mientras esperaba expectante mi respuesta.
-¡mejor invitemos a todos, no solo a los "populares", de nuestra escuela!- dije y al instante me arrepentí, al ver la expresión de todas al oírme. ¡Debo decir algo! -¡es que quiero que asista mucha gente!- sonreí nerviosa y todas me sonrieron. ¡Que alivio!.
-¡bueno, está bien!- dijo Kim.
-¿que dicen si es en el Parque privado de la ciudad, hay mucho espacio y piscina!- dijo Peyton enseñando una revista. ¡Me parece una idea genial!, ¡Amo las fiestas!, ¿Matt vendrá?, ¡a el no le gustan mucho!, ¡a lo mejor no se sienta cómodo!.
-¡Ally!, ¿tú que dices?- preguntó Peyton.
-¡creo que es una estupenda idea!, ¿de cuántas personas hablamos?- pregunté animada.
-¡alrededor de dos mil!- dijo Sophia con una calculadora en mano. ¡Vaya, son muchas personas!, ¡eso me gusta!.
-¡excelente!- dije y sonreí.
-¡muchachas manos a la obra, debemos preparar dos mil invitaciones!- dijo Kim rebuscando en una caja.
-¿y cómo saben quienes son los invitados?- ¡es verdad!, apenas debo conocer a cien. ¡Pero amo las fiestas grandes!, ¡es lo único que puedo agradecerle a mi madre, por introducirme al mundo "popular"!.
-¡aquí está la lista!- dijo Charlotte enseñándome una gran lista.
-¡de acuerdo!- dije y nos pusimos a preparar las invitaciones. Clara trajo los jugos, y continuamos organizando todo. Las chicas se quedaron hasta altas horas de la noche y luego de una rica cena, se fueron.
Tomé un baño y me fui a la cama.
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Hermoso día en Boston y ya estaba lista para salir de casa, luego de un abundante desayuno y mis píldoras de hierro.
Salí en mi automóvil y me dirigí a la escuela. Cuando estuve allí, aparqué mi automóvil en mi lugar de siempre y cuando me disponía para ir a donde se encontraba Matt, todas las chicas aparecieron en mi camino. Matt se encontraba respaldado en la pared de la entrada de la escuela sonriéndome divertido al ver mi expresión cuando las chicas aparecieron. ¡No he estado con Matt desde ayer en horario de almuerzo!, ¡desde que lo conozco nunca he pasado tanto tiempo separada de él!.
Las muchachas me entregaron una cantidad de invitaciones y se repartieron las demás entre ellas.
Comenzamos a repartir invitaciones y todos se emocionaban, ¡es solo una fiesta!, pensaba para mi. Sonó el timbre e ingresamos al salón, comencé a repartir algunas invitaciones y cuando estaba por entregar la de Matt, Brandon me susurró fugazmente al oído- ¡no te atrevas a invitarlo, o lo mataré en la fiesta!- un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, de tan solo pensarlo siento que me desmayaré, no quiero que nada le suceda a Matt. ¡Entrégale la invitación luego Alicia, Brandon no notará la presencia de Matt en la fiesta!, dijo mi subconsciente, que en esta ocasión me ayudaba. Guardé la invitación en mi bolso y continúe entregando las restantes. Tomé asiento y me aproximé a Matt, pero este estaba serio, con expresión indescifrable. ¿Que sucede ahora?.
-¡hola!- dije suave y en vos baja ya que la profesora había iniciado la clase.
-¡hola!- respondió sin siquiera voltear.
-¿que sucede?- pregunté, ya que no se que le sucede exactamente. Miré a Matt expectante esperando su respuesta.
-¡McCourny, guarde silencio!- dijo la profesora, retomé mi lugar y solo escuché la clase. ¡Diablos, no soporto que Matt no me dirija la palabra!, ¿que hice?. Lo miré varias veces durante la clase y el ni siquiera me a dirigido la mirada.
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Terminó la clase y antes de que Matt se pusiera de pie, lo sujeté de la mano y le dije -¡quédate!- Matt suspiró de mal modo, pero permaneció en su lugar. Todos salieron del salón.
-¿que sucede?- pregunté sin rodeos. Matt continuó sin mirarme.
-¡tú sabes que me sucede Alicia!- dijo sarcástico.
-¡es obvio que no lo se!, ¡de otro modo no estaría preguntándolo!, ¡dime!- dije autoritaria.
-¡es obvio que te avergüenzas de mi!- dijo con un tono triste. Se me cae el corazón a los pies.
-¿qué?, ¡no! ¿Cómo puedes siquiera pensarlo?, ¡Matt tu sabes que te quiero y no me avergüenzo por eso!- dije colocando ambas manos alrededor de su rostro.
-¡es que tu, me niegas ante tus amigas, ante todos! ¿Tú cómo te sentirías?- dijo un tanto frío. ¡En este momento no se si deba decirle que Brandon me amenazó!.
-¡Matt cariño, yo puedo explicarte!, ¡y prometo que lo haré!, pero aquí no.- miré a mi alrededor. ¡Espero que no haya nadie!.
-¡no comprendo!- dijo y en su mirada se notaba el desconcierto.
-¡debo ir a entrenar!, ¡luego de eso podemos hablar bien de esto! ¿Que dices?- dije y por fin los ojos de Matt encontraron los míos. Inmediatamente mi fierecilla se sintió bien, y al ver su celeste ya cálido, me fue posible no sonreír. ¡Amo los ojos de Matt!.
-¡de acuerdo!- dijo aun un poco serio, pero con expresión más suave.
-¿puedo besarte?- dije rogando porque dije que "si", estar tan cerca de los labios de Matt y no poder besarlos, es una tortura. El sonrió de acercó a mi, colocó su mano suavemente en mi nuca y me dirigió a su boca. Invadí su boca con mi lengua y el la mía con la suya. Fue como un beso se necesidad, mezclado con hormonas. ¡Mi fierecilla se descontroló al sentir el mínimo contacto con los labios de Matt!.
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Mentiras Piadosas
RomanceAlicia es una muchacha muy atenta, delicada y dulce quien acaba de perder a su muy amado padre en un accidente automovilístico, en donde no se conoce al causante de su muerte. Ella convive con su madre quien es completamente manipuladora, extorsiona...