CAPÍTULO 22

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Salí de los cambiadores, ya con mi uniforme de entrenamiento puesto. El sol se encontraba ardiendo muy fuerte, haciendo casi imposible estar bajo el. Pero aún así El entrenamiento iba muy bien, las chicas estaban haciendo abdominales y yo estaba a cargo de su rutina de ejercicios. Matt se encontraba a lo lejos, fuera del campo de juego en donde entrenamos junto con algunos de los novios de las chicas del equipo.
Comencé a sentir un fuerte dolor de cabeza, casi insoportable. ¡Necesito ir al baño!.
-¡chicas ya regreso!, ¡Kim quedas a cargo!, son 90 flexiones de brazos y 30 minutos de trote.
-¡de acuerdo!- dijo y se puso de pie tomando mi lugar, mientras yo me dirigía a los baños del gimnasio.
En el momento que ingresé al baño, sangre comenzó a salir de mi nariz en gran cantidad. Me dirigí a los lavabos y comencé a lavar la sangre de mi rostro. ¿Que me sucede?, siento que me voy a desmayar en cualquier momento, es como un cansancio extremo repentino. Sentí que la puerta se abrió pero no volteé. Matt apareció al instante a mi lado. ¿Que hace aquí?, es el baño de mujeres. Por mas que Matt sepa lo de mi maldita anemia, que me vea en estas condiciones es muy vergonzoso. Tomó unas toallas de papel e hizo que lo mirara.
-¡mira hacia arriba y deja que presione un poco para detener el sangrado!- dijo y yo hice exactamente lo que me pidió. Presionó un poco mi nariz.
-¡nena sujeta la toalla con fuerza sobre tu nariz!- sujeté la toalla y Matt comenzó a limpiar mi rostro.
-¡muchas gracias!- dije.
-¡no debes agradecerme preciosa!, ¡sabes que yo te cuidaré!, toma asiento- acercó una silla y me dirigió a ella. Tomé asiento y Matt se ubicó a mi lado y volvió a sostener la toalla.
Quitó la toalla y el sangrado ya había terminado. ¡Me desmayaré en cualquier momento!.
-¡Matt, no me siento muy bien!- dije con un tono muy bajo.
-¿tienes tus píldoras de hierro cariño?- se puso de pie.
-¡están en mi casillero!, es el número uno y su combinación es 1819.
-¡de acuerdo!, ahora regreso preciosa.- dijo y prácticamente salió corriendo hacia los casilleros.
Regresó al instante con mis píldoras, traía con el una botella de agua también. ¿Cómo hace para conseguir todo eso?.
Me entregó una píldora y la botella de agua. La ingerí y continúe en mi lugar.
-¡cariño vámonos!- se arrodilló frente a mi, que continuaba sentada y con la mirada baja.
-¡debo seguir con el entrenamiento!- dije mirando los hermosos ojos protectores de Matt, teñidos de un celeste ahora preocupado.
-¡Ally otro día!, ahora debes descansar, así que vámonos y no es una pregunta- dijo autoritario y ante mi falta de obediencia me cargó en sus brazos. No pude evitar soltar una pequeña risa, pues parezco una niña.
-¡me encanta oírte reír!- continuó caminando hasta el parking de la escuela. Matt siempre sabe como hacerme sentir mejor, sinceramente ¡no se que haría sin Matt!.
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Íbamos en el automóvil de Matt.
-¡Matt, gracias por ayudarme!- dije tomando su mano. Ya me siento muy bien.
-¡nena, no debes agradecerme, recuerda que siempre estaré para ayudarte y protegerte!- me dio un pequeño beso y continuó conduciendo. Miré por la ventana y no estábamos yendo a casa.
-¿dónde vamos?- pregunté.
-¡voy a asegurarme de que comas, comida con mucho hierro, y también cuidaré de ti!, ¡nos dirigimos a mi apartamento!- me miró fugazmente y sonrío al ver mi expresión de sorpresa. ¡No puedo creer!, ¡el apartamento de Matt!, es raro pero a la vez emocionante.
-¡no puede ser!, ¿conoceré el apartamento de Matt Johnson?- dije tratando de sonar divertida, pero mi don no es hacer reír. Matt rió.
Aparcó frente a un gran edificio, con grandes puertas de cristal y un frente muy moderno y limpio. ¡Es buena señal!, dijo mi subconsciente que al igual que mi fierecilla se encontraba expectante.
Matt bajó del automóvil, lo rodeo y abrió mi puerta. ¡Diablos, no estoy bien vestida, llevo un pantalón de chandal y un top deportivo!.
-¡Matt no puedo, mira mi atuendo!- dije y Matt me miró.
-¡Ally no tiene nada de malo!, ¡es sexy!- dijo dibujando una sonrisa picara, que al instante provocó una revolución de mariposas en mi estómago. ¡Pero no bajaré así vestida, la gente de este edificio es muy elegante y moderna! . Permanecí en mi lugar, pero Matt se aproximó y sin previo aviso me cargó sobre su hombro. Comencé a moverme para que Matt me soltara, pero si que tiene fuerza. Mientras íbamos llagando a la puerta de cristal dijo - ¡Ally no te soltaré, así que es inútil luchar!, ¡además golpeas como niña!- dijo y ambos reímos, toda la gente nos miraba, algunos parecían divertidos y a otros le daba vergüenza ajena.
-¡eres un idiota! ¿Lo sabes?- dije y no podíamos dejar de reí. Subimos al ascensor y Matt continuaba cargándome.
-¡es mi novia!- dijo a un hombre de traje que se encontraba en el ascensor. ¡Nunca en mi vida la gente me ha visto de esta forma!, ¡pero ambos podemos jugar Matt!, dije para mi misma.
Salimos del ascensor y decidí fingir un desmayo. Dejé que mis brazos, piernas y cabeza estuvieran colgando, cerré los ojos y guardé completo silencio.
Entramos al apartamento de Matt, pero permanecí con los ojos cerrados, me dejó cuidadosamente en un sofá, el se encontraba ligeramente recostado sobre mi, y al ver que me encontraba "desmayada", comenzó a desesperarse. No pude contener la risa, abrí los ojos tomé a Matt del cuello de su camiseta y lo atraje a mi boca. Estoy siendo muy salvaje, pero me gusta y al parecer a Matt también. Un choque ardiente de lenguas moviéndose coordinadamente. ¡Mierda!, ¡es muy excitante!. Mi cuerpo pide mas que solo un acalorado beso, y yo también lo quiero, pero mi parte racional me dice que aún no. Continuamos con el beso un poco juguetón y en un momento se me escapó una carcajada al recordar el rostro de Matt cuando estaba "desmayada".
-¡has caído!- dije volviendo a reí. Matt me hizo cosquillas, ya que sabe que es mi punto débil- ¡detente!- dije entre risas.
-¡me diste un buen susto!, ¡y ahora estoy enfadado!- dijo también riendo.
-¿entonces por que me besaste?- dije y Matt detuvo las cosquillas. ¡Menos mal, ya no podía respirar!.
-¡porque me gusta!, ¿y tu por que me besaste?- dijo sonando como un pequeño niño. ¡nadie nunca me ha preguntado "por que le he dado un beso".
-¡pues a mi también me gusta besarte!- dije fingiendo enfado. Matt se recostó a mi lado en el enorme sofá negro de la sala. Me rodeó con sus brazos y yo acomodé mi cabeza en su pecho. ¡Podría pasar en resto de mi vida aquí entre los brazos de Matt!. Guardamos silencio por un momento, un silencio cómodo.
-¡Ally prométeme que no me harás bromas así nunca mas, por favor!- dijo un tanto serio, pero con un poco de suavidad en su voz.
-¡Solo fue una broma!- dije un tanto divertida. Pero Matt parecía serio. ¡Oh de acuerdo!.
-¡prométemelo por favor!- dijo tranquilo y casi sonó como una súplica. ¿Qué sucedió?.
-¡Cariño, te prometo que yo Alicia McCourny no haré mas bromas de desmayos, ni nada que se relacione con salud!- dije y me quedé esperando alguna respuesta.
-¡te quiero preciosa!- dijo y me dio un suave beso en la frente.
-¡yo te quiero aún más!- sonreí al igual que Matt.
-¡Voy a preparar algo para ti!- dijo poniéndose de pie. ¡Yo quería seguir en sus brazos!, me puse de pie y Pude observar bien el apartamento. Una decoración muy moderna, de amplias ventanas, todo bajo una combinación entre negro, blanco y azul. ¡Muy masculino, me gusta!, en la sala se encontraba una gran alfombra blanca y en medio del salón de encontraba un sofá muy grande de cuero negro, frente a él una mesa de vidrio y cromo , en la pared se encontraba una enorme pantalla de plasma, en las paredes al rededor se encontraban vitrinas iluminadas que contenían pequeños autos de colección. ¡Fascinantes!. Una chimenea muy moderna color cromo. La cocina era muy linda de aspecto pulcro, todos sus muebles blanco negro y cromo, había una barra de mármol negro con espacio para cuatro personas y un comedor con una mesa larga para doce personas de un color Blanco impecable , pasando la sala se encontraba un amplio pasillo con cuatro puertas, que en este momento se encontraban cerradas. Lo único que puedo decir el ¡Wow!, ¡estoy impresionada!.
Me aproximé a la barra y observe a Matt moverse por la cocina. ¡No puedo creer lo hermoso que es!, como su camiseta blanca de ajusta a sus músculos de una manera casi ilegal y como el vaquero que cae de una forma tan sexy de sus caderas. ¡Siento que hace mucho calor aquí!. Matt se da cuenta de que lo observo y me sonríe divertido, ¡que vergüenza!, comencé a sentir como el rojo se apodera de mis mejillas.
-¿quieres ayudarme?- dijo sonriendo. ¿Qué? ¡no tengo ni una mínima idea de como se cocina!.
-¡no se cocinar!- dije avergonzada. Debe creer que soy una inútil. ¡De hecho lo eres!, dijo mi muy odioso subconsciente.
-¡yo te enseñaré!, ¡ven aquí!- dijo haciéndome un gesto con la mano para que fuera donde el.

Mentiras PiadosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora