CAPÍTULO 11

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Alguien me tocaba el rostro muy firme, e intentaba abrir mis párpados, pero no veía nada. ¿Que me sucedió? ¡No recuerdo nada! ¡Solo hasta que estaba discutiendo con mi madre!. Siento a mi lado unos murmullos lejanos, intento oír con claridad y esos murmullos comienzan a sonar mas cerca y definidos. Se vuelven gritos.
-¡ya te he dicho que te largues!- una voz femenina muy fría y furiosa. ¡Esa es mi madre! ¡Su insoportable voz!.
-¡y yo ya le dije que hago lo que quiero! ¡Y quiero verla!- ¡esa voz!, aunque no logro escucharla con claridad, despertó en mi una felicidad inexplicable. Y si hablamos de sentimientos inexplicables, ¡Matt!. ¡Por dios, Matt está aquí y discutiendo con mi madre! ¡Necesito reaccionar!. Traté de abrir mis ojos, hasta que lo conseguí, me rodeaba una sala blanca, completamente limpia y unas maquinas raras y con miles de pequeños botones y luces. ¡Estoy en un hospital! Restregué mis ojos para familiarizarme con la luz del ambiente. Cuando pude ver con claridad, en la puerta de la habitación se encontraba mamá discutiendo con Matt y Brandon de pie a un lado de la camilla y Kim del otro.¿que diablos hace Brandon aquí?.
-¿Ally amiga, estas bien?- me tomó la mano y me miró con una gran preocupación en su mirada. Asentí con la cabeza y me dio un fuerte abrazo. ¿Que me sucede? ¡No tengo fuerzas ni para hablar!, ¡solo espero que sea por un momento!.
- ¡Ally amor!- dijo Brandon inclinándose para darme un beso. ¡No puede besarme, Matt está aquí!. Escuché que Matt permaneció en silencio, claramente esta observando la situación. Saqué fuerzas que no tenía y detuve con ambas manos a Brandon.
-¡fuera de aquí! - dije muy bajo.
-¿que? ¡No me iré! ¡Quiero estar aquí contigo!- dijo haciendo la peor imitación de novio preocupado.
-¡Brandon, Alicia ya habló, largo de aquí! - Kim dio la vuelta a la camilla y empujó a Brandon hasta sacarlo de la habitación. ¡Gracias a dios que Kim es estaba aquí!. Apenas salieron Kim y Brandon de la habitación, apareció mi madre con su característica cara de arrogante.
-¡que bien que hayas despertado!, ¡no soporto el olor de los hospitales!- incluso cuando estoy en un hospital hace que todo se trate de ella.
-¡estoy bien, puedes irte!- mi voz seguía sonando débil. Si pudiera me daría una bofetada yo misma, es que no comprendo porque sigo respetándola. En eso entró Matt y mi madre le lanzó una mirada asesina.
-¡por dios! ¡Ya no se como decirte que te largues! ¿O quieres que seguridad te saque de aquí?- elevó tanto la voz que casi gritaba. Matt a pesar de estar recibiendo las exageradas palabras de mi madre me miró y me dio una preciosa sonrisa que casi nunca usa. Una sonrisa tímida pero al verla me llenó de felicidad.
-¡vete, por favor! - dije y esta vez mi tono de voz fue un poco mas claro. Mi madre me miró completamente sorprendida.
-¿a quién se lo dices?- preguntó con superioridad creyendo que se lo decía a Matt.
-¡a ti! ¡Te lo estoy diciendo a ti!, ¡lárgate, aprovecha que te dejé libre y no tendrás que soportar más el olor del hospital!- miré seria a mamá, ella por primera vez en la vida no dijo nada y se dispuso a salir de la habitación y antes de salir del todo le lanzó nuevamente una mirada asesina. Una vez que mi madre se fue, Matt volvió a mirarme, y sonrió, pero a pesar de su sonrisa, en sus ojos se reflejaba preocupación.
-¡hola, preciosa!- se inclinó hacia mi y se quedó a centímetros de mis labios esperando mi respuesta.
-¡hola! - sonreí, y Matt me dio un beso tan tierno y delicado. ¡Es tan hermoso! ¡Siento que lo amo!.
Se separó un poco de mi, apoyó su frente en la mía y me tomó las manos. - ¡me tenias muy preocupado!-
-¡lo siento!-
-¡no te disculpes! ¡Solo que debes empezar a cuidarte!- su voz fue muy suave.
-¡lo se!, pero, ¿que me sucedió?- dije tranquila, pero en mi cabeza se expandió una fuerte punzada. Me retorcí un poco de dolor, y Matt colocó ambas manos alrededor de mi rostro, casi con desesperación.
-¿Ally qué sucede?- la preocupación era evidente en su voz. ¡Es hermoso!. El dolor se detuvo y miré fijo a Matt.
-¡solo fue una punzada de dolor! No te preocupes- le sonreí, para demostrarle que ya estoy bien. Matt volvió a acomodarse a mi lado y yo me senté a su lado, me rodeó con sus brazos y acomodé mi cabeza en su pecho mientras hacía pequeños círculos con mi dedo sobre su torso.
-¡Ally!- su voz fue suave y tranquila.
-¿si?- dije y lo miré fijo, pero manteniendo mi posición.
-¿sabes lo mucho que te quiero?- ¡oh por dios no lo puedo creer! ¡Matt me dijo por primera vez que me quería!.
-¡oh que tierno eres! ¡Yo te quiero aún más!- le di un tierno beso.
-¡oh que cursi eres!- rió - pero si me besarás así cada vez que lo diga, te lo diré a cada segundo.- me besó nuevamente.
-¡tu comenzaste! ¡Pues dímelo de nuevo!- reí.
-¡te quiero mucho!- oír esas palabras de su boca es lo mejor que he oído en mi vida. Le di un beso tierno y delicado pero Matt hizo espacio entre mis labios con su sexy lengua de manera experta. Esto hace que una sensación de fuego, adrenalina, ¿amor? Y ¿deseo? Se extienda por todo mi cuerpo. Nuestras lenguas se movían en perfecta sincronización, y hacían que deseara un poco mas. Coloqué ambas manos en alrededor del rostro de Matt para atraerlo mas a mi boca. ¡No se que me sucede! ¡Parece que la fierecilla completamente hormonal que estaba quieta en mi estómago se ha apoderado de mi cuerpo!, ¡no se como acabará esto!, ¡pero no quiero averiguarlo en el hospital! ¡Comencé a detener delicadamente el apasionado beso!. Le sonreí a Matt y el a mi, su sonrisa es la sonrisa mas hermosa del mundo. Sus ojos tienen un brillo precioso, y me encanta que su mirada este dirigida a mi.
En eso ingresa mi doctor, e inmediatamente nos separamos. Matt y yo nos pusimos completamente rojos y el doctor solo se reía.
-¡disculpen por la interrupción, pero debo colocarle a Alicia una inyección de hierro!- instantáneamente se notó confusión en el rostro de Matt. El no. Debe enterarse de mi anemia, no ahora.
-¿Matt puedes ir por algo para comer? ¡Muero de hambre!- sonreí nerviosa.
-¡por supuesto! ¿Que se te apetece?- se aproximó a mi.
-¡algo dulce!- dije y el me dio un tierno beso en la frente.
-¡de acuerdo! ¡Regreso de inmediato!- dijo y se fue de la habitación. ¡Que alivio!.
-¿que me sucede?- dije al doctor quien preparaba mi brazo para la inyección.
-¡Ally esto es difícil! , ¡pero creo que debes saber! Y te lo diré, Alicia, tu anemia ha empeorado y se ha convertido en una anemia aguda, esto quiere decir que si tus glóbulos blancos siguen aumentando, tienes un 70% de posibilidades que contraer leucemia o Cancer blanco.- el corazón me dio un vuelco enorme y luego cayó a mis pies, ¿leucemia?. No pude contener las lágrimas que comenzaron a caer en cascada.
-¡esto no puede ser! ¡Esto no puede pasarme!, ¡doctor se lo suplico! ¡Le imploro por lo mas sagrado! Ayúdeme, ¿que debo hacer? ¿Cómo puedo evitar la leucemia? ¡Por favor!- me tomé la cabeza con ambas manos, mientras lloraba. ¡Esto debe ser una pesadilla!.
-¡Alicia por favor tranquila!, ¡ahora te haremos unos exámenes para comprobar que tan avanzada esta tu anemia y determinar el proceso que seguiremos para tu mejora completa! ¡Tu tranquila, te prometo que no tendrás leucemia!- el doctor me dio un pequeño abrazo. Y procedió a colocarme la inyección de hierro. El pinchazo fue muy doloroso, pero no emití sonido alguno.
-¡bien, ahora debemos ir a la sala de exámenes!.
-¡doctor pero no estoy en ayuno!- dije un poco confundida.
-¡Alicia no has comido nada desde hace 12 horas!- ¿que?
- ¿doce horas?- dije muy sorprendida, miré por la ventana y el atardecer ya se había apoderado del cielo de Boston.
-¡si, doce horas!, cuando te desmayaste y caíste al suelo tuviste un golpe en la cabeza y no despertabas!, ¡hicimos exámenes precisos para percatarnos de algún daño cerebral por el golpe!, ¡pero está todo en orden! ¡Descuida!- una parte de mi sintió un gran alivio pero otra solo pensaba en el riesgo que corro de tener leucemia.

Mentiras PiadosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora