CAPÍTULO 19

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Intentaba enterrar en una maceta una orquídea, pero es inevitable no pensar en Matt y en Brandon. ¿Que se habrán dicho antes de la pelea?, ¿como estará Matt?, ¡en cierto modo soy culpable!, Matt no tiene la culpa de que mi reciente ex novio sea un animal.
-¡Alicia te estoy hablando!- la voz de Kim me sacó de mis pensamientos.
-¡si! ¿Que sucede?- dije tratando de prestar atención.
-¡solo quiero saber si te encuentras bien, estás pálida y temblorosa!- dijo con la preocupación sonora en su voz. Me miré las manos y pude ver que temblaba como una hoja de papel. ¡Diablos!, necesito mi píldora de hierro.
-¡oh, si! Solo necesito ir a beber un poco de agua, gracias por preocuparte- dije dejando la orquídea en el lugar y comenzando a caminar hacia la profesora, para que me autorice a salir de clase.
-¿que sucede McCourny?.
-¡necesito beber un poco de agua!, ¡no me estoy sintiendo muy bien!.
-¡de acuerdo, ve!- dijo mientras anotaba en su planilla de calificaciones. Salí del vivero y me dirigí a mi casillero a buscar mis píldoras de hierro. ¡Maldita anemia!.
Me dirigí al bebedero e ingerí una de las píldoras con abundante agua. ¡Son asquerosas!.
Iba por el pasillo de vuelta al vivero y un hombre muy elegante pasó por mi lado y me observó atentamente. A simple vista pude distinguir un traje caro, de esos que no cualquiera tiene. Su rostro me pareció muy familiar. Pero no recuerdo de donde. Seguí mi camino.
Entre al vivero y continué plantando mi orquídea, por suerte mis píldoras están surtiendo efecto y ya me siento más estable, no había notado que estaba tan débil, mi anemia hace que todo me afecte mas de la cuenta. Solo te preocupas por Matt y por eso no notaste tu patética condición, dijo mi subconsciente en forma de regaño. ¡Solo quiero ver como esta Matt, mi anemia es lo de menos!. La clase se hizo infinita y por fin sonó el timbre, salí disparada del vivero hacia la enfermería.
Llegué y Matt estaba sentado en una camilla con una bolsa de hielo en su ojo y las manos vendadas en los nudillos, su boca tenía un pequeño corte en el labio inferior. Me aproximé a el rápidamente colocando mis manos cuidadosamente alrededor de el rostro de Matt.
-¡Matt! ¿Estas bien?- dije un poco desesperada.
-¡tranquila nena!, ¡estoy bien!- dijo haciendo una media sonrisa.
-¡estás muy golpeado!, ¿por qué pelearon?- dije aproximándome mas a él.
-¡Ally, preciosa no te preocupes! ¿Si?, ¿tú estás bien?, ¡estás pálida nena!- colocó su mano en mi mentón mientras me examinaba el rostro.
-¡si!, ¡estoy bien, solo que me tenias preocupada!- dije en voz baja y suave.
-¿tomaste la píldora de hierro?- dijo en forma de regaño. ¿Que? ¿Cómo lo sabe?, ¡se supone que no lo sabia nadie!, ¡no puede ser!, ¡diablos!. No se que decir, estoy estupefacta.
-¡de seguro te preguntas como lo sé! Y no fue muy difícil averiguarlo, ¿sabias que tienes un 70% de riesgos de contraer leucemia, si no tratas bien tu anemia aguda?- dijo con el ceño levemente fruncido, y yo sigo ahí, completamente congelada sin saber que decir.
-¡lo se!- dije en un susurro apenas audible, mientras bajaba la vista.
-¿no pensabas decírmelo?, ¿ni siquiera luego de que estuve contigo en el hospital?, ¿por lo menos ibas a contármelo?- un poco de, ¿decepción?, se oyó en su voz.
-¡lo siento!, es que pensé que mi anemia mejoraría y que todo estaría bien, se que debí decírtelo!, ¡discúlpame!- dije sintiéndome culpable por no habérselo dicho, no quiero dejar el equipo de porristas y el Hecho de que Matt lo sepa, puede ser malo.
-¡cariño no te disculpes!, ¡solo quiero que te cuides, y que estés bien!, ¡te quiero mucho preciosa! ¡Creo que necesito un beso! - sonrió, se aproximó a mi y comenzó a besarme muy despacio, ya que tiene un corte en el labio. ¡Estoy enamorada de Matt!, cada minuto que pasa me enamoro más y más de él y es inevitable, porque nadie me comprende como el lo hace y a pesar que no es una relación de largo tiempo, tengo un sentimiento muy grande por Matt.
-¡Te quiero aun más!- le di un pequeño beso en la mejilla.
-¡eres muy cursi! ¿sabias?- rió, mientras me atraía a el tomándome de la cintura.
-¡de acuerdo!, ¡no lo seré más!- dije fingiendo enfado.
-¡pero a mi me encanta que lo seas!- fingió tristeza. Y ambos reímos. ¡Un momento! ¿Y Brandon?.
-¿dónde está Brandon?- dije mirando alrededor.
-¡lo llevaron al hospital!- dijo indiferente. Por mas que Brandon sea un imbécil, es una persona.
-¿que?, ¿por qué?- pregunté interesada.
-¡es que tenía un corte en el mentón, muy profundo y necesitaba una sutura!- dijo restándole importancia.
-¡Matt, prométeme que nunca más volverás a pelear con Brandon!- dije autoritaria. No quiero que ninguno de los dos salga herido, por mas que Brandon me haya hecho daño varias veces, no me gustaría que pasara por lo mismo y mucho menos Matt.
-¡Ally no me pidas eso!- dijo refunfuñando.
-¡prométemelo! - insistí.
-¡pero ..-
-¡hazlo!-dije interrumpiendo su pretexto para no realizar la promesa.
-¡lo prometo!- dijo a regañadientes mientras ponía sus ojos en blanco, como un pequeño niño.
-¡hazlo bien!- dije autoritaria, aunque un poco divertida, porque Matt parece un niño a quien están regañando.
-¡yo Matt Johnson prometo no romperle la cara nunca mas a Brandon el imbécil Heinze!- dijo sosteniendo su mano derecha elevada. No pude evitar soltar una carcajada al igual que Matt.
- ¡así me parece mejor!- giñé un ojo.
-¡vámonos!- se puso de pie y me tomó de la mano.
-¿que haces? ¡no puedes irte aún!- dije tratando que que retomara su lugar en la camilla.
-¡Ally no es nada!- se quitó de un tirón el vendaje que cubría sus magullados y sangrientos nudillos.
-¡Matt no hagas eso!- traté de detener su mano para que no continuará quitándose el vendaje restante.
-¡Ally, solo son unos pequeños cortes, no es nada, me pasa a menudo!- dijo y continuó quitándose el vendaje. ¡Que terco es!.
-¿a que te refieres con que pasa a menudo?- pregunté, ya que ese comentario despertó mi intriga. ¡Matt entra en riñas a menudo, es obvio! Dijo mi subconsciente siendo fríamente sincero. Pues no lo creo, no creo que Matt sea de esos chicos, que busca pleitos por doquier.
-¡olvídalo linda!- tomó nuevamente mi mano y salimos de la enfermería.

Mentiras PiadosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora