Dios nunca hizo cosas grandes en personas que no estuvieron dispuestos a hacer sacrificios.
Dios hizo su pueblo de un hombre que estuvo dispuesto a dar a su hijo que era lo que más amaba.
Dios salvo a su pueblo del hambre a través de un joven que dejó de ver a su familia por muchos años.
Dios libero a su pueblo a través de un hombre que dejó su puesto como príncipe y no le importó su posición.
Dios hizo el mejor rey a partir de un joven que no le importo arriesgar su propia vida frente a un gigante de tres metros con tal de defender el nombre de Dios.
Dios restauró su pueblo a través de un hombre al que no le importo dejar su puesto como copero de el rey para ir a recoger cenizas.
Dios expandió el evangelio de su hijo a través de hombres que estuvieron dispuestos a ser apedreados con tal de que Cristo fuera predicado.
Todos ellos tienen un patrón comun: estuvieron dispuestos a correr grandes riesgos y hacer sacrificios con tal de cumplir la voluntad de Dios.
Quien no esta dispuesto a hacer sacrificios no puede cambiar nada.
Esos son los corazones que Dios busca; los que estan dispuestos a hacer algo mas, aunque parezca locura.