Enemigos (Parte I)

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Hoy quiero hablarte de algo que no suelo hablar: nuestros enemigos, creo que siempre es mejor hablar de la grandeza de Dios antes que la maldad de Satanás pero la escritura también nos exige que tengamos algún conocimiento de nuestro adversario (2 Corintios 2:11).

Yo veo dos enemigos principales: Satanás y uno mismo.
Platiquemos primero acerca de Satanas:

Así es; estamos en guerra, de hecho estas en guerra desde el momento en que confesaste a Jesús como salvador. Dios tiene un plan para cada uno, de eso no hay duda, pero el enemigo también planifica para destruirte.

Nos enfrentamos a un oponente de verdad formidable con trucos debajo de las mangas y que se empeña casi hasta la obsesión en cumplir su objetivo. Muchos defectos podemos atribuirle al diablo, pero la holgazaneria no es uno de ellos, es muy diligente y hace todos los esfuerzos posibles para cumplir su objetivo.

Charles Spurgeon, extraordinario predicador de el siglo XIX, nos dice en su elevado lenguaje: "El diablo es más instruido que vosotros,
y más diestro disputador; puede trasformarse en un ángel de luz para engañaros. Se introducirá
en vosotros y os echará la zancadilla antes que os pongáis en guardia; hará de juglar con vosotros sin descubrirse; os persuadirá de vuestra fe o inocencia, y no sabréis que las habéis perdido. Más aún, os hará creer que las poseéis en mayor grado, cuando ya no las tengáis. No veréis ni el gancho ni el sedal, mucho menos el mismo sutil pescador, cuando él os ofrezca en cebo incitador. Y sus añagazas serán tan adecuadas a vuestro temperamento y disposición, que llevará por seguro hallar auxiliares suyos en vosotros mismos, y hacer que vuestros propios principios e inclinaciones os traicionen; de esa manera, siempre que os arruine, os hará el instrumento de vuestra propia ruina."

Ahora tienes que saber que de tu lado está el más poderoso, el incomparable, el que no ha perdido ninguna batalla aquel a quien; según el libro de Job; el diablo le pide permiso para actuar.

Al fin y al cabo todo el plan de el enemigo lleva por objetivo alejarte de Dios, así que te pregunto: ¿vas a darle es placer?. ¡No! tienes que ser un dolor de muelas para el reino de las tinieblas, un constante estorbo para sus actividades, una piedra en el zapato del enemigo.

Hago esto no para dar miedo ni que te sientas débil sino para que despertemos y nos demos cuenta que no podemos darnos descanso ante tan esforzado rival debemos ser igual o mas esforzados y mantenernos siempre alerta.

Y si alguna vez te sientes demasiado atacado por el enemigo solo piensa esto: si yo quiero evitar que un árbol crezca en el patio de mi casa lo voy a arrancar cuando aun esté tan pequeño que no me llegue ni a la rodilla, porque sería mucho problema tirarlo cuando ya sea un árbol crecido de 10 metros. Si el enemigo intenta sin descanso acabarte ahora es porque sabe que tu futuro es grande y que si no acaba contigo ahora despues no te va a poder detener.

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