Seducido

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¡Me sedujiste, Señor,
y yo me dejé seducir!
Fuiste más fuerte que yo,
y me venciste.

Jeremías 20:7 NVI

Hay doctrinas que son complejas, y que requieren que el cristiano haga uso de todas su facultades mentales. En ellas esta la profunda sabiduría de Dios, y son buenas. Pero hay otros pasajes, como el que tenemos aquí, que pueden ser comprendidos y abrazados por cualquier alma que haya conocido a su Señor, hay pasajes que están al alcance de incluso las mentes mas simples como las nuestras, y en ellas también se revela la sabiduría de Dios, pues usualmente son aquellos pasajes que nos enseñan a relacionarnos con Dios y su pacto.

Así que al leer este pasaje, se que no necesito explicarlo demasiado, se que cada hombre y mujer que se ha encontrado con nuestro Señor, ha conocido el sentimiento que embargo al profeta. Siendo así, hoy nos dedicaremos mas a la contemplacion de el pasaje, no tanto a su explicación.

Me sedujiste Señor, preparaste calmadamente cosas que sabias que enamorarían mi corazón, mientras yo me preparaba para presentarme ante ti en oración, tu te preparabas para recibirme, mientras yo procuraba estar limpio para ti, tu esperabas el momento en que me alejara de todo el ruido de este mundo y me presentara ante ti.

Mas aun, viajando mas atras en el tiempo, cuando yo no te conocia, cuando estaba lejos de tu pacto, de tu gracia, de ti. Tu te preparabas para seducirme. Cuando yo no te amaba Señor, tu planeabas como enamorar mi corazón. Oh mi Señor ¡Tu me sedujiste! Te mostraste ante mi, tu, nada mas. Tu majestad, tu implacable perfección, tu inesperada gracia, tu poder infinito que contrastaba tan maravillosamente con tu embriagadora ternura. Tu, nada mas que tu.

Y hoy, Señor, cuando veo mis culpas, cuando intento con todas mis fuerzas agradarte y me doy cuenta de lo corrompido que esta mi corazon, cuando fracaso en intentar ser puro para ti; caigo desolado, mi corazon se rompe en profundi dolor. Pero viene un consuelo: Que tu me sedujiste Señor. Que, a pesar de mi, tu me amaste, y que ese amor tuyo no depende de que tan bueno yo sea, porque me sedujiste cuando yo no era nada bueno. Que este amor no es sostenido por mi, ni por mis fuerzas, sino por ti, y que mi maldad, no anula tu bondad. Yo no te pedi que me amaras, tu me sedujiste, tu me amaste y lo seguiras haciendo, no gracias a mi, sino a pesar de mi.

Pero debo ir aun mas atras; pues Señor; desde antes de que me formaras, antes de la creacion, antes de los siglos, tu ya me amabas. Solo tu, ¿Quien mas podria amarme antes de yo ser concebido? Pero Señor, aun entonces, ya vivia en tus pensamientos, ya me amabas, y ya sabias como me ibas a seducir.

Yo me deje seducir.
Yo tambien soy complice. Me deje seducir Señor. ¿Que fue lo que me convencio? ¿Tu grandeza, o que a pesar de ella te enamoraste de mi?¿Tu ilimitado poder o la dulzura de tu trato?¿Tu amor por la justicia o tu amor por mi, un injusto?¿Tu eternidad?¿Tu majestad?¿Tu inmutabilidad?¿Tu belleza? ¿Tu paz?¿Tu esperanza?¿Tu ternura?¿Tu gozo?¿Tu eternidad?¿Tu gracia?¿Tu pasion?¿Tu compañia?¿Tu sabiduria? Tal vez fueron todas ellas, o la manera en que todas se combinaban en perfecta armonia en un solo ser, aquel que me creo. Aquel para quien fui creado. Yo me deje seducir Señor, porque no habia visto nada como tu. Y te amé. Y te amo.

Fuiste mas fuerte que yo.
Pero soy demasiado soberbio para caer desde el inicio. Te resisti Señor. Te amé, si, pero antes de eso, yo me resisti. Pero tu eres irresistible Dios. En tu soberania absoluta, nadie puede resistirse a ti, y si tu hubieses mandado que yo obedeciera todas tus reglas, como un robot obligado yo las hubiese obedecido porque todo esta sujeto a tus ordenes. Pero preferiste seducirme Señor, preferiste tomar el camino dificil y enamorar mi corazon dia a dia. Preferiste seducirme y que yo te obedeciera por amor a tu nombre, para gloria tuya. Señor, me presentaste tu gracia, y fue irresistible, me has vencido Señor, prevaleciste, soy tu siervo, soy tu esclavo. Tu mi Señor. Pero fuiste mas alla, no solo me querias como tu siervo, sino como hijo, y cuando yo ya habia aceptado obedecerte, tu quisiste ademas, preocuparte por mi, por mi corazón, por mi como persona, no solo como tu siervo y desde entonces y cumpliendo tu pacto, has estado conmigo cada dia sin falta. No tenias que hacerlo, Señor, no hacia falta, mi corazon te iba a servir de todas formas, pero tu decides lidiar conmigo, con mis debilidades, con mis inseguridades, con mis torpezas y errores, aun con mis rebeldias. Fuiste mas fuerte que yo Señor. Hay dias en que soy tan malo, y mi corazon tan engañoso, que siento que hice suficiente mal como para alejarte de mi. Entonces corro a buscarte en oración. Y compruebo con alivio que alli estas, que aun me amas, que no hay razon para que lo hagas, pero lo sigues haciendo. Eres tan fiel Señor, no me debes nada, no tienes que soportarme pero aun asi no dejas de hacerlo. Tu gracia fue mas fuerte que mi maldad. Tu fuiste mas fuerte que yo.

Y me venciste.
¡Por supuesto que me venciste! ¿Puedo yo resistirte? ¿Puedo detener un tsunami con mis manos desnudas? Claro que no, me arrollaste de amor, me sobrepasaste por mucho y ahora el mundo esta crucificado para mi, bendito dia en el que te conoci mi Señor, bendita sangre que por mi fue derramada. Me venciste Señor, soy tuyo completamente. Sere honesto, soy poca cosa, pero almenos este poquito, te pertenece totalmente a ti. Mi corazon no esta dividido, eres tu. Nadie mas, nada mas. Me venciste, asi que yo me rendí. Señor, deje de batallar y me deje envolver, me venciste, no lucharé mas y por el resto de mi vida soy tuyo, rendido estoy completamente a ti.

El RemanenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora