»¿Qué hace mi amada en mi casa,
después de haber cometido tantas vilezas?...
Jeremias 11:15 NVIHay quienes acusan a la Biblia de presentar un Dios lleno de ira en el antiguo testamento y un Dios lleno de amor en el nuevo, y que por lo tanto, es inconsistente. Ahora bien; que mire, quien sea, este texto y que me diga si aun en el ardor de su ira, no es un Dios de amor , digame que no aun Dios que ama con el ardor de quien se enamora por primera vez.
Para entender lo que trato de decir debemos ponernos en los zapatos de el pueblo de Israel, quien esta siendo amonestado. Para empezar, Israel no merecia (como ninguno de nosotros) tener por esposo al mismo Dios. El principe, anhelado como es, escogio para si a la mas improbable de las doncellas, a la menos hermosa, a la menos elegante, aquella de la que no se podria decir que tenia encanto alguno. Asi que ya de por si su eleccion era bastante asombrosa.
Aun asi, la ingratitud de Israel no parecia tener limites por eso Dios, a lo largo de todo el capitulo enumera sus muchas faltas, cada una mas desconsiderada y vergonzosa que la anterior. Cada una mas inexcusable. Como una esposa, a quien una vez acorralada, se le lanzan a la cara todas las, no pocas, infidelidades que ha cometido contra su esposo, mismo que no ha hecho nada mas que ser irreprochable en todo. Finalmente, Dios estalla en ira y le pide a su siervo Jeremias, que nisiquiera trate de interceder por el pueblo, porque no sera escuchado. Esas debieron ser unas palabras muy dificiles de escuchar para Israel. Pero entonces, en el climax, en el punto mas algido de su regaño (no podemos llamarlo de otra forma), se le escapa a un Dios un sustantivo, que revela la grandeza de su misericordia. El llama a Israel "amada". Y luego, para mas consuelo de ella, le agrega un posesivo: "mia".
Ah, - dice la amada- encontre una caricia entre los azotes. El puede estar airado y tiene derecho a estarlo. Pero con todo, sigo siendo su amada. Tal vez herí su corazon, y lo decepcione, por lo que me arrepiento una cantidad infinita de veces, mas una; pero con todo, sus sentimientos hacia mi no ha variado nisiquiera un poco, su mano protectora no me desamparado aun, el divorcio no ha cruzado por su mente. Esta es la felicidad de que lo habia perdido todo, y en segundo lo ha recuperado todo.
Y mientras el sigue arremetiendo con sus palabras contra mi, yo soy feliz, porque a pesar de todo, sigo siendo amada, y no solo amada. Soy su amada. Que se caiga el cielo y se apague el sol, que se parta en dos la tierra, soy su amada. No necesito nada mas.
Este es un gran consuelo para todos los que alguna vez han sentido desesperanza, para todo aquel que cansado de si mismo, ha sentido que ya no tiene parte con su Señor. Pero lean este pasaje y sientan esperanza. Puede que parezca que esta ensañado contigo y que su ira no te ha dado tregua, pero aun eres su amada.
Ante esto no debemos perder el sentido de la mayoria del pasaje. Porque asi como es una gran verdad que la amada Israel debe sentir una extrema alegria por aquellas dos palabras "amada mia". Tambien debe sentir profunda tristeza por todas las demas palabras del mismo. Ninguno de los dos sentimientos es menos importante que el otro. Pero quiero resaltar la grandeza del Señor de quien hablamos su amor no varia, nuestra infidelidad no le hace a el menos fiel hacia nosotros, el es luz sin oscuridad alguna. El es Dios, nuestro amado, y nosotros su amada.