-Nos vamos de picnic, nos vamos de picnic- Cantaba Andrés algremente agitando la canasta en la cual llevábamos las cosas para armar nuestro picnic.
-Condenada suerte la mía- Despotricaba Nicolás -Jodido Andrés, arruinaras la comida que he preparado, te dejaré sin comer sino vienes en este instante con esa canasta- Andrés agacho su mirada y empezó a caminar hacia la dirección de un Nicolás con delantal de flores y un gorro de chef.
Si, el niño será un chef y nos estaba probando sus artes culinarias.
-Pero me darás mas de esa salsa super sabrosa que estabas haciendo?- Interpela Andrés haciendo pucheros.
Nicolás quería echarse a reir de ver el rostro de Andrés, era la viva representación de "El Gato con Botas".
-Te daré más pero ahora devuélveme la canasta- Andrés devolvió la canasta y luego salió disparatado a la cocina, realmente quería de esa salsa amarillenta que Nicolás preparaba.
Todos en el Hogar estaban emocionados por ir a un día de campo, estábamos estresados con tantos trabajos y actividades para poder ser alguien en la vida, muy aparte de la conmoción de mi casi violación.
Eso fue para morir de un infarto porque cuando Rafael les comentó a los chicos lo acontecido tuve que irme corriendo a la puerta principal, cerrarla con picaporte y pedir refuerzos, estaban incontenibles, querían arrasar con la vida del idiota de Thomas, tenían técnicas y tácticas tan sangrientas que junto a Rafael decidimos no dejarlos ver más programación fuerte hasta que se calmaran.
Por supuesto jamás faltan los ridículos como Francisco y Allan apelando acerca de cierta falacia en el suceso, creían que yo me lo había buscado por provocativa y que simplemente yo mentía. Claro que lo decían porque el uno tiene una novia loca y el otro me odia a muerte por la broma de los travestis strippers, sólo Nicolás fue el más racional y dijo que había que tomar medidas civilizadas en el asunto.
Obviamente me aliviaba saber que aún con tanta pelea, él me quiere sana y salva, por mi lado estoy agradecida ya que lo que más deseo en estos dos meses que me quedan en el Hogar es tener una buena relación con todos.
-¿Ya están listos?- Inquiere Rafael, él irá conduciendo ya que es el único que conoce el camino.
Yo era la única que en ese momento estaba en la sala sentada en un sillón como niña buena puesto que mis hermanas y amigas estaban muy entretenidas con sus parejas en diferentes lados de la casa.
-Yo de ti iría a las habitaciones a buscarlos, porque a este paso mañana estaremos viajando- Contesté sacando mi móvil del bolso y entrando a la aplicación de música.
-Ve a sacar a tus hermanas, a mi sobrina y a tu amiga de las habitaciones respectivas de sus parejas, yo me encargo de los demás- Ordena bajando las escaleras.
-¿Y yo por qué?- Reclamo -¡Deben estarse pasando las manos por lugares sagrados y soy yo la que debe verles en esos estados!
-No hagas tanta bomba maldita loca- Dice Bruno bajando las escaleras cargando a Marina en su espalda -No hemos hecho nada indebido.
-O quizás si- Dice Marina haciéndome asustar, detrás de ellos vienen bajando Fernando con Gracie, Aurora con Alex y Daniel junto a Verónica -Es broma, estabamos jugando Fifa.
-Yo leía- Comenta Aurora alzando su libro.
-Falta Santiago- Me dirijo hacia Rafael -El resto de chicos están desperdigados por el jardín pero Santiago no ha bajado, iré a verlo.
Me levanto del sofá muy deprisa y subo los escalones rápidamente, llego al dormitorio de Santiago y sin tocar la puerta entro sorprendiéndome con todo lo que ese hombre puede mostrar íntimamente.
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Apostando mi virginidad
Teen FictionBecca, Una adolescente de 16 años es enviada a un retiro de su colegio, junto a su hermana Marina y su mejor amiga Aurora. Todo va bien hasta que en el retiro, Rafael Hamilton, organizador de todo empieza a dar la charla con un tema del desagrado de...