#35 De regreso a casa.

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Me siento en la cama y me pongo mis zapatos rojos que van a juego con mi camisa roja y mi chaqueta negra, termino de amarrarlos y me enderezo, apoyo mis manos a mis costados y veo la habitación ya vacía sin cajas ni nada mío a excepción de mis maletas con mi ropa y complementos.

Me levanto de la cama y tomo mis maletas, son dos de ruedas y una de colgar así que voy demasiado cargada, con dificultades ya que no se me pasó por la cabeza primero abrir la puerta y luego tomar mis pertenencias, abro la puerta de la habitación, así mismo por no soltar las cosas se me dificultó cerrar la puerta así que son detalles de mi salida.

Empiezo a caminar por el pasillo hasta llegar a las escaleras, ahí visualizo a mi papá conversando y riendo con Rafael en la estancia de la planta baja, se nota que son amigos de toda la vida, así quisiera llegar con Aurora osea que a pesar de los problemas podamos reír como jóvenes.

Papá me alcanza a ver y sube las escaleras para tomar mi maleta mas grande, le agradezco y bajamos juntos, Rafael nos recibe en la primera planta de la casa con sus manos en los bolsillos y una sonrisa de lado.

-Me he librado de mi dolor de cabeza- Retuerzo mis ojos y él junto a papá ríen, tengo la necesidad de mostrarle mi dedo del medio pero por respeto a papá no lo realizo.

-Llamarás diciendo que me extrañas y rogarás para que este dolor de cabeza- Me señalo con el dedo indice desde la cabeza hasta los pies -Regrese al Hogar porque lo hallarás aburrido y apagado.

-Que niña para mas fantasiosa tienes Marcus- Ahora si no me resisto las ganas y le saco el dedo del medio, papá me observa de mala manera y Rafael suelta una carcajada -Ya me estaba preguntando en que momento me harías una mala seña.

-Púdrete Rafael.

-¡Rebecca Black esta boca!- Exclama papá y lo observo de reojo.

-De tu esperma salí, no reclames- Rafael suelta otra carcajada y papá se pone rojo no se si de cólera o de vergüenza -Y tú deja de reír, ni siquiera me he ido y ya sales con tus bromas.

Agarro mis maletas y dejo a los dos adultos con carácter infantil en la estancia, la salida se me facilita ya que la puerta principal esta abierta de par en par, el auto de papá está parqueado en la entrada y una idea traviesa se me viene a la cabeza.

Busco en mi bolsa mi juego de llaves en el cual tengo las llaves del auto de papá, al dar con ella abro la puerta del conductor accionando los seguros de las puertas y desactivando la alarma, enciendo el auto y hago rugir el motor, luego abro la cajuela, salgo del auto tomando mis maletas y las meto, luego cierro la cajuela, regreso al auto y toco el claxon, mi padre sale del Hogar junto a Rafael y me encuentra sentada en su asiento, con la puerta abierta y las piernas colgando.

-Que carajos- Mi papá se sorprende de mi hazaña y yo sonrío con malicia -¿Tienes las llaves de mi auto en tu malévolo juego de llaves, ¿no es así?- Asiento con mi cabeza manteniendo mi sonrisa -Tú me asustas.

-Bienvenido a mi mundo- Comenta Rafael palmeando el hombro de mi padre -Mejor sube a ese auto antes de que se le ocurra dejarte aquí y ella irse a su casa conduciendo sin licencia.

-Yo tengo mi licencia- Digo con frescura.

-Becca de copiloto, ahora- Advierte mi papá, entro mis piernas al auto y cierro la puerta del piloto, apago el motor y quito mi juego de llaves, papá abre los seguros de las puertas con su mando e ingresa al auto con algo de enojo- A este paso obtendré mis primeras canas antes de los cuarenta.

-Exagerado- Contesto y luego nos conduce hacia casa.

* * * * * * * * * *

-Hemos llegado- Dice papá -Espero que sea de tu agrado el regresar a casa- Ay papi si supieras me digo mentalmente -Te ayudaré a subir tus maletas a tu habitación.

Apostando mi virginidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora