Últimamente Francisco pasa más tiempo en el Hogar compartiendo tiempo de calidad con cada integrante de esta rara familia, luego de aquel susto algo fuerte en el cual puse mi vida en riesgo todos estamos al pendiente de todos, más que todo de mí, es gracioso puesto que si voy bajando las escaleras ya hay alguien esperándome abajo o en la mitad de las escaleras para que yo no resbale ya que me han catalogaso como un imán de problemas.
Lindo no.
No lo voy a negar, me encanta que me cuiden porque me hacen sentir querida, amada, sin embargo a veces se vuelve tedioso y nada tolerable porque si estoy en la cocina no puedo estar cerca ee nada inflamable, msi estoy en la piscina no me puedo acercar al cuarto en el cual están los purificadores y si estoy en el cuarto de limpieza ni de chiste puedo tomar los utensilios de aseo.
Son unos idiotas.
Ahora voy de regreso al Hogar a pie, me harté de ir en el transporte escolar siendo acosada y torturada por cada alumno que va ahí, me cansé de las preguntas y exclamaciones de chicas con voz chillona: "¿Por qué crea que Thomas te atacaría?" "¡Estás mintiendo, quien se fijaría en ti!" y la más graciosa: "Ya di la verdad, es muy seguro que tu lo estabas seduciendo y armaste todo este teatro".
No necesitaba mentir, si yo quisiera que alguien me arranque mi virginidad tranquilamente se lo puedo ir a pedir a Francisco o a Santiago, ¡Hasta Nicolás está dispuesto a hacerlo!, pero nadie comprende eso.
—¿Becca que haces caminando por estos lares?— Por qué siempre debían descubrirme —¿No deberías estar en el expreso?
—Si Alex— Contesté —No me agrada ir en el transporte escolar porque me explotan en preguntas sobre lo que pasó entre Thomas y yo en ese armario de limpieza.
—¿Y no era más fácil pedirnos que te vayamos a recoger?— Andrés me pregunta.
—Ustedes tienen que ir a la universidad, ya tienen sus problemas como para andar pendientes de los míos— Respondo.
—Creo que en el Hogar a nadie se le complicaría dejarte y recogerte cuando sea momento de ir al colegio Becca, queremos tu seguridad y es más, podemos hablar con el rector del colegio para que haya un llamado de atención y dejen el acoso.
Alex y Andrés estudian la misma carrera, ambos estudian medicina en la misma universidad, siempre andan juntos cuando es momento de estudiar, aparte son como mejores amigos por eso no se me hace raro encontrarlos por estos lugares juntos, lo que si me sorprendía era ver al chico que iba con ellos, era alto, con una cabellera desarreglada, iba con unos audífonos Beats en su cuello y para finalizar en su cabeza tenía un gorrito de lana.
—Ya déjenlo fluir— Contesto, ya me estaba hartando el tema —Ya pasó, ya fue, por mí que sigan manchando mi nombre, no le pondré importancia a un grupo de descerebrados— Miro al chico del gorrito de lana y él sonreía —¿Quién es el chico que los acompaña?
—Oh cierto— Dice Alex deteniéndose —Él es Charlie— Charlie me saluda de la mano —Charlie, ella es Rebecca, pero le decimos Becca— Le devuelvo el saludo y me sonríe, una lentes y las iris de sus ojos son de color hazel —Ella es la princesa del Hogar en el cual vivimos, tiene cinco meses con nosotros y en uno se va.
—¿Vives rodeada de hombres?— Pregunta asombrado —Vaya, eso ea arriesgado.
—Ni que lo digas, sin embargo, también es divertido, reímos, nos lanzamos cosas, es linda la convivencia.
Charlie sólo sonríe y regresa su vista al frente, Alex y Andrés se pierden en su conversación y yo en mis pensamientos, ya me quedaba un mes con ellos y parece ayer que ingresé al Hogar.
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Apostando mi virginidad
Teen FictionBecca, Una adolescente de 16 años es enviada a un retiro de su colegio, junto a su hermana Marina y su mejor amiga Aurora. Todo va bien hasta que en el retiro, Rafael Hamilton, organizador de todo empieza a dar la charla con un tema del desagrado de...