Bonus: Probando el Fruto Prohibido

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Rafael, 19 años.

Estaba a una hora de verla, estaba a una hora de confesarle lo mucho que la amo, estaba a una hora de confesarle que jamás dejé de amarla. Se que perdí mi oportunidad y no lo niego, fui un idiota, la dejé ir y ahora ella es feliz con mi mejor amigo.

Jamás le dije a Marcus que seguía amando a Jasmine, se me hacía un poco delicado decirle "Hey sigo amando a la mujer que ahora es tu novia",  hasta sonaba ridículo.

Jasmine me perdonó el engaño pero no me quiso dar la oportunidad de seguir a su lado, sus palabras fueron: "No cometo el mismo error dos veces, te disculpo pero tu y yo sólo tenemos recuerdos en común, me traicionaste y eso aún me lastima".

Ese día lloré como nunca me lo hubiere imaginado.

En mi vida no faltaban mujeres, es más, me sobraban, no necesitaba rogar ni andar con rodeos, con decir "aquí y ahora" conseguía lo que yo quisiera y hasta con un plus, sin embargo, Jasmine si me golpeó fuerte cuando me negó una segunda oportunidad, fue algo muy alucinante.

Me quedaban treinta minutos para que se cumpla la hora acordada para vernos, la cité en una cafetería para poder conversar tranquilamente aparte es un poco alejada de nuestras viviendas para así no tener interrupciones.

Marcus no está en la ciudad, tiene una reunión de trabajo en New York así que ni Jasmine ni yo corremos peligro de ser encontrados por él.

Empiezo a caminar hacia la cafetería, diez minutos más tarde he llegado, entro y el olor a café recién hecho penetra mis fosas nasales, se  siente una tranquilidad muy acogedora y muy pacífica, por eso me eencanta venir aquí.

Jasmine hace acto de presencia con un vestido azul con círculos blancos el cuál le queda arriba de la rodilla, sus pies van decorados de unas lindas sandalias plateadas y en su mano lleva una pulserita dorada.

Es la que le regale en nuestro sexto mes de enamoramiento.

-Estás preciosa- La halago deslumbrado.

-Ve al punto Rafael- Me responde de manera hostil.

Antes de poderle responder llega una mesera a nuestra mesa, Jasmine pide un café pasado y yo pido un capuccino, la mesera va en busca de nuestra orden y yo respiro profundamente.

-Quiero regresar contigo- Digo y Jasmine hace amague de interrumpir pero yo prosigo -Se que me has dicho que lo nuestro es pasado y que ya no sientes lo mismo por mí, sé que aún me odias y demás cosas pero yo estoy dispuesto a intentarlo sin importarme que mi mejor amigo esté de por medio, yo te amo Jasmine.

-Me amaste querrás decir- Me responde mirando a otro lado menos a mis ojos suplicantes -No has sufrido nada comparado con lo que sufrí por tu traición, te amaba Rafael, diablos te sigo amando pero Marcus hace que el dolor sea soportable.

》No imaginas las noches que me dormí con el teléfono en la mano llorando por ti, no imaginas cuántas veces desperté a Marcus en la madrugada para hablarle de ti y lo mal que me sentía y más aún no imaginas todo el apoyo y cariño que el me dio mientras tú estabas en quien sabe donde.

》Perdiste tu oportunidad mientras que Marcus la está aprovechando al máximo.

Se levantó de su asiento y se retiró con lágrimas en sus ojos, revolvía mi cabello con exasperación, estaba dejándola ir de nuevo y ya me estoy cansando de este tira y hala.

Dejo dinero en la mesa por el pedido jamás entregado y salgo corriendo atrás de Jasmine, la alcanzo dos cuadras más adelante y la tiro de su brazo izquierdo pegandola a mis labios probando de ese néctar ahora prohibido.

Apostando mi virginidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora