Apostando mi virginidad

#2 Apostando con un Extraño.

Rafael Hamilton, anfitrión del evento, empezó a hablar sobre las relaciones sexuales a temprana edad, un tema interesante hasta que...

-El sexo entre adolescentes entre catorce a diecisiete años se da por factores relativamente tontos, se dan por rebeldía, curiosidad, un porcentaje algo alto por violación y otros simplemente, por disfrutar del éxtasis- No quería seguir escuchando, ese cretino habla de los adolescentes como si fuésemos depredadores sexuales.

-Y que hay de los adolescentes que no han experimentado "disfrutar del éxtasis" como dices tú- Dije con sorna, ganándome las miradas de todos y un "Becca cállate" de Aurora.

-¿Me estás preguntando cómo será la vida de esos adolescentes?- Empezó a decir imitando a alguien que está analizando una pregunta -Pues... ¡Ya no existen!- Soltó una sonora carcajada y luego siguió hablando -Siquiera el 95% de todos ellos- Señaló con su brazo a todos los adolescentes presentes en la sala de conferencias -Ya han tenido sexo alguna vez en su vida- Una gran parte en la sala agachó la cabeza, eran pocos los que la tenían levantada.

Pero aquí se le borrará la sonrisa de niño mimado a este idiota, no voy a permitir que nos insulte con sus datos sacados quizá de sitios poco fiables.

-Yo tengo dieciséis años y sigo siendo virgen, no me apena ni me avergüenza decirlo, pienso que a mi edad el sexo es innecesario y mi padre, aparte de que me apoya, está orgulloso de mi forma de pensar y si no me crees, mi hermana vino conmigo- Concluí con la mirada en alto.

-¿Me estás diciendo que tu eres virgen?- Rafael lo dijo con una voz cargada de incredulidad fingida, yo asentí y el empezó a reír fuertemente -Eso es imposible, eso no te lo creo, niñita- Dijo en un tono desagradable.

-Pues deberías creerle Rafael- Se levantó Aurora de su asiento -Becca no necesita mentir ante tantas personas, hasta yo he deseado que ella ya deje de ser virgen, pero no quiere, siempre rechaza- Mi mejor amiga gira los ojos mientras se cruza de brazos.

Rafael miró a Aurora y luego paso su mirada hacia mí, eso le repitió tres veces y luego decidió hablar.

-Hagamos algo Becca, si tu dices ser virgen...- Le puso suspenso al momento -Apostemos- Termino de decir.

-¿Apostar? ¿Que quieres apostar?- Esto se me está yendo de las manos, no pensaba apostar, sólo quería hacerlo quedar en ridículo.

-Apostemos tu virginidad- Dijo degustando cada palabra mencionada.

-¿Que gano yo apostando eso?- Inquieto algo asustada, el miedo poco a poco me va dominando pero mis malditas ganas de callarlo me pueden.

-Te lo plantearé así: Si tú logras en seis meses no tener relaciones sexuales, no masturbarte o que alguien lo haga por ti, yo te pago una beca universitaria en donde tú elijas pero debe ser dentro del país- Wow esa oferta estaba interesante, sería una loca si no aceptaba.

Aunque mas loca estoy por considerar correcto aceptar la apuesta. Ay papá, ayúdame con algún sabio consejo.

-Yo acepto tu oferta Rafael- Respondo con seguridsd, ¿de dónde ha salido? Ni yo lo se, sólo ha surgido -Si yo llego a incumplir las normas del juego, yo les consigo un cupo en cualquier universidad que ellos deseen a tus chicos de la fraternidad y proveeré el hogar con todo lo necesario, por un lapso de tres meses.

-Entonces, ¿ésto es un trato, Rebecca?- Dijo Rafael con cierta emoción en sus palabras.

¿Quién no se emocionaría por estar apostando la virginidad de una niña de dieciséis años? Hasta el más pedófilo estuviera con la sonrisa del gato de Alice in Wonderland.

-Es un trato, Rafael- Él bajó del podium caminando a paso rápido, llegó hasta el lugar en el que yo estaba y tendió su mano, yo le facilite la mía para así cerrar el trato, a más de hacerlo por la oferta de una beca, lo hacia porque el estaba hiriendo a mi orgullo y eso es mas importante que cualquier cosa, incluso mas importante que una super oferta como es la que Rafael me hizo.