Cuando menos te lo esperas (camren fanfic).

Capítulo 4

Camila POV.

Salí tarde de mi primera clase y me dispuse a correr por el pasillo como una loca para poder llegar a tiempo a la siguiente. Al doblar en una esquina choqué con alguien y caímos al suelo.

Cerré los ojos al instante. Me moría de vergüenza al estar ahí tirada en el suelo encima de alguien que ni si quiera conozco.

- ¡Hey! está muy bien esto de tenerte encima pero realmente llego tarde a mi clase ¿te puedes levantar? - Esa voz.. era una voz ronca pero al mismo tiempo suave. Me cautivo al instante y abrí los ojos pero no me moví, me bloqueé.

La chica que tenía debajo, sus ojos... tenía los ojos más verdes que vi en mi vida. Seguramente serían los ojos más verdes del mundo. Sentí una sensación extraña cuando nos quedamos mirando un rato la una a la otra hasta que reaccioné y me levante lo más rápido que pude porque yo también tenía que llegar a mi clase.

- Perdón. Lo siento soy un poco despistada y llego tarde a mi clase ¡chao! - No esperé a que ella me dijera algo porque estaba muerta de la vergüenza pero escuché su voz a lo lejos.

- ¡¡Tranquila loquita, fue un placer amortiguar tu caída!!.

Estuve el resto de las clases pensando en esos ojos ¿serían verdaderos o llevaría lentillas? no tenían mucha pinta de ser lentillas. Luego me quede pensando en su cara, pelo castaño oscuro y facciones perfectas, ella era perfecta, era bastante blanquita de piel pero le quedaba bien con sus ojos verdes. Pensé en la sensación que tuve cuando nos miramos, fue tan raro..

Me sentí inútil pensando en una chica a la cual había visto solo un minuto de mi vida así que evadí cualquier pensamiento sobre ella y seguí atendiendo a mis clases.

Lauren POV.

Hoy era el tercer día que iba a clase. La primera semana no fui porque no quería escuchar todas las tonterías que tenían para decir al inicio del año. Puse la mejor escusa al director diciendo que llegué el domingo de un viaje y se lo creyó.

Iba tranquilamente por el pasillo para llegar a mi clase cuando note un golpe fuerte y cuando me quise dar cuenta estaba en el suelo con un peso extra. Era una chica que tenía la cabeza agachada mirando para la carpeta que llevaba en la mano. La única cosa que separaba su cuerpo del mío. Le pedí si se podía levantar porque llegaba tarde a mi clase, entonces levantó la cabeza y tenía los ojos cerrados con mucha fuerza y el pelo todo despeinado lo cual me causó mucha gracia. Parecía una loca con esas pintas y yo estaba haciendo mucho esfuerzo para que no notara que me estaba riendo de ella. Finalmente abrió los ojos que se chocaron con los míos al instante. Tenía unos ojos grandes y expresivos, llenos de vergüenza por el momento que estaba pasando, pero también tenía los ojos marrón chocolate más bonitos que había visto en mi vida. Definitivamente el chocolate será mi comida favorita a partir de ahora. Nos quedamos clavándonos las miradas por unos segundos más hasta que note como ella se levantaba rápido, me pedía perdón diciéndome que era un poco despistada y se iba del lugar corriendo.

Me pareció una chica bastante guapa, no me importaría coincidir con ella en clase. Cuando llegue a mi clase el profesor no me dejo entrar porque gracias a la loquita del pasillo llegué tarde. Alexa me había dicho que este era un profesor muy estricto y no permitía llegar tarde a nadie, supongo que ahora sé que Alexa tenía razón. Le mandé un mensaje diciéndole que la esperaría fuera y le contaría porque llegue tarde.

Después de una hora de aburrimiento Alexa salió de clase y cuando me vio se dirigió a mi con cara de enfadada, sabía que me esperaba una pequeña bronca por no llegar a tiempo y no poder entrar en la clase para conocer al profesor Don Puntualidad.

- ¡Lauren! te dije que llegaras pronto, Gerardo es muy estricto ¡estaba claro que no te dejaría pasar! ¿que hiciste esta vez?. - Alexa es mi mejor amiga desde que tengo memoria, ella, Vero y yo siempre estuvimos a la par desde pequeñas, Alexa creció y maduró y ahora es una chica responsable, pero Vero y yo nos quedamos atrás siendo un poco más alocadas y viendo la vida.

- No es nada de lo que piensas Alexa, deja que te lo explique. - Sé que no soy una chica modelo pero está vez no fue culpa mía así que cogí a Alexa del brazo y la invité a comer para contarle lo que me había sucedido.

Entramos en un restaurante de comida rápida, una hamburguesa siempre viene bien. Llamamos a Vero que ella si que había faltado a su universidad porque le había dado la gana de quedarse durmiendo.

Cuando vino Vero les conté lo que me había pasado en la mañana con la chica despistada.

-  ¿Así que me estás diciendo que una pedazo de morena se te tiró encima en los pasillos de la universidad? definitivamente tengo que ir a vuestra universidad. - Vero y yo somos lesbianas desde casi que aprendimos a andar y fuimos un gran apoyo para la otra cuando decidimos decírselo al mundo.

- No creo que vaya en nuestra clase, no vi entrar a ninguna chica morena de ojos color chocolate y fui de las primeras en entrar en clase. - Lo que me acaba de decir Alexa extrañamente me desilusionó un poco pero traté de fingir que no me importaba.

- No pasa nada, no creo que la loquita pudiera satisfacer mis necesidades.

 ¡Lauren! deberías de dejar de utilizar a las chicas como si fueran juguetes, un día te enamorarás y me reiré de ti. - Yo sabía que era bastante atractiva y le daba provecho seduciendo a cualquier chica que se me pusiera a tiro para liarme con ellas en las fiestas. Con algunas acaba en la cama pero con la mayoría no pasaban de besos, no me gusta mucho que me agobien y estar en pareja me parece la mayor tontería el mundo. Desde pequeña tengo claro que no me pienso enamorar, mi felicidad no puede depender de otra persona que no sea yo.

- Venga Alex, sabes que el amor es una gilipollez y la chica está bastante buena pero se ve recatadita y una niña tonta. Esas no son las mías. - A mi me gusta más liarme con chicas con decisión, más altas, más rubias y con más tetas que la morena loquita del pasillo.

- ¡Bien dicho Jauregui! - Vero miro para mí y chocamos las cinco haciendo que Alexa gire los ojos en señal de desaprobación.