Capítulo 18

6.1K 199 2
                                    

Camila POV.

Entré en mi casa radiando felicidad, no me podía sacar la sonrisa de tonta de la cara. Dinah estaba en el sofá viendo la tele y levantó la cabeza para verme cuando se dio cuenta de que había llegado.

- ¿Dónde te metiste todo el día? te llamé y te mandé un par de mensajes. - La verdad es que salí tan rápido de la universidad que me había dejado el móvil y mis cosas allí. 

- Lo siento. Me fui de la universidad al principio de la mañana y me deje mis cosas allí. - En esos momentos era imposible dejar de sonreír pensando en lo que hice esta mañana.

- ¿Tú dejando de ir a clase? ¿estás enferma o qué? - Se levantó del sofá y se acercó a mí para tocarme la frente. - No te ves como si estuvieras enferma. ¿Y esa cara de idiota que tienes? ¿que hiciste?

- Salí con Lauren. - Y no pude evitar que mi sonrisa se ensanchara al decirlo. Dinah abrió los ojos como platos y luego me miró confundida.

- ¿Con Lauren? ¿la misma Lauren por la que estuviste un mes mal porque te había dejado de hablar? ¿la misma que te besó y luego se marchó dejándote echa polvo?, ¿esa Lauren?

- Quién diría que es tu amiga...

- Es mi amiga, Mila, pero tu más y ella te hizo daño. No quiero que te vuelva a hacer daño otra vez. Lauren es una cabra loca y tú una tonta que cree en cuentos de hadas y por la cara que traes parece que te estás enamorando. 

- No digas tonterías, Dinah. No me estoy enamorando sólo que pasamos una mañana genial. Fuimos a la playa, nos besamos, jugamos en el agua y me llevó a comer a un bar cerca de la playa, luego fuimos a dar un paseo por la orilla cogidas de la mano. No me estoy enamorando, o eso creo, pero la verdad es que nunca había sentido esto con nadie, y ni siquiera sé que es esto pero me gusta y me gusta como me hace sentir ella. Odio a la Lauren loca, engreída y sin corazón, pero la Lauren dulce y cariñosa hace que se me erice la piel.

- No vayas tan rápido, Mila. Si ya sabes como es Lauren ten cuidado y si te vuelve a hacer daño por muy amiga que sea la mato.

- Las dos quedamos en que vamos a tomarnos esto con calma y ver como surgen las cosas. - Volví a sonreír porque en ese momento nadie podía quitarme la sonrisa de mi cara. 

- Anda ven aquí, pequeña. - Estiró sus enormes brazos y nos fundimos en un abrazo. - Lauren es una cabra loca pero por lo menos hoy supo como hacerte feliz. Nunca te había visto tan radiante. - Me separé de su abrazo y le dí un pequeño beso en la mejilla.

- Gracias, amiga. 

Estuvimos un rato en el sofá viendo la tele y luego nos pusimos a preparar la cena. Estaba tan cansada por el día que pasé hoy que apenas comí. Después de revolver un poco la comida de mi plato me levanté y mientras Dinah fregaba los platos yo los secaba y los guardaba, nos repartíamos bien las tareas del hogar. Al acabar me fui a mi habitación, me puse el pijama y me tiré en la cama sabiendo que mañana cuando despierte voy a tener agujetas. Había corrido mucho en menos de media hora y no estoy acostumbrada a hacer deporte así que me dormí pensando que mañana sería un día duro.

No me equivocaba, cuando me desperté y puse los pies en el suelo mis piernas reaccionaron con un inmenso dolor. No tuve fuerza ni a ir a la habitación de Dinah. Mientras me metía en el baño para ducharme me dedicaba a gritarle para que se despertara. Salí del baño y ponerme los pantalones fue todo un reto, andaba como si me hubiera bajado de un caballo y después no hubiera podido cerrar las piernas. Dinah ya estaba en la cocina cuando bajé y al verme andar estuvo riéndose de mí diez minutos. 

- ¿Por qué andas así? - Reía tan fuerte que seguro que ya despertó a medio barrio. La miré con cara de odio y me senté a su lado para desayunar.

- Agujetas. 

- ¿Agujetas? ¿pero no eran que sólo habíais ido a la playa y comer? - Levantó una ceja y puso una mirada pícara.

- Idiota. No hicimos nada, sólo que antes de ir a la playa estuve corriendo por toda la universidad buscándola y luego fuimos corriendo a la playa y como no estoy acostumbrada a hacer deporte ahora tengo agujetas. - Dinah volvió a reír y yo bajé la cabeza negando. 

Llegue a la universidad y bajarme del coche de Sam fue un gran problema, me dolían demasiado las piernas. Después de un rato caminando a uno por hora llegue a junto de las chicas pensando que Lauren iba a estar con ellas, pero no, no pude evitarlo y sentí una pequeña decepción. Las saludé y caminamos hacia clase. 

- ¿Por qué andas así? - Alexa y Normani me miraban raro. 

- No preguntes. 

- ¿Una noche larga eh? - Normani me sonrío y puso una mirada pícara. Le dí un pequeño empujón y reí.

- Digamos que ayer estuve haciendo deporte y la falta de costumbre hizo que hoy apenas pueda mover las piernas. El deporte es malo... - Alexa y Normani empezaron a reírse al unísono.

- ¿Por deporte quieres decir correr como una loca buscando a Lauren?, ¿por qué la buscabas? ayer llegó a casa por la tarde y no me quiso contar que había hecho. ¿La encontraste? - Iba a contestar cuando las risas de alguien nos interrumpieron, miré para atrás y era Lauren que se estaba riendo de mí. 

- ¿Te escuece algo? - Reía y yo me estaba empezando a poner furiosa. - No me mires así, sólo te pregunté si te escuece algo, andas un poco raro ¿no? - Siguió riéndose y yo salí de allí como pude. Pero Lauren me siguió y me metió en el baño. Cerró la puerta detrás de nosotras y me besó. Me separé y le dí un guantazo.

- ¿Qué haces? ¿primero te ríes de mí delante de mis amigas y luego me besas? - No me dijo nada y me volvió a besar y me volví a separar y le solté otro guantazo. Lauren se tocó la mejilla que tenía roja y luego me volvió a besar, intenté separarme pero me agarraba con tanta fuerza que no podía hasta que me deje llevar y le correspondí el beso. Al segundo de seguir el beso nuestras lenguas empezaron a jugar entre sí, cuando la lengua de Lauren rozó con la mía no pude evitar sentir como se me ponía la piel de gallina. Estuvimos así hasta que Lauren se separó pero no me soltó de su agarre.

- Agua con azúcar. 

- ¿Eh?

- Para las agujetas, toma agua con azúcar y se te pasará ya verás. - Le quité las manos de mi cintura y me aleje de ella. 

- Te ríes de mí, me besas y luego me das un remedio para las agujetas. Tienes que controlar tu bipolaridad. - Lauren soltó una pequeña risita y se acercó a mí. 

- Vamos, no me vas a negar que no te ves graciosa andando así, parece que te escuece al andar. - Volvió a reír y yo la empujé y le dí un golpe en el brazo como ya era costumbre. - ¡AUCH! tú tienes que controlar tu agresividad. - Dijo acariciándose el brazo golpeado como si le hubiera hecho mucho daño.

- Exagerada. - Rodé los ojos. 

- Tienes que controlar tu fuerza, haces daño. - E hizo un puchero. Las dos sabíamos que estaba bromeando. Lauren es mucho más fuerte que yo, puede aguantar un golpecito. 

- Tonta. - Solté una pequeña carcajada y Lauren se inclinó para darme un corto beso en los labios.

- Enana. - Sonreí. - Entonces, ¿sigues enfadada? 

- Debería. - Crucé los brazos y puse cara seria. - ¿Por qué te reíste? sabes perfectamente porque ando así. 

- Eres muy sensible ¿sabías? - Se acercó, me agarró por la cintura y me dio otro rápido beso en los labios. - Perdón aún no controlo a la Lauren estúpida que tengo dentro, dame tiempo.

- Trabajaremos en que desaparezca esa Lauren, odio a esa Lauren. - Apoyé la cabeza en su pecho mientras ella me rodeaba con sus brazos. Después de un rato así Lauren rompió el silencio.

- Dolieron tus cachetadas. - Me reí y me puse de puntillas para darle dos besos en la mejilla que había golpeado. - Mejor. - Sonreí ante su comentario y volví a apoyar la cabeza en su pecho y así pasamos nuestra primera hora de clase, abrazadas dentro del baño.






Cuando menos te lo esperas (camren fanfic).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora