Lauren POV.
Tenía a Camila entre mis brazos y con eso ya había valido la pena todo. Íbamos a enfrentar mis miedos juntas y cuando esté preparada le contaré mi historia. Y con ella iba a averiguar que es esto que me pasa cuando la tengo cerca. Iba a intentarlo, por ella iba a intentarlo.
- Lauren, me encanta que estemos así pero me estas apretando un poquito. - Ni si quiera me había dado cuenta que la estaba apretando con tanta fuerza. La solté un poco y le di un beso.
- Perdón, pero es que una gran parte de mí se preparó para que me dijeras que no quieres saber nada de mí y ahora no me creo que aceptaras estar conmigo en esto.
- Juntas vamos a ir viendo lo que pasa entre nosotras, pasito a pasito, sin prisas. - Me dio un golpecito en la la nariz con el dedo índice y yo la arrugué al instante como acto reflejo.
- Ven. Vamos a la playa, hace un día precioso. No nos los podemos perder. - La agarré de la mano y tiré de ella para que me siguiera pero estaba intentando soltarse.
- Lauren, tenemos clase. No nos la podemos perder.
- Por un día que faltes no te echaran de menos, ¡vamos! - Me acerqué a ella, le dí un pequeño beso y la volví a coger de la mano para tirar de ella y que me siguiera.
Salimos del campus corriendo agarradas de la mano. La poca brisa que corría rozaba mi piel y me hacia sentir libre. Camila corría a mi lado feliz, como si fuera navidad y ella fuera una niña pequeña impaciente por abrir sus regalos. Esquivábamos a la gente y tropezábamos con otra a la que les pedíamos perdón pero nunca nos soltamos las manos. Llegamos a la playa exhaustas por todo lo que habíamos corrido. La playa quedaba a unos quince minutos de la universidad y no habíamos dejado ni un minuto de correr en todo el camino.
- Sí llego a saber que iba a pasar parte de mi mañana corriendo me hubiera puesto un chándal.
- Tonta. Ven, vamos al agua. - Volví a tirar de ella para adentrarnos en el agua.
- No. Lauren, para. - Camila se soltó de mi agarre y me miraba como si estuviera loca. - No tenemos bikinis, ¿cómo pretendes que nos bañemos?
- Podemos hacerlo en ropa interior, es como un bikini al fin y al cabo. - Camila me miraba tan raro que no pude evitar reírme. - ¿Qué? ¿tienes un sujetador muy vergonzoso? ¿o quizás braguitas de princesas? - Camila me dio un golpe en el brazo. - ¡Auch!
- ¡No tonta! es sólo que me da un poco de vergüenza. - Me dio tanta ternura que no pude evitar darle un beso, tierno y dulce como estaban siendo todos nuestros besos hasta ahora.
- No hay mucha gente aquí ahora, la mayoría de las personas deben de estar trabajando a esta hora. Vamos, si alguien intenta mirarte yo me pondré delante tranquila. - Se lo dije en tono de broma y me lleve otro puñetazo en el brazo por eso.
Nos acercamos a la orilla y allí nos quitamos la ropa. No pude contenerme y mientras me desnudaba no dejaba de mirar a Camila, la verdad es que tenía un cuerpazo y era incapaz de quitar mis ojos de ella, tanto que se dio cuenta.
- Bien las vistas ¿no? - Camila puso los brazos en jarras y me miraba fijamente. Yo seguramente estaré teniendo mi mayor cara de boba en este momento.
- No me puedo quejar la verdad. - Me reí y Camila me iba a pegar en el brazo otra vez pero fui más rápida y la agarré de la muñeca y de un tirón ya la tenía pegada a mi cuerpo. - Vamos a tener que quitarte esa mala costumbre de pegarme, me vas a dejar el brazo negro. - Y la besé, era imposible no hacerlo teniéndola tan cerca.
Cuando nuestros pies tocaron el agua Camila se fue para atrás y yo me seguí metiendo hasta que me di cuenta de que ella seguía en la orilla sin querer meterse en el agua.
- VENGA CAMILA ¡MÉTETE!
- ¡ESTA HELADA!
- OH VAMOS NO SEAS EXAGERADA ESTA BUENÍSIMA
- NO ME PIENSO METER, LAUREN
- NO ME HAGAS IR A POR TI
- NO LO HARÁS.
Al escuchar esas palabras me fui acercando más a la orilla y al llegar a ella la agarré por las piernas y la cargué en mis hombros para meterla en el agua. No me costó mucho dado que Camila no pesa nada pero ella no dejaba de patalear y pegarme en las espalda haciendo que fuera más difícil cargarla.
- LAUREN PARA, BÁJAME, BÁJAME ¡¡LAUREN!
- ¿Seguro que quieres que te baje?
- Sí, seguro. - Dicho eso la solté y deje que se cayera al agua. - Tonta, ¡está helada! ¡ahora me muero de frío!. - Yo no podía dejar de reír, se veía como una niña pequeña.
- No seas exagerada, no esta tan fría. - La acerqué a mí con un rápido movimiento y la abracé para darle calor. - ¿Mejor?
- Sí, pero aún no se me fueron las ganas de matarte. - Solté una pequeña risa y nos separamos del abrazo. - Tonta. - Se acercó a mi otra vez y se puso de puntillas para poder darme un pequeño beso en los labios.
- Enana. - Me reí y la abracé con fuerza para sumergirnos en el agua dándonos un beso.
Estuvimos media hora en el agua entre besos y jugando a salpicarnos. De vez en cuando Camila se subía a mis hombros para tirarse al agua. Tuvimos que salir cuando ya teníamos los labios morados del frío. Estuvimos un rato al sol para secarnos, luego nos vestimos y la llevé a comer a un bar cerca de la playa. Salimos del bar y decidimos volver a la playa para dar un paseo por la orilla. Nos habíamos remangado los pantalones para no mojarlos, íbamos agarradas de la mano y en nuestra mano libre llevábamos nuestros zapatos. Parecíamos una pareja, pero sin serlo.
Volvimos a la universidad a por mi coche y llevaría a Camila a su casa. Estuvimos todo el camino hablando de tonterías y poniendo música a todo volumen mientras cantábamos como locas. El camino a su casa se me hizo demasiado corto y ya era momento de que se fuera.
- Bueno me voy. Gracias por la mañana de hoy. - Se inclinó en el asiento y me dio un rápido beso. Salio del coche y yo también me bajé. Me acerqué a ella y la agarre por la cintura para pegarla a mi cuerpo.
- ¿Eso es todo? después de la mañana que te dí, ¿un simple besito? ¿en serio Camila? pensé que lo podías hacer mejor. - Se puso de puntillas otra vez y me dio otro beso, este más duradero que el primero. - Enana.
- Tonta. - Y nos volvimos a besar. Después del beso Camila me dio otro más corto y se dio la vuelta para meterse en su portal pero la agarre de la muñeca e hice que volteara a verme.
- Gracias a ti. Fue una mañana increíble. Por primera vez en mucho tiempo volví a sentirme feliz, realmente feliz. Gracias enana. - Y la besé otra vez porque ya era adicta a sus labios y a su sabor.
- De nada tonta.
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Cuando menos te lo esperas (camren fanfic).
FanfictionCuando menos te lo esperas aparece lo que menos te imaginas, el amor.