Y nos llevabamos todos bastante bien, nos conocíamos los unos a los otros como si de hermanos se tratase. Y vivimos momentos divertidos, como aquella vez que le pusimos un cojín de pedos en la silla de la profesora; y momentos tristes, como cuando aquel joven compañero de distinto aula murió de meningitis. Por supuesto, todos crecimos juntos, desde los 3 años. Se formaron lazos de amistad fortísimos, se formaron romances y bromances, nos dejaron varios por el camino, y a la vez nos comportábamos como una clase y teníamos nuestros exámenes. Más de una vez tuvimos que parar la clase porque las risas no permitían al maestro continuar la clase. En ocasiones me da por ver los vídeos de cursos atrás y solo quiero llorar porque no me estoy dando cuenta de lo que he estado teniendo todo este tiempo. Son simplemente los mejores compañeros del mundo, todos con un corazón enorme. Una clase unida, puede decirse. Hasta ahora.
Ahora tenemos que dividirnos. No se oirán más esas risas en clase, no podré tener a mis dos mejores amigas a mi lado, porque cada una seguirá un camino. E igual con mis compañeros. No estoy segura de si los volveré a ver por el tramo de vida que tengo por delante, pero me encantaría que no se pierda nuestra amistad, y sé que no los olvidaré nunca.
Espero que no me olviden a mí.--
A mi clase. Gracias por esos 11 años juntos, no los cambiaría por nada.
P x
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Pequeños relatos perfectos
RandomNo son de un solo tema, y ningún relato tiene nada que ver con otro. Son distintos relatos para variar, para leer algo diferente. No hacen ninguna referencia a mí, ninguna de las personas soy yo o espero ser yo. Solo son relatos. Si alguno os gusta...