-Señorita, faltó usted hoy.
-Le falté porque usted ya se encuentra bien, las conversaciones no llevan a ninguna parte.
-Pero usted dijo que no habría día que falte un "¿cómo se encuentra?" por su parte.
-Porque al encontrarse bien, usted cambiaba la conversación y me preguntaba a mí. Me sentía como si le molestara al preguntarle. Y en cierto modo lo hacía: todas las mañanas el mismo mensaje, pensé que estaría harto.
-¡Todo lo contrario! Su mensaje era el que me daba esperanza.
-¿Era bonito, verdad? Que hubiera alguien que se acordara de usted al despertar, todas las mañanas.
-Sí lo era.
-Pues debería haberlo demostrado cuando lo tenía.
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Pequeños relatos perfectos
RastgeleNo son de un solo tema, y ningún relato tiene nada que ver con otro. Son distintos relatos para variar, para leer algo diferente. No hacen ninguna referencia a mí, ninguna de las personas soy yo o espero ser yo. Solo son relatos. Si alguno os gusta...