Relato nº54

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-Señorita, faltó usted hoy.

-Le falté porque usted ya se encuentra bien, las conversaciones no llevan a ninguna parte.

-Pero usted dijo que no habría día que falte un "¿cómo se encuentra?" por su parte.

-Porque al encontrarse bien, usted cambiaba la conversación y me preguntaba a mí. Me sentía como si le molestara al preguntarle. Y en cierto modo lo hacía: todas las mañanas el mismo mensaje, pensé que estaría harto.

-¡Todo lo contrario! Su mensaje era el que me daba esperanza.

-¿Era bonito, verdad? Que hubiera alguien que se acordara de usted al despertar, todas las mañanas.

-Sí lo era.

-Pues debería haberlo demostrado cuando lo tenía.

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