Relato nº20

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La verdad, no me pudo dar más rabia nuestra auto infravaloración. Los españoles nos subestimamos tanto que estamos reemplazando nuestro propio idioma por uno entre el español y el inglés, que, al fin de la cuenta, no es ninguno, ya que de sentido carece. Pedantes ignorantes, (como Antonio Muñoz dijo), que creen que aprenden inglés, en realidad fastidian ambos idiomas. Piensan que poniendo el nombre de un producto en inglés, este tendrá más éxito. Y lo peor es que es verdad: el propio consumidor se deja convencer por el estilismo, la modernidad y la innovación del ingles, que parece que será de una mayor calidad. Es el idioma de los publicistas. Ni siquiera tiene el mínimo sentido a los nombres que ponen, o, por ejemplo, piensan que con quitarle las tildes o ponerle un genitivo sajón tienen el mayor nivel de calidad y modernismo de la historia. Esto, por ejemplo, ha pasado con la Telefónica. Perdón, con la Telefonica, porque, dado el caso, suena más inglés e innovador. Por favor, sabemos que en la mayoría de nosotros hay una pizca de anglofilia, pero no dejaos convencer. Nuestro idioma y la calidad de nuestro país es alta; no subestimarlo.

Por favor.

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