Fue una noche oscura con grandes nubes tapando la Luna. Yo estaba sentada como de costumbre, haciendo las cosas que hago como de costumbre. Hasta que lo oí: fue un sonido fuerte, como el de los truenos que revientan los cristales, solo que en vez de ser el trueno, eran los cristales los que dolían. Pinchaban tanto...
Y no podía hablar. Y no quería. Y me despedí repentinamente de todo y todos, y comencé a gritar.
Y entonces, cuando se hizo el silencio en mi interior, cuando cayeron los últimos cristales, comenzó a llover y a tronar.
Y desde entonces no ha parado.
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Pequeños relatos perfectos
SonstigesNo son de un solo tema, y ningún relato tiene nada que ver con otro. Son distintos relatos para variar, para leer algo diferente. No hacen ninguna referencia a mí, ninguna de las personas soy yo o espero ser yo. Solo son relatos. Si alguno os gusta...