-Preguntas demasiado.
-¿Cómo? -Le pregunté, aunque le había oído bien. Solo necesitaba tiempo para analizar la respuesta.
-Que preguntas demasiado -Me dijo, bastante decidido aunque con miedo a cómo me lo pueda tomar.
-No entiendo tu problema.
-¡Que preguntas mucho!
-¿Cuál es la parte exacta del inconveniente?
-¡No hay parte exacta del inconveniente! ¡Eres tú y tus preguntas diarias!
-¿Te molesta que pregunte? -Le pregunté, un poco confusa.
-Sí. Bueno, no de una manera normal.
-¿Te molesta que haga muchas preguntas o que pregunte demasiado cuando te estoy preguntando?
-¿Cómo?
-¿Te molesta el hecho de preguntarte varias veces o simplemente que haga muchas preguntas?
-Ehm... ¿Las... dos? No sé, me estás confundiendo.
-¿Te molesta que pregunte porque te confundo?
-No, es que no sé la respuesta a la mayoría de tus preguntas, y muchas de ellas ni siquiera la tie-
-¿Entonces te molesta que te pregunte sobre un tema en concreto o preguntarte en general?
-Ehm...
-¿Entonces quieres que te pregunte menos veces al día pero cuando lo haga haga más de una pregunta, o prefieres que solo te haga una pregunta pero más veces al día?
-¿Sabes qué? Olvídalo. No puedes evitarlo.
-¿El qué?
-Preguntar. Es... es como si viniese incorporado en tu cerebro.
-¿Qué?
-Nada -No sabía de qué hablaba. Él se dio cuenta de la situación y sonrió- Nada...
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Pequeños relatos perfectos
CasualeNo son de un solo tema, y ningún relato tiene nada que ver con otro. Son distintos relatos para variar, para leer algo diferente. No hacen ninguna referencia a mí, ninguna de las personas soy yo o espero ser yo. Solo son relatos. Si alguno os gusta...