Relato nº81

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Autoestima

Es una mierda, lo sé.

Mirarte al espejo, y te das asco. Y te pones a llorar, pero no importa, porque con las lágrimas no ves tu reflejo, y ya no sabes si es así mejor o peor. Y te calmas. Y te dices: me voy a querer. Y lo intentas. Y te das cuenta de que no funciona así. Te das cuenta de que ni tú te lo crees.

Que ves a las demás, las ves tan guapas, tan brillantes, tan queridas, tan simpáticas, tan dulces, tan geniales, que te comparas. Y sí, también lo sé: tú terminas perdiendo. Porque las demás personas son tan geniales y tú te sientes tan por debajo de tanto...

Que sientes que sobras en todos lados. Que tratas de integrarte pero es imposible, porque piensas que la gente tiene mejores cosas que hacer que hablar contigo, y te quieres ir, y quieres llorar. Porque piensas que nadie te aprecia. Porque ni siquiera tú te aprecias.

Y dejas de comer. Y la ropa cada vez te la compras más ancha y menos corta. Y menos biquinis. Y menos fotos.

Y llega un momento en el que entiendes que prefieran a otras personas. Entiendes que la gente se vaya, que te reemplace, que te olvide. Porque, siendo sinceros, hasta tú misma lo harías. ¿Verdad?

¿Quién querría a alguien tan horrible?

¿Quién va a escogerte a ti, si cualquier otra persona es mejor, más bonita?

¿Quién querría a alguien que se tiene asco?

Es una mierda, lo sé. Lo sé.

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