Capítulo 2

37.1K 1.3K 147
                                    

[ Editado ]

Mamá no había dejado de dar vueltas desde que me levanté, o desde que se levantó ella, mejor dicho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mamá no había dejado de dar vueltas desde que me levanté, o desde que se levantó ella, mejor dicho. Corría de un lado a otro por toda la casa, buscando mil cosas como si realmente las necesitase para vivir, entre ellas, un bolso bastante más grande del que suele llevar normalmente, unos cuatro trajes de pantalón y blazer perfectamente planchados, un buen mazo de carpetas cada una con la portada en un color distinto, el portátil y, por último, dos móviles —el suyo personal y el que utiliza para el trabajo.

Con lo precavida y organizada que ella es, me extraña mucho que esta mañana esté dando la impresión de que ya llega tarde a su destino. Incluso parece que se ha puesto a hacer la maleta ahora, cuando se supone que ya la tenía hecha desde ayer... Este negocio debe ser algo muy importante, es la única razón que encuentro para que esté tan nerviosa, agitada y centrada en que todo salga perfecto.

—¿Prometéis no hacer ninguna fiesta ni nada que pueda poneros en peligro, verdad? —Nos pregunta en cuanto se toma un momento para ponerse frente a nosotros, que estamos desayunando. Asentimos—. ¿Prometéis trataros tan bien como siempre?

—Más que bien, mamá, tranquila —contesta Brad.

—¿Prometéis que no tendré que ser llamada por la policía? ¿Prometéis llamarme si ocurre cualquier cosa? ¿Prometéis...?

—Nunca te hemos dado ningún disgusto, ¿a qué viene esto? —Pregunto cuando ya no puedo seguir soportando más su sarta de peticiones de promesas estúpidas y sin sentido—. Nos comportaremos bien, seremos responsables, no te llamará la policía, no haremos nada que nos ponga en peligro. Confía en nosotros y punto.

—Sí, ya lo hago —responde ella dándole un abrazo y un beso a Brad, que luego repite conmigo—. Estaréis bien —dice para auto convencerse e irse tranquila—. Brad, te lo pido por favor, cuida de tu hermana y... de ti, por supuesto. Y, cuando vuelva... no quiero ver ni un sólo moratón en tu cara, ¿de acuerdo?

«Hace tiempo que eso ya no pasa. Por suerte...»

—Mamá, nunca la he descuidado... y por mí no te preocupes, estaré perfectamente cuando vuelvas. Ambos lo estaremos.

—Vale —le responde ella con una sonrisa triste—. Os quiero.

—Y nosotros a ti —le dice Brad. Yo ni de coña pensaba ni pienso responderle, y mucho menos para decirle que lo hago también. Aunque así sea.

—Oh, hijo, y sé responsable con el coche.

—Dios mío, vete ya —le dice Brad, llevándose las manos a la cara y mirando al techo como gesto de estar saturado ya, aunque riendo y haciéndome reír a mí.

Una vez sale por la puerta, Brad y yo nos quedamos desayunando, tranquilos y charlando.

—Ni que se fuera a la guerra... —murmuro.

No Me Olvides [1] +18 ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora