Habían pasado 6 meses desde que Brad se fuera de casa. Debo admitir que al principio todo se me hacia difícil. Incluso había llegado a perder el apetito. Me resultaba insoportable el hecho de no tenerlo rodeándome con su brazo por la noche, no tener a quién darle un beso de buenos días -sí ya sé, a mi madre, pero me entendéis-, tampoco tenía con quien reír por cosas que solos nosotros dos entendíamos... Tenía a muchas personas a mi alrededor, sin embargo, había algo dentro de mí, que me hacía sentir sola, vacía.
Los días, pasaban monótonos uno tras otro. Mi vida se basaba en; levantarme, ir a clase, llegar a casa, hacer los deberes, ducharme, entremedias y a la fuerza comer, dormir, levantarme y vuelta a empezar -de casa al colegio y del colegio a casa- Lauren intentaba animarme obligándome a ir a alguna fiesta, pero no tenía ninguna intención de hacerle caso. Hasta que mi madre se hartó -tardó, pero lo hizo- recuerdo que ese día, yo estaba en la cama con el ordenador, eran alrededor de las siete de la tarde, tenía ya puesto el pijama -en realidad lo tenía puesto desde la noche anterior, ya que era fin de semana- Lauren vino a verme, y aunque sé de sobra que se moría por intentar hacerme olvidar, comprendió que no debía presionarme. Lo cual me facilitaba las cosas de alguna manera -nadie me presionaba - creo que era así, porque en realidad casi nadie sabía qué me pasaba, seguro que pensaban algo relacionado con los novios... Y es que en cierta manera era así. En fin, Lauren intentaba animarme, intentaba hacerme sonreír con cualquier cosa, y aunque agradezco el esfuerzo, sintiéndolo mucho dentro de mí, no me hacia sonreír ninguna de las veces. Siempre me contaba chistes malos o alguna cosa relacionada con las broncas que tenía con su hermano Josh, y aunque no me hacia ninguna gracia como antes he dicho, fingía las sonrisas. Era lo máximo que podía hacer. Porque, ahí estaba mi mejor amiga, sin saber cómo poder ayudarme, pero intentando devolverme las ganas de salir de la cama -alias, mi cueva- ese lugar en el que nadie podía herirme ni hacerme sentir peor de lo que ya me sentía. En definitiva, mi madre entró en mi habitación, tiró de mi mantas arrastrándolas hacia ella y dejándolas en el suelo mientras ponía los brazos en jarras y me decia: "Escuchame bien Emma Friedman, vas a levantarte, te vas a meter en la ducha, te pondrás guapa e irás con Lauren a esa fiesta. No quiero verte en casa mínimo sobre las doce de la noche, no me vas a protestar, si no que sin rechistar harás lo que te he dicho, y lo harás porque soy tu madre y porque lo digo yo, ¿entendido?" recuerdo también mi cara y la de Lauren que me miraba ojiplática mientras yo no podía cerrar mi boca. Haciendo un enorme esfuerzo, me meti en la ducha e hice lo que mi madre había dicho -no sin antes pensar que esto era un delito. Al fin y al cabo, estaba obligando a una menor a hacer algo que no quería...- fui a la fiesta, aunque para estar con cara de tener un palo metido por el culo... Y volví justo a las doce de la noche -ya podía darse mi madre con un canto en los dientes.
Y luego... Luego está el kit de la cuestión... Brad. Mi Brad. El culpable de mi mal estado mental, o ¿soy yo la culpable por no haber mantenido las distancias entre nosotros incluso cuando él lo intentaba? No sé, de todos modos, sé que ahora mismo estaría arrepintiéndome de no haberlo disfrutado, de no haber disfrutado de él -y como todos los que me conocen saben; odio arrepentirme de las cosas que no hago- prefiero arrepentirme por haber hecho algo -nunca me pasa- que arrepentirme por no haberlo hecho cuando tuve la oportunidad.
La cosa es, que pese a que cada día que pasaba sin él era una puta tortura; una parte de mi cabeza, me decía que esperase. Que esperase y fuera fuerte porque en algún momento, volvería a mí. Y creo que eso es, a día de hoy, lo que me ha hecho seguir aquí... Y razón no le faltaba a esa vocecita de mi cabeza, ya que seis meses después, Brad vendría a casa a pasar algo de tiempo como motivo de las fiestas navideñas.
No podía estar más feliz, era otra persona, no espera, volvía a ser yo. Emma, la Emma de antes de que Brad se fuera había. Esa Emma risueña, irónica, alocada y con ganas de comerse el mundo -claro está- de mano de Brad. Porque sin él nada. Aunque parezca algo exagerado, es lo que siento; Brad siempre ha sido mi fuente de energía, mi botón de la felicidad. ¿Sabes cuando tocas un interruptor y efectivamente, una luz se enciende? Él es algo así para mí, lo tengo cerca y la felicidad es lo único que reina en mi cabeza. Lo tengo lejos, y lo único que veo es oscuridad.
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No Me Olvides [1] +18 ✔︎
Romance📣 Primera parte de la trilogía. 📣 Contiene palabras mal sonantes, violencia y escenas de sexo explícito. 📣 Micromachismos, posesividad y celos como consecuencia de los problemas de confianza y abandono entre personajes. 📍 Portada hecha por: @...