Capítulo 14

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Al día siguiente, en el recreo y como siempre, Lauren y yo nos sentamos en uno de los bancos más alejados que hay en todo el patio, para merendar y charlar mientras ambas nos comemos con la mirada al grupo de chicos de segundo y alguno de cursos más bajos, en el que está mi hermano-no-biológico, sus mejores amigos y sus amigos sin nada en especial. Bueno, Lauren se come con la mirada a todo el grupo, yo solo a uno de los integrantes.

—¡Hola! —Exclama Marcos, llamando nuestra atención. Al girarnos, yo porque reconozco su voz, y Lauren porque se da por aludida, lo vemos caminando hacia el banco en el que estamos.

«Había olvidado que hoy empezaba las clases...»

—¿Se dirige a ti? —Me pregunta Lauren, con el ceño fruncido y la boca manchada de chocolate de su bocadillo.

—¿A ti qué te parece? —Le pregunto, limpiándole la comisura derecha de su boca con mi pulgar.
—Pero... ¿sabe que tienes un hermano? Y sobre todo: ¿SABE QUE TU HERMANO ES BRAD? Es decir, Brad el: mi hermana ni se mira ni se toca.

—Técnicamente.

—¿Qué significa eso?

—Sabe que Brad es mi hermano.

—Ajá.

—Y... eso es lo único que sabe.

—Oh, pues pronto se le van a quitar las ganas de sonreírte —dice riendo en voz baja, malévola.

—Hey, ¿qué tal te está yendo en el nuevo instituto? —Le pregunto demasiado alto, cuando el chico se me acerca.

—Verte mejora las cosas.

Yo me quedo tiesa, sin decir nada. Primero: porque no veo normal el hecho de que suelte eso así como así. Segundo: ¿a cuento de qué? Tercero: ¿porqué sonríe tanto? Cuarto: ¿qué intenta? Quinto: ¿Brad nos está mirando? Sexto: OH, MIERDA. BRAD NOS ESTÁ MIRANDO.

—No quería hacerte sentir incómoda...

—No, no... es sólo que... bueno, es uno de esos momentos en los que no sabes qué decir. 

—Tiene gracia —dice él—. Tú no sabes qué decir y del contrario a mí se me ocurren cientos de cosas cuando te miro.

Se sienta a mi derecha y levanta su cabeza hacia Lauren para saludarla.

—¿Lo próximo que será? ¿Pedirle matrimonio? —Le pregunta Lauren sarcásticamente y casi escupiendo las palabras con cierto asco.

—Lauren... —la reprendo dándole un codazo.

—¿¡Queee!? Este tío tiene que aprender que antes de tirarle la caña a una chica tiene que molestarse en conocerla, no dedicarse a soltarle frases que son empalagosas hasta el punto de dar diabetes, y que echan para atrás.

—Por primera vez... estoy de acuerdo con algo de lo que tú dices —interviene Ian.

No es que me apetezca tener que presenciar una estúpida pelea desde la educación, como ellos pelearían, teniendo en cuenta que son dos de los chicos más educados del Instituto, que es justo lo que puede que pase si Ian se toma demasiado a pecho el competir con Marcos simplemente porque me esté hablando aunque de sobra sabe que no quiero nada ni con uno ni con otro, pero como por otra parte quizás el segundo se sienta algo incómodo, le hago sitio a Ian y después un gesto para que se siente entre Lauren y yo.
 
—Gracias —responde ella, con orgullo hacia sí misma, y añade—: además, Emma es para Ian porque lo digo yo.

Alzo las cejas de forma interrogante hacia ella para ver si puede explicarme a cuento de qué le ha dado por decir algo tan estúpido, innecesario e incómodo para mí, pero ella simplemente se encoge de hombros y le da un mordisco a su bocadillo.

No Me Olvides [1] +18 ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora