No Me Olvides [1] +18 ✔︎

» Capítulo 6

Vuelven a tocar el timbre, parecen impacientes quienes o quien quiera que sea, así que me levanto de encima de Brad para ir a abrir la puerta.

—Voy yo —le digo cuando me aparto de él.

Cojo otra fresa más y me acerco hasta la puerta. La abro, y me encuentro con un sonriente, alto y moreno de pelo y piel chico con una pequeña caja en las manos.

—Hola...¿? —digo, dándole un pequeño mordisco a la fresa de mi mano.

—Hola, emm... Soy un nuevo vecino —Brad se levanta inmediatamente al oír una voz masculina—. Acabamos de mudarnos a la casa de en frente y bueno, mi madre ha querido que vaya presentándome así que... —deja de hablar en cuanto ve aparecer a Brad detrás de mí.

—Oh, este es mi hermano Brad —hablo antes de que la situación se vuelva incómoda—, él es...

—Marcos —aclara el chico, notablemente incómodo.

—Así que un nuevo vecino, ¿eh? —Brad le tiende la mano.

—Así es —le responde con una sonrisa de amabilidad—. Bueno, como he dicho: sólo venía para presentarme...

Le interrumpo acercándome a él.

—Yo soy Emma —me presento, chocando su mejilla con la mía.

—Emma, qué bonito —responde sonriéndome.

—Gracias —le contesto con una amable sonrisa.

—Oh, se me olvidaba —extiende su brazo y me acerca la pequeña caja de papel cartón—: son unas pequeñas magdalenas caseras, espero que te gusten... Os, os gusten —rectifica, haciendo énfasis.

—Seguro que sí... —murmura Brad.

—Bueno, tengo que volver a casa y ayudar con la mudanza... Espero que volvamos a vernos.

—Claro, cuando quieras —le respondo sonriendo, él asiente a modo de despedida y camina hasta su casa.

—Claro, cuando quieras... —murmura Brad por lo muy bajini, imitándome y no de buenas especialmente.

Después cierra la puerta y yo abro la pequeña caja, ignorándolo.

—¿Quieres una? —Le pregunto, con una magdalena en la mano.

—No, gracias...

—¡Tienen chocolate por dentro! —Él sonríe y va hasta la nevera para coger una pequeña botella de agua.

—Oye, Emma... Esta tarde voy a salir con James, ¿qué tienes pensado hacer tú?

—En realidad no tenía pensado hacer más que los deberes —me encojo de hombros.

—¿No vas a salir?

—Nop.

—Ya me marcho —dice Brad, entrando en mi habitación.

—Qué guapo te pones para ver a James, ¿no? —Me levanto de la silla, me apoyo contra el borde de mi mesa cruzada de brazos y lo muro de arriba a abajo—. No te estarás cambiando de acera..., ¿verdad?

Sonríe de lado y yo miro al suelo automáticamente.

—Sabes de sobra que no —responde él acercándose a mí, y después me rodea el cuello con sus brazos.

—¿Por qué estás tan seria de repente?

—Por nada —le respondo desganada, mirando un punto imaginario y él me levanta la cara poniendo su dedo índice en mi barbilla.

—Suéltalo, quiero saberlo —insiste.

—Realmente, ¿has quedado con James?

Quita sus ojos de los míos y mira a la ventana detrás de mí con un pequeño suspiro, lo que me sirve como respuesta.