No Me Olvides [1] +18 ✔︎

Capítulo 52

-Entonces, ¿todo arreglado con Kevin? -Le pregunto a Brad al llegar a casa y tumbarnos en su cama.

-Sí -sonríe asintiendo con la cabeza-. Tenías razón, por mucho que lo negase, seguía necesitando a mi mejor amigo.

-Me alegro de que lo aceptes y de que estés contento.

-Hablando de Kevin...

Mier...coles.

-¿Mhmm? -Pregunto mirando como los dedos de mi mano, juegan con los de la suya.

-¿Te gustaba de verdad? ¿Kevin? ¿Porqué mi mejor amigo y no yo?

Lo miro y suelto una carcajada.

-Brad, tenía entre once y trece años. Por aquel entonces yo te amaba, pero como hermano. Como mi hermano mayor. No llegaba a fijarme en ti de otra forma, no podía.

-Ya, pero... Sabías de sobra que hermanos de sangre no éramos.

-Pero como si sí. ¿Crees que con once años, podía pararme a pensar en lo atractivo que mi hermano podía ser?

Él permanece unos segundos en silencio, y yo no puedo tener más ganas de que vuelva a hablar. Para que suelte de una vez lo que quiera decir. Hasta que por fin lo hace.

-Si te preguntase, a partir de qué momento empezaste a verme de una forma diferente, ¿sabrías responderme?

-Mhmm... Sé cuando empecé a sentir cosas raras, pero no te lo pienso decir.

Los dos miramos al techo, no nos miramos directamente.

-¿Porqué no? ¿Qué te cuesta? Quiero saberlo.

-Te vas a reír.

-No lo haré. Vamos, cuentame -Dice entrelazando nuestras manos y dándome un suave apretón.

Suspiro y finalmente empiezo a contarle.

-¿Te suena aquella época en la que te gustaba Lauren?

-Ajá...

-Recuerdo un día en el que nos habían puesto un examen de ciencias naturales... Ella lo terminó antes que yo, así que salió antes. Cuando acabé, salí y me puse a buscarla por todo el recreo, hasta que la encontré. Bueno, OS encontré.

Lo miro y él frunce el ceño.

-La estabas besando.

-¿Porqué nunca me preguntaste sobre eso?

-¿Para qué? No tenía porqué meterme. En cuanto os vi, me empezó a arder el estómago, pero no sabía porqué. Llegué a casa y me puse a darle vueltas, hasta que llegué a la conclusión de que era una tontería que me estuviese sintiendo mal por algo así. No pensé en que estaba celosa -bueno, sí. Pero intenté desechar esa idea-. Y empecé a querer pensar que en realidad me sentía traicionada por mi mejor amiga. Porque, ¿a qué persona le gusta que su hermano/a esté con su mejor amigo u amiga?

-Ya -Responde en un suspiro.

-Los días pasaban, y no volví a veros juntos, así que dejé de sentirme de aquella forma tan extraña. Hasta que un tiempo después, te vi besándote con Peyton.

-Dios, ya no me acordaba de ella...

-Mejor -Respondo dándole suave con el codo-. En fin, ahí volví a sentirme... Extraña. Y también desde ese momento... Empecé a verte... Diferente. Siempre me habías parecido el chico más guapo, no en este sentido de atracción, si no en el sentido de que te veía al lado del chico que fuera, y tú eras el más guapo. -sonrío y él se gira hacia mí. Dándome un beso en la mejilla y apoyando su cabeza en mi pecho a la vez que me rodea con su brazo- En fin, me parecías el más guapo pero de forma nada más que cariñosa hasta que... No sé, un día en el que empecé a sentir que me ponía roja si me mirabas directamente a los ojos. Aún lo haces, y aún me sonrojo.