Capítulo 34

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En cuanto empecé a notar que la respiración de Brad llevaba un ritmo constante, le pasé una fina manta por encima -ya que pesa demasiado como para intentar moverlo, y sacar las mantas de debajo de él -, y me acosté a su lado solamente para verlo dormir.

No me puedo creer que haya renunciado a su plaza en la universidad, bueno, dijo practicamente, eso no es del todo, ¿no? Pero, ¿qué ha hecho si no? Sinceramente, por muy inteligente que sea... No va a venir nadie de esa universidad a aquí a casa y arrodillarse frente a él para que acepte entrar. Tampoco creo que estén demasiado tiempo esperando una respuesta sólida por así decirlo, sobre si decide finalmente entrar, o... Por el contrario, estudiar en la universidad de aqui -que no es mala para nada-, y quedarse... Conmigo. En casa.

Sé que va a dar la impresión de que siempre soy muy negativa pero, dios, algo me huele extraño. Es decir, ¿renuncia a algo tan importante para él, sólo por mí? Aún sin saber si vamos a poder estar... Tener... ¿? ¿Se arriesga a echar casi por la borda su futuro solamente por arriesgarse a intentar mantener algo con su hermana no biológica? Dios, amo de todo corazón que haga esto, porque así me demuestra que le importo, incluso más que la maldita universidad con la que él siempre había soñado... Pero vamos, no voy a poder quitarme de la cabeza que -por muy suya, bueno, totalmente suya que haya sido la decisión de renunciar - sea yo la que de alguna manera le haya destrozado su sueño. Su futuro, su ilusión... Este chico es... ¡Ugh! Quiero matarlo y decirle cuanto lo amo a la misma vez.

Pero, mierda. Esa sensación otra vez... Si antes me sentía culpable por haberle arrebatado su ilusión de alguna manera, ahora me siento aún más culpable por saber que lo ha hecho por mí, mientras yo estaba besándome con otro. Lauren tiene razón, soy una idiota. ¿Lo soy?

Sí, por supuesto. Y a ver en qué momento piensas contarle todo lo que pasó o está pasando con Ian. TO-DO.

Vaya, tengo tanto miedo de su reacción... No miedo a que me haga daño -sé que nunca lo haría-, si no a que en un ataque de rabia, coja las llaves de su coche y se largue. Y por Dios, preferiría lo primero aunque sea imposible. Sé lo mal que suena, pero joder, siento que me dolería aún más el verlo marchar. Estoy segura. También queda otra opción; y es que le de por ir a por Ian. Vale. Mejor ni pensar en ello. Pobre Ian, aparte del pie, tener la cara rota a juego. Lo que le faltaba. No, eso no pasará.

El sonido de la puerta de casa al cerrarse, hace que me levante de la cama y sigilosa salga de la habitación cerrando la puerta tras de mí sin hacer el mínimo ruido, intentando no despertarlo.
Bajo las escaleras y veo a mi madre guardando la compra.

-Hola, mamá -le digo con una sonrisa

-Hola, cariño -responde pasando por mi lado dándome un beso en la frente, y con las manos llenas de pasta para guardar en los armarios- te noto muy tranquila, ¿dónde está?

-Durme. ¿Sabías que vendría hoy? -ella sonríe y asiente

-Claro que lo sabía

-Así que me mentiste -le digo afirmando más que preguntando
-Eeeh no. Hice lo que consideraba que tenía que hacer para que tu sorpresa saliera bien -me responde alzando las cejas y parándose un momento frente a mí- son cosas diferentes.

-Mentir y ocultar cosas no es lo mismo. Cierto. -digo sarcástica- mentir es malo, ocultar cosas no. Lo pillo.

-Solo quería que te llevaras una sorpresa al verlo presentarse en casa sin esperartelo -alza los hombros- siento mucho el NO haberte arruinado la sorpresa

-Lo siento, mamá -digo mirándome las uñas- es sólo que cuando llegué de clase, estuve mandándole mensajes, no me respondía y pensé que le había pasado algo, me asusté y... Pensar que tú podrías haber evitado mi estado de nervios... Me cabrea. Pero sé que lo has hecho con la mejor intención, así que... Lo siento, y gracias -se me acerca y me abraza

No Me Olvides [1] +18 ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora