No Me Olvides [1] +18 ✔︎

Capítulo 40

-¿Cómo te puede parecer atractivo? -pregunta Brad nada más entramos a su habitación.

-No sé, lo es. A ver, para la edad que tiene está bien...

-Por Dios... Esto me suena muy enfermo...

-Dice el chico que hace dos meses era mi hermano mayor.

-Es diferente.

-Y tanto... No me digas que te pones celoso de un hombre que podría ser nuestro padre. -le digo acercándome a él.

-Por supuesto que no. Porque él... No puede hacer esto.

Pone sus manos en mi trasero, levantándome y haciendo que enrede mis piernas en su cintura, camina conmigo en brazos hasta la puerta para cerrar el pestillo, y después me tumba en la cama con él encima y entre mis piernas. Se coloca mejor, provocándome cada vez más, y lleva una de sus manos a mi cintura, bajándola hasta acariciar mi muslo y volver a subir mientras besa mi cuello pese a que le digo que pare. Siento que en cualquier momento me va a dar un ataque de risa, puede que por las cosquillas que me hace al besarme el cuello o por los nervios que provocan el miedo de que mi madre suba.

-Brad... No me hagas esto... Mamá está abajo y... Oh joder, no te tumbes sobre mí así, no pode...

Me interrumpe posando sus labios en los míos. No los mueve, ni yo tampoco, simplemente me besa. Y me encanta.

-¿Quieres que pare? -me pregunta con una sonrisa

-Sí y no. -respondo sincera

-Escogeré el no...

-Brad, me encantaría seguir pero... Dios... Mamá está en casa

Involuntariamente, pongo una mano en su espalda y la otra en su nuca para acercarlo y que me siga besando. Siento como sonríe.

-Puedes pararme si no te gusta lo que hago... Pero, parece que te gusta, ¿no?

-Te odio. -le digo cuando empieza a besar mis pechos por el pequeño escote que tiene mi camiseta.

-Estás un pelin excitada como para odiarme, pequeña

-¿Un pelin? No, estoy demasiado excitada ahora mismo y es todo tu culpa. Deja de besarme y sobretodo deja de tocarme porque oh dios... Sí...

Siento su mano posarse en mi zona femenina, y aún siendo por encima del pantalón, consigue volverme loca. Acaricia mi feminidad juntando sus dedos. Pasea su mano de arriba abajo, haciéndome sentir un temblor por mi pelvis hasta llegarme a la barriga. Separa su cuerpo de mí, se apoya en su codo y se tumba a mi lado, mirándome a los ojos mientras su mano viaja tranquilamente por toda mi zona.

-Brad... -digo tirando de su camiseta

-Emma, mi amor, no lo voy a hacer si no tienes paciencia...

Como puedo, entorno los ojos.

-Eso es... Relajate. Lo voy a hacer, pero todo a su tiempo...

Decido no seguir suplicándole por que meta su mano por dentro de mi pantalón, y es cuando lo hace. No hay quien lo entienda. Primero no lo hace hasta que no se lo suplico, y ahora no lo hace justo porque se lo pido. Este hombre lo que quiere es torturarme.

Desabrocha el botón y cremallera de mi pantalón, y arrastra su mano desde mi barriga hasta posarla por encima de la fina tela de mis bragas. Separa más mis piernas, y de nuevo, vuelvo a sentir un hormiguero por mi pelvis. Suelto un gemido y rápidamente este lo ahoga en su boca.

-Vas a tener que hacerlo en silencio, pequeña.

Mi cadera empieza a moverse al ritmo de su mano. Y de repente, ya no estaba pasando la palma de su mano por mi zona, si no que estaba empezando a hundir su dedo corazón en mí. Y eso, joder, eso sí que me estaba haciendo retorcerme de placer. Es increíble lo que puede hacer con un puto dedo.