V

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-¡Por favor, no puede hacerme esto! -gritaba desesperada en la oficina de mi jefe. Resulta que como ayer nunca volví y la puta de Karen me delató (aunque el viejo se iba a dar cuenta de todas formas), él me citó a su oficina y me amenazó con no pagarme-. ¡Realmente necesito ese dinero!

-¡Y yo necesito que atiendas a los clientes y no que te vayas cuando se te de la regalada gana! -gritó, apoyando fuertemente sus manos sobre el escritorio, que más bien parecía una mesa.

-Era una urgencia... -realmente lo era-. Mi primo estaba muy mal herido y me llamó para que lo llevara al hospital o moriría desangrado -mentí-. Ya se lo dije.

No contestó. Solo suspiro frustrado, realmente me encantaría asesinarlo. Lo odiaba, maldito viejo, ¿por qué no se muere?

-Además, jamás causo problemas, fue solo esta vez. Realmente valoro mi trabajo pero no podía dejar que se muriera -miré hacia abajo, haciéndome la apenada.

-Bien, bien -me miró con una mirada bastante dura, como siempre-. Te pagaré pero a cambio deberás trabajar hasta el viernes. Si decides no hacerlo entonces no te pagaré nada.

¡¿Hasta el viernes?!, ¡joder!, ¡¿y cuándo demonios iría a comprarle el pasaje y la ropa a Light?! Moría de ganas de gritarle de todo a este viejo pero me contuve.

-Está bien, lo haré -asentí resignada.

-Ahora ve a tu trabajo.

Salí de la oficina azotando un poco la puerta. Estaba furiosa con él y con la hija de puta de Karen.

-¿Disfrutaste el regaño? -la maldita apareció detrás mío, lo preguntó burlonamente. Me giré y la miré con una sonrisa falsa.

-¿Sabes, Karen?, deberías meterte en tus cosas y dejar en paz a los demás. Pero... lo olvidé. Me amas tanto que estás constantemente pendiente de mi -le guiñé un ojo y me alejé de ella mientras la oía murmurar cosas que no entendía en lo absoluto y no me importaba.

-¿Y?, ¿qué pasó? -Ginna fue la primera en preguntar. Rodeé los ojos, frustrada por lo que acababa de suceder tanto con el viejo como con la zorra del año-. Veo que nada bueno -rió un poco-. Pero en serio, ¿qué pasó?

-Amenazó con no pagarme, realmente odio a ese viejo -contesté.

-¿Y...? -preguntó Nikky, esperando a que continuara relatando lo sucedido.

-Y bueno, logré convencerlo milagrosamente, pero a cambio debo trabajar hasta el viernes.

-Lo bueno de esto es que estaremos juntos más tiempo -sonrió la rubia. Asentí.

-¿Qué pasó ayer exactamente? -quiso saber Adam. Lo miré, haciéndome la desentendida. Temía que me preguntaran eso y para mi mala suerte lo hicieron.

-Nada...

-¡Oh, vamos!, algo importantísimo tuvo que haber sucedido como para que no regresaras -insistió el chico.

-Pues... debía llevar a mi primo al hospital -mentirles era lo que menos me gustaba, ¿pero qué otra opción tenía?-. Estaba un poco grave pero al final resultó que no era tan malo.

-¿Tu primo? -preguntó Nikky extrañada-. Nos habías dicho que no tenías familiares aquí en Japón.

-Es que... vino de visitas hace unos días, a visitar a unos amigos -estaba un poco nerviosa-. Él es... japonés o algo así.

-Oh... ¿y cómo se llama? -preguntó Ginna.

-Se llama con un nombre -respondí obvia.

-¡Nah!, ¡no sabía! -el sarcasmo de la rubia se notaba a kilómetros-. Ya, en serio, ¿cómo se llama?

El Comienzo del Fin |Death Note| |Light Yagami|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora