Epílogo

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Epílogo.

Narrador.

Ross y Lia finalmente tenía 20 años. 1 año había pasado desde que Ross se fue. La vida de Lia tomo un rumbo diferente desde la partida de Ross, hoy finalmente salía del hospital psiquiátrico donde se había internado ella misma. El motivó por el que se interno es por que había caído en una fuerte depresión que hizo que comenzará a cambiar repentinamente de actitud. Llevaba 8 meses ahí y hoy finalmente habían llamado a Rich para asegurarle que Lia, ya estaba perfectamente bien. El cabello de Lia estaba más largo que de costumbre, sus ojos azules ya no tenían brillo, su piel se encontraba más pálida, físicamente había cambiado mucho, pues además había perdido mucho peso.

-Lia, alistate, tú amigo ya esta por llegar. - le dijo su enfermera asignada desde el primer día que llegó.
-

Bien. Esperó que mi chaqueta negra siga ahí. -susurró Lia. La enfermera asintió y salió de la habitación.

Lia tomo sus cosas y se cercioró que todo estuviera tal y como había pedido. Su chaqueta negra que tanto adoraba estaba ahí dentro. No tardo ni 5 minutos en cambiarse por completo. Estaba preparada para ver a Rich, hace 4 meses que no lo veía, ya que por recomendación era mejor que no viera a nadie cuando ella estaba en terapias. Lia prendió la televisión como cada día y observó las noticias, hace mucho que escuchaba hablar de una mafia de Brasil en la cual sabía que su ex novio estaba ahí.

-Lia, vámonos. -dijo la enfermera detrás de la puerta.
-Enseguida voy.

Lia suspiro, una parte de ella estaba feliz por que por fin se iría del horroroso lugar pero otra aún seguía mal. Su depresión había desaparecido pero no por completo. Ya no era la misma, ni nunca lo sería. Lia salió de la habitación y cargó una de sus maletas, la enfermera la condujo hasta la salida del hospital y se despidió de ella.

-No olvides tomar tus pastillas Lia.
-Descuida, no lo olvidaré. -sonrio Lia - nos vemos. Gracias por tratarme bien en este horroroso lugar.

Lia abrió la puerta y con todas sus maletas salió finalmente. Y ahí estaba Rich, su mejor amigo, al menos para ella eso era él. Rich no dudo ni un segundo en correr hacía ella y rodearla con sus brazos, Lia se sintió tan segura con él. Pero también quería llorar, por que cada que abrazaba a Rich, solo podía imaginarse a Ross. Sus terapias le habían servido, claro que si, pero eso no ayudó a olvidar a Ross, simplemente solo fue algo para disminuir el dolor que sentía.

-¡Oh Lia! No sabes lo feliz que estoy de volver a abrazarte.-le susurro Rich con cierto entusiasmo en su voz.
-Y yo también. -sonrió Lia y observó de reojo hacia el auto.-Creí que Grace y Ian vendrían...
-Hmm, Lia.-Rich bajo la cabeza un poco triste.

Lia había olvidado lo sucedido hace 10 meses. Rich pensó que tal vez por las terapias lo había olvidado por completo.

-¿Qué? ¿Qué pasa?
-Ian y Grace se fueron hace 10 meses. -le recordó Rich.

Las cosas con Grace y Ian no habían resultado bien. Pues ellos creían que era mejor que su hijo creciera en otro lado, con mejores personas. Lia en ese tiempo fue herida al saber la decisión de Grace y Ian, eso fue otro motivo por el cual se internó.
Lia empezó a recordar nuevamente todo, y una punzada de dolor sintió por todo su cuerpo.

-Cierto. Lo había olvidado...-susurro y cerro sus ojos por un momento - me siento cansada Rich, ¿podríamos ir a casa?
-Claro, oye por cierto debo actualizarte de todo lo que ha sucedido.
-Eso estaría bien.-dijo Lia con cierta tristeza.

Rich noto lo extraño que se estaba comportando Lia, se supone que debía estar feliz por por fin salir del psiquiatra. Pero no fue así, parece ser que en cuanto recordó lo de la partida de Grace y Ian le volvió a afectar. El doctor de Lia había hablado con Rich, y le comentó que sería bueno que Lia se distraiga para olvidar todo lo malo que le ha pasado. Rich haría hasta lo imposible por verla bien.

Por otro lado, Ross había cambiado como siempre lo dijo. Pero sin embargo en las noches volvía a ser el temible Ross. Físicamente seguía siendo guapo, su cabello había crecido,se había puesto un arete en el labio y estaba un poco más alto. Ross dejo los ángeles, dejo a Lia, dejo a sus amigos por unirse a una gran mafia en Brasil. Podría decirse que ahora era un criminal, pero sus padres no lo sabían, aún no. Había preferido evitar ir ala cárcel, así que cada vez que la policía los descubría, tenía su plan maestro. Robert el líder de la mafia había hablado con el cuando se unió, y le había advertido todas las consecuencias. Ross se había acostado con varias chicas pero siempre se imaginaba a Lia cuando estaba con ella. Aún la amaba,aún la extrañaba, pero por más que sintiera eso, sabía que debía dejarla ser feliz por un buen tiempo.
Ross se encontraba junto con la mafia, escondidos en un callejón, habían venido a fumar y además a entregar unas cosas. Una parte de él había estado rota durante 1 año entero, pues... No tenía información de Lia, de su pequeña Lia.

-Bueno, te toca Ross, cuentanos las cosas que perdiste al unirte con nosotros.- dijo Luke, parte de la mafia.
-Bu-e-no.-tartamudeo - La perdí a ella.
-Hablanos de ella.-comentó Robert.

Bajo la mirada y aplastó su cigarro. Hablar de Lia no era algo que le agradaba, pues solo ocasionaba que se deprimiera más de lo que ya estaba.

-No puedo, por que duele.-susurro. Escucho una risa y soltó un gruñido- anda Patrick, ríe todo lo que quieras.
-Vale me calmo.-dijo Patrick.
-Lo único que puedo decir es que...

Hizo una pausa y pensó perfectamente lo que diría.

-Pero incluso si cambiamos, siempre seremos los mismos.

Cambiar por ti.(Ross lynch) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora