Capítulo I

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Ethan.

-Noah, campeón baja a desayunar.
Mi sobrino era junto con Bianca, mi hermana, la luz de mis ojos, un niño muy bueno y tierno pero sobre todo algo remolón, resultaba casi imposible despertarlo.
No había día en que no recordara el momento en que me entere que iba a ser tío, las circunstancias no habían sido las mejores, mi hermana para esa fecha solo tenía 21 años y sería madre soltera gracias a un imbécil que la uso. Pero nos unió más que antes y hasta ahora habíamos logrado que este pequeño creciera en un buen hogar.
Bianca ya había salido para las oficinas. Una vez que Noah creció un poco le ofrecí un empleo en Agencias Publicitarias Ward, empresa de la que era dueño, por ahora ejercía como mi secretaria hasta que pudiera finalizar sus estudios en administración.
Ya tenía la mesa del desayuno pronta pero ni se veía a Noah, así que subí a su cuarto a buscarlo, no pude evitar sonreír cuando lo vi tapado hasta la cabeza y con uno de sus piecitos fuera.

Me acerque despacio y le hice cosquillas.
-Arriba campeón debes levantarte que el desayuno te espera. ¡vamos, vamos!
-Tío tengo sueño, déjame quedarme por fis -suplico con ese tonito que usaba cuando quería lograr algo.
-Mmm... Si me das un beso lo pienso -sonreí porque sabía que iba a caer en mi jugada.
-Bueno está bien.
Se sentó para darme el beso mientras refregaba sus ojitos y aproveche a levantarlo en brazos y llevármelo mientras pataleaba.
En cuanto logre que desayunara, lo vestí y preparé para llevarlo a su jardín.
Hoy era el responsable de llevarlo y traerlo de nuevo a casa, tenía varias reuniones en la empresa que esperaba no llevarán mucho tiempo, odiaba retrasarme y hacerlo esperar.
-¿Listo campeón? -Le pregunté mientras le acomodaba su campera, estábamos en el mes de abril y el frío aunque no era mucho, comenzaba a intensificarse. El otoño se había presentado con ganas este año.
-Si tío, vamos rápido -dijo mientras tomaba mi mano entre las suyas, tan pequeñas comparadas a las mías.
-¿Por qué tanto apuro? Hace un rato ni siquiera querías levantarte.
Agachó la mirada y supe al instante que traía algo entre manos -. Es que quiero ver a Azul -dijo y me miró a los ojos.
Sonreí, su timidez me causaba ternura, tan chiquito y ya detrás de una niña, parecía mentira que rápido estaba creciendo.
-Mmm... Ya veo. ¿Y puedo saber quien es Azul?
-Es una amiga del jardín tío, es bonita y siempre me ayuda en todo. Es buena -dijo pensativo. Me agradaba saber que tenía una amiga que lo acompañara y ayudara, este era su primer año en el jardín, aunque ya tenía 4 años habíamos intentado alargar todo lo posible el traerlo, no confiaba mucho en las guarderías y no soportaría que lo trataran mal o descuidaran, así que estos años Bianca se encargó de estar en casa y cuidar de él.

Ya habíamos llegado y aún faltaban diez minutos para que tuviera que entrar, pero lo notaba ansioso así que consentí en que entrará enseguida.

Luego de haberlo dejado en su clase subí al auto para dirigirme al trabajo, pero no pude hacer otra cosa más que quedarme mirando como un idiota a una mujer que bajaba de una camioneta con una pequeña en brazos. Era completamente hermosa, de calzas y un buzo deportivo, con el cabello atado en un moño, imaginaba que debería ser agradable tenerlo entre mis manos.
¡Maldito pervertido! -Pensé. La mujer iba con una pequeña, seguramente estaba casada y yo babeando por ella y pensando en que se sentiría al tocar su cabello.
Ya necesitaba ir pensando en encontrar alguna chica con la que pasar un buen rato, a ver si de esa forma dejaba de hacer estas pavadas.
Arranque el auto un tanto molesto conmigo mismo, puse música algo que sin dudas me apasionaba y me dirigí a la oficina de una vez.

Liz.

Me levanté a las siete am y ya estaba con sueño, debería ser ilegal vivir tan cansada si apenas eran las 11.30 de la mañana, pero haberme despertado tan temprano para llevar a mi pequeña sobrina Azul al jardín lo había valido.

Me encontraba en mi despacho, había tenido una mañana muy tranquila, había ido al gimnasio luego de dejar a Azul y ahora intentaba trabajar un poco, a excepción de unos llamados para consultar por unos apartamentos, no había sucedido nada.

Mi Dulce Venganza #PGP2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora