Capítulo XVII

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Ya nos encontrábamos a viernes, la semana había pasado a prisa y para mi suerte había sido en total y absoluta tranquilidad, y estaba agradecida por ello teniendo en cuenta todo el jaleo de la última semana.

La convivencia con Ethan me estaba resultando placentera, su hermana era adorable, se mostraba siempre alegre y atenta conmigo. Solíamos hablar por largo rato mientras la ayudaba con la cena o con el pequeño Noah, quien por cierto parecía muy contento de tenerme por allí. Compartía bastante tiempo con él y los días en que me encargaba de llevar a Azul al colegio compartía tiempo con ambos, incluso los traía a jugar a la plaza después de sus clases. El profesorado hacia muy poco había arrancado y por ahora tenia horarios bastante breves de clase, pero sabia de sobra que no duraría por mucho, así que aprovechaba el tiempo al máximo.

Hoy a la tarde iríamos con Ethan a ver el apartamento que había elegido para mí, estaba relativamente cerca de todo, lo cual me facilitaba las cosas. Sin embargo la casa que Ethan había considerado mejor opción para si era un poco más alejada, pero aún no era definitivo ya que recién la veríamos la próxima semana.

Estaba muy ansiosa por ver el apartamento, por fotos se veía realmente maravilloso, y lo mejor de todo era haber arreglado con la inmobiliaria que en caso de gustarme me mudaría de inmediato. No es que quisiera irme como desesperada de la casa de Ethan, pero no quería abusar de su amabilidad y además pensar en decorar me encantaba.

Lo que menos me agradaba de todo esto era tener que ir a la casa que compartía con John a buscar todas mis cosas, solo esperaba no tener que cruzármelo.

Unos golpecitos en la puerta del cuarto me sacaron de mis cavilaciones.

Me pareció raro ya que Noah estaba en el colegio, Ethan y Bianca en las oficinas, será que habrían vuelto por algo y ni me enteré. Al abrir la puerta me quede un tanto sorprendida, no me esperaba esto en absoluto y seguro que Ethan estaba detrás de todo.

-Noah mi amor ¿vos no estabas en el colegio?, ¿paso algo? -le pregunté mientras me agachaba para quedar a su altura.

Negó con su cabecita mientras mostraba una pícara sonrisa, era un bandido como su tío no había dudas y sus sonrisas podían comprar a cualquiera.

-No paso nada tía Liz, solo tenía que darte esto.

Dejo ver su brazo derecho, que escondía tras su espalda, y me entrego una bellísima flor, una Dalia violeta para ser más exactos, y me encantó, primero por el detalle y segundo porque era mi color favorito.

-¿Es para mi? -pregunté tontamente mientras agarraba la flor de su manito. Se veía tan guapo que quería comérmelo a besos.

-Sí, son para la tía más bonita de todas -y así como dijo eso se daba la vuelta para marcharse, lo abrace por la espalda y le llene de besos sus cachetes.

-¿Sabias que sos muy tierno mi amor? -me asentía mientras no paraba de reír, adoraba a este niño, era tan lindo, tan tierno, su risa era contagiosa y cargada de inocencia, y eso me maravillaba.

Un carraspeo proveniente del pasillo me hizo levantar mi mirada y desviarla a ese lugar y allí estaba él, con sus jeans ajustados y una remera con cuello en v que dejaba ver un atisbo de ese pecho marcado que me encantaba.

-Creo que alguien aquí me quiere robar la novia -murmuró mirando a Noah que seguía entre mis brazos -¿Qué haré contigo pequeño contrincante? -preguntó mientras su dedo índice acariciaba una y otra vez su barbilla. ¡Dios! Se veía tan sexy así, todo en él me parecía sexy, y me hacia pensar en cosas indebidas.

Noah se revolvió entre mis brazos hasta quedar cara a cara conmigo, me plantó un beso en el cachete y me susurró un te quiero antes de salir corriendo a las risas, intentando que su tío no lo atrapará.

Mi Dulce Venganza #PGP2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora