Aclaración: este capítulo consta de dos canciones. En el primer momento es Dueles de Jesse y Joy el segundo momento Ya me enteré de Reik (indicado con asteriscos)
Cuando el fin de semana llegó tenía a mi renacuaja correteando por la casa, mientras Alex y mi cuñada charlaban animadamente conmigo de su experiencia en el embarazo. Si bien yo había estado muy pendiente de ellos en ese entonces, siempre es lindo rememorar ciertas anécdotas y experiencias que los marcaron a ambos.
La reacción de Azul fue el momento que más atesoré ese día, dándole besos a mi vientre, que poco a poco comenzaría a crecer y abrazándome. Se notaba su alegría en su pequeña y delicada carita, diciendo desde ya que sus primos o primas se apuraran a nacer así ella podía jugar.
A su pedido esos dos días durmió en casa conmigo, pegadita a mi como si fuera una extensión de mi cuerpo. Me había extrañado, podía notarlo y yo a ella también.
Jugamos, comimos, reímos y pintamos, un fin de semana mágico que atesoraría siempre en mi memoria. Y es que, de eso se trata la vida, de disfrutar esos pequeños momentos que nos hacen sentir vivos, que nos llenan de magia. A cada segundo comprendía y aceptaba que aunque doliera había cosas que debía vivenciar, para crecer y madurar. Y debía aferrarme a esos instantes de felicidad que en ocasiones la vida me regalaba.
Los días y semanas comenzaron a correr sin que me percatara, mi panza ya se notaba mucho más, y es que, alojar a dos personitas dentro de ti no era algo que pudiera pasar desapercibido.
Por recomendación de Santiago, además de tomar mucha agua, a diario utilizaba aceites y cremas para mantener firme mi piel y para prevenir las estrías que inevitablemente quedarían en mi cuerpo, como huella de eso tan hermoso que sólo una mujer puede hacer, gestar una vida en su interior.
También hacía yoga, era algo que me permitía estar activa, despejar mi mente y encontrar paz. Claro está, que antes había consultado a Santiago si sería conveniente hacer esta actividad, porque mi embarazo, además de desear vivirlo a pleno, quería que fuera seguro y evitar inconvenientes innecesarios.
Llegamos al final del primer trimestre, realizamos la ecografía necesaria pero mis pequeños o pequeñas no se dejaban ver. Realmente no era algo que me preocupara demasiado, solo ansiaba que vinieran sanitos y dispuestos a disfrutar de la vida.
Tanto Bi como Eli venían a visitarme, en algunas ocasiones Azul y Noah se quedaban un fin de semana conmigo, donde solo las risas y juegos reinaban en el lugar. Podía imaginarme como la llegada de estos bebes daría un profundo cambio a mi vida, trayendo alegría y amor, haciendo que el vacío que Ethan dejó fuese más pequeño.
Me sentía contenida y amada, pero aún así sentía que no estaba completa, una parte de mi faltaba y era sencillamente él, su esencia, sus caricias, todo él.
De vez en cuando me preguntaba que habría sido de su existencia, si me extrañaría, si echaría en falta mi presencia o si pensaría en mi, como yo en él.
Al parecer luego de todo lo ocurrido simplemente se fue, como si huyera. Muchas veces me vi tentada de preguntarle a Bi si sabía algo, si lo había visto o si él le había hablado. Cuando sentía ese impulso irrefrenable de preguntar por él me impedía llevarlo a cabo, si realmente hubiese querido saber de mi se habría comunicado, pero ese no es el caso, así que todo estaba más que claro.
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Mi Dulce Venganza #PGP2016
RomanceLiz, una joven de 26 años, con un hermano y una sobrina que adora, que son su luz. Con metas en la vida y ganas de crecer, pero con una relación un tanto tormentosa y una familia que le dará la espalda en el peor momento. Cuando todo parece oscuro...