Capítulo XXXI

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Ni bien salí de las oficinas dejé que las lágrimas corrieran libres por mi rostro. Muchas emociones me embargaban en este momento, pero más que nada una inmensa angustia que necesitaba liberar. Llegue al apartamento casi que arrastras, en una marea de lágrimas y algún que otro gemido que intentaba sofocar, ganándome varias miradas curiosas y apenadas, pero eso poco me importo.

Entré y dejé las pocas cosas que traía conmigo esparcidas de cualquier manera en el comedor, solo quería tumbarme en la cama y llorar por un buen rato, pero sobre todo estar sola. Esta vez no pensaba llamar a Eli y mucho menos a Bianca, no quería tener a nadie a mi alrededor, pululando con miradas de pena mientras lloro y lloro sin parar, porque esos eran mis planes. Hundirme en mi angustia y dolor por unas cuantas horas, sacar cuanto sentía de mi interior y volver a ser la misma de siempre, pues no dejaría que por tener un novio tonto y canalla mi vida se viniera abajo.

Al parecer el miedo, que de un tiempo aquí me había abandonado, volvía a ser mi compañero. Porque sí, me sentía humillada y hasta engañada, no podía terminar de creer lo que Ethan me decía y su actitud, la forma en que lo encontré me lastimó mucho. Pero tampoco puedo negar lo que siento, que muero por tenerlo conmigo, que lo echo en falta cuando no está a mi lado, como en estos momentos para abrazarme, besarme y darme su cariño, o eso que yo creí lo era, pero ¿qué pasa si se toma esta semana y se da cuenta que no le intereso? ¿Si prefiere a la otra arrastrada y ofrecida, antes que a mí?

Me dolería como los mil demonios su ausencia, nada podría evitar que me repusiera, si pude superar todo lo que paso con John y con mi familia, lo que sucediera con Ethan, fuera lo que fuera, no sería una cosa que truncara mi vida, pero el daño sería enorme e incluso irreparable para mi corazón.

Y es que lo amaba, tenía que aceptarlo, lo amaba locamente y que para él quizás no significara nada me destrozaba. Quería ser todo para él, ser el centro de su mundo, como en las películas de amor, donde el protagonista a pesar de todo siempre se desvive por su chica.

Tome un bote de helado del congelador, siempre provista para las posibles emergencias, y me encamine a mi cuarto, donde me recosté y busque una película romántica que ver. Si no me castigaba con la música, sería una película, pero eso aumentaría mi tristeza, lloraría a mares y podría liberarme de todo lo que albergaba en mi dañado corazón en estos momentos.

Comencé a mirar "Votos de amor", la había visto en otras ocasiones, pero me gustaba mucho y también tenía suficiente tristeza. Como Leo, el protagonista lucha por mantener vivo el amor de su esposa Paige, cuando esta pierde la memoria, todo lo que sufre y así pase un buen rato ensimismada con la peli, como si estuviese en otro mundo, mientras las lágrimas seguían cayendo sin parar y disfrutaba como podía de mi helado.

Mi celular comenzó a vibrar y lo tome enseguida con la tonta ilusión de que fuera él, que quisiera luchar por mí, que me quisiera decir que me amaba tanto como yo a él, que no podía vivir sin mi o cualquier cosilla de esas dulces, que, aunque no lo fuera a perdonar enseguida, me darían una esperanza. Sin embargo, solamente era su hermana, así que solamente ignore su llamada.

De seguro él la mandaba por no tener el coraje suficiente para hablarme. ¡Cobarde!

Enfurruñada, volví a mirar la película y pensé en lo bipolar que podría parecer en este momento, si es que alguien me escuchara. Yo misma le pedí el tiempo, yo misma me negué a tenerlo cerca y ahora esperaba desesperada por una señal.

Estaba confundida. Moría por correr a sus brazos si me lo pedía, pero tenía temor a equivocarme, a confiar y que me destruyera.

Yo era feliz a su lado y así quería seguir estando, pero ¿podría creer en su palabra después de lo visto hoy?

Mi Dulce Venganza #PGP2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora