Capítulo XVIII

671 66 32
                                    

  Cuando llegamos al lugar donde se ubicaba mi futuro apartamento una gran sonrisa se formó en mi rostro. Quedaba relativamente cerca del parque de juegos al que habíamos ido en la mañana, así que seguro llevaría a menudo a mi renacuaja. Era un edificio de unos 10 pisos, con una entrada bastante elegante, decorado con alguna plantita aquí y allá dándole un bonito aspecto. Bajamos tomados de la mano y nos anunciamos en portería, suponía que él agente de la inmobiliaria ya estaría allí pero no subiría sin autorización.
El hombre de la portería, un señor que ya rondaba los cincuenta o tal vez un poco más, se mostró amable con nosotros y nos recibió con una sonrisa, parecía que todo iría bien, me sentía positiva.

Al cabo de unos minutos apareció Fernando, el muchacho de la inmobiliaria, era un poco más bajo que Ethan, piel trigueña y ojos café, bastante atlético y bonito a simple vista. Seguramente en otro momento me hubiese llamado un poco la atención, pero solo tenia ojos para mi ahora formal novio.

—Liz ¿Cómo estás? —preguntó amablemente mientras me saludaba con un beso en la mejilla.
—Bien, gracias ¿y tú ? —contesté sonriente —.  Fernando te presento a Ethan mi novio.

Ethan estaba serio y miraba con atención a Fernando, así estuvieron un rato en medio de un silencio incomodo, hasta que se dieron la mano.
—Encantado de conocerte Ethan —lo saludó Fernando, a quien ni se le movía un músculo de la cara, y si notó la actitud rara de Ethan no lo demostró —. Si están listos podemos ir subiendo, tu apartamento está ubicado en el quinto piso.
Asentí y nos dirigimos al ascensor, Fernando delante de nosotros y a mi lado Ethan que tenia su mano en mis caderas como si a un salvavidas se aferrase.

En silencio recorrimos el apartamento, estaba encantada, los cuartos eran espaciosos y el comedor tenia un ventanal bastante amplio con salida a un balcón, que daba luminosidad a la casa y seguramente me sentaría horas a observar las vistas allí. La cocina era bonita también, algo pequeña para mi gusto pero por lo poco que pasaba en la cocina no me iba a hacer diferencia alguna.

—Los dejare solos para que puedan hablar tranquilos —dijo Fernando y se retiró en silencio.

Observe a Ethan que se encontraba serio y con las manos en los bolsillos, no sabía que había pasado si es que estaba celoso, aunque sin motivo alguno, o si no le agradaba la casa.
Me pegue a él como si fuera una segunda piel, coloque mis dedos en su barbilla y lo hice mirarme.
—¿No te gusta el apartamento bonito?.

Sonrió débilmente —Si, está precioso. ¿A ti te gustó?.
Sabia que algo pasaba y quería entender qué, aunque ya intuía que era la primer opción: celos.

—Me encanta y sin dudas diré que si, ya tengo varias ideas para el cuarto de Azul, quedará precioso. Sin embargo me gustaría saber que es lo que te sucede, ¿Por qué traes esa carita?.

—No es nada preciosa, estoy bien, nada de que preocuparse —dijo, pero sabia que no era cierto.

—Mira bonito lo diré lo más claro posible, así como desde que nos conocimos mis problemas han sido tuyos y me has apoyado y ayudado, lo mismo pasa con los tuyos. Si tienes un problema estoy aquí dispuesta a escucharte, a darte mi apoyo y ayudarte de la mejor forma que pueda, así que no respondas nada porque se bien que algo te pasa, por nada uno no trae esa cara de pachucho.

Lo mire seriamente, quería que confiara en mi y que cualquier cosa que lo hiciera sentir mal la dijera, la única forma de que todo funcionará era tener comunicación.

Y como pasaba a menudo, sin que lo viera venir me beso, suave y cálidamente, sus manos se dirigieron a mi pelo, soltaron la gomita que lo mantenía atado y se enredaron en él, atrayéndome cada vez más e intensificando el beso. Su lengua rozó mis labios, primero abajo, luego arriba y muy lentamente comenzó a adentrarse en mi boca, mi lengua salió a su encuentro como si tuviera vida propia, se acariciaron levemente, se reconocieron y dieron paso a una exótica e incitante caricia.
Este hombre me volvía loca y me calentaba sobremanera, una sola mirada suya, un solo toque hacia que algo dentro de mi despertara y lo deseara con una intensidad aplastante, mi cuerpo dejaba de reaccionar a mis ordenes y se dejaba llevar.

Mi Dulce Venganza #PGP2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora