algún mecánico que no esté loco por los coches? ¿A algún fotógrafo profesional que solo saque fotos cuando los focos del estudio están encendidos? ¿A algún pastelero que no coma pasteles?
Bueno, pues esas personas, los Ejecutivos, no volvamos a ponernos finos, son jodedores profesionales. Te joderán y te la meterán doblada. Te joderán, te doblegarán y llegarán a lo más alto. Te joderán el dinero, la libertad y el tiempo. Y seguirán jodiéndote hasta que estés a dos metros bajo tierra, en la tumba. Y luego te joderán un poco más.
Pues vale, ¿y qué hacen cuando no están haciendo eso? Es obvio... Lo otro que debes saber es lo siguiente. Los poderosos son
como los famosos. Les gusta estar juntos. Todo el tiempo. Te dirán que eso es porque solo los que son como ellos entienden qué significa ser como ellos. La verdad es que no quieren mezclarse con las personas de escalafones más bajos, con la chusma, con los ordinarios y zarrapastrosos a los que les encanta presenciar la caída de los ricos y poderosos por lo único que puede dejarlos secos: el sexo.
Así que esas personas, los Ejecutivos, los jodedores profesionales, han descubierto cómo tener todo el sexo que quieren, hacer realidad sus fantasías más salvajes y depravadas, sin que salte el escándalo. En cierto modo es como si alguien afirmara que ha descubierto cómo tirarse pedos sin olor. En cualquier caso..., lo hacen a puerta cerrada. Y todos juntos. En secreto.
En una ocasión, Henry Kissinger dijo que el poder es el mejor afrodisíaco. Por entonces ya llevaba un tiempo reptando por los pasillos del poder, así que sabía bien de lo que hablaba. Este lugar es la prueba. Podría llamarse «el Club de los 500 jodedores más ricos». «La Liga de los Jodedores inmorales.» «La Jodienda Mundial.» O «el Grupo del Sexo». Lo llaman «la Sociedad Juliette».