Especial 3: un sueño extraño

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Llego al instituto y me dirijo a mi clase, me siento al lado de mi nuevo compañero.

-H-hola- ¿por qué estoy tartamudeando?

-¿Hola? Por qué crees que puedes hablarme, marica.

-Etto... Yo, olvide tu nombre.- mis mejillas se sienten calientes, ¿qué sucede conmigo?

-Benjamín. Me llamo Benjamín, Daniel.

-¿S-sabes mi nombre?

-¿Cómo iba a poder olvidar el nombre de alguien tan lindo como tú?

-¿Qué?- mis mejillas arden con mayor intensidad.

-Hahaha- comienza a reír-. En verdad creiste que me pareces lindo, marica.

-P-por favor no me digas marica, me llamo Daniel.

-Esta bien, esta bien, solo porque te ves más lindo sonrojado.

-Por favor, deja de jugar conmigo.

-Yo no estoy jugando. Hablo en serio. Pero si quieres jugar, podemos hacer algo al respecto. -se recarga en la silla y sube y baja su mira un par de veces, recorriendo mi cuerpo mientras se muerde un labio, un escalofrío recorre todo mi cuerpo.

-No te burles de mi!-me pongo de pie haciendo que la silla se recorra.

Todos, incluso la maestra voltean a vernos.

-Lo siento! -inclino mi cabeza.

-¿No cree que eso amerita un castigo, señorita?

-Buena idea, Benjamín, ya sabes que hacer- dice y quina un ojo, Benjamín hace lo mismo.

-Bueno, vamos- se pone de pie y me sujeta por la muñeca.

-No me toques!- jalo mi brazo para tratar de liberarlo, siento algo frío alrededor de mis muñecas, ¿de donde salieron estas esposas?

-Se resiste. No me dejas otra opción mas que castigarte aquí mismo.

Intento decir algo, pero un pañuelo cubre mi boca. Como por arte de magia, nuestro pupitre ya no es un pupitre, si no una cama. No hay salida, ¿cómo termine en esta situación?

Benjamín me arroja a la cama, todo alrededor de la cama es oscuro, luce como si una lampara iluminara solamente la cama. Trato de mover mis pies para huir, pero estos también están atados.
Siento un par de manos sujetando mi cabeza, pero no logro ver a quien pertenecen, siento una respiración en uno de mis oídos, cierro los ojos.

-Eres mío, Daniel- susurra Benjamín, abro los ojos de par en par y siento como mi sudor frío baja por mi espalda.

Las manos desaparecen, y Benjamín aparece frente a mi, la playera del uniforme esta abierta y deja ver su abdomen perfectamente marcado. Desliza las yemas de sus dedos a través de mi cuerpo, desde las puntas de mis descalzos pies hasta llegar a mis labios, siento como cada parte de mi arde, se siente tan caliente, hace tanto calor, a pesar de que sólo llevo puestos unos boxers, siento como si espontáneamente fuera a arder en llamas, mi cuerpo sudoroso, mis latidos aceleran y cada vez me esfuerzo mas para que el aire entre a mis pulmones.

Benjamín se sienta sobre mi estomago, me mira directamente, una sonrisa traviesa adorna su rostro, se pasa una mano por el cabello. Toma mis manos y las pone sobre mi cabeza, acerca su cabeza a la mía, extrañamente, y a pesar de nuestra cercanía, lo siento tan lejos, casi inalcanzable.
Recorre sus labios con la punta de su lengua, giro la cabeza hacia un lado, mi cara arde con mayor intensidad. Con una mano, me toma por el mentón y me hace girar la cabeza,para finalmente encontrarme con sus labios, los cuales me besan casi con desesperación, finalmente, libera mis manos encadenadas, y las paso sobre su cabeza, para sujetarlo por el cuello, mientras tanto sus manos recorren mi cuerpo hasta que llegan a mis piernas, las cuales levanta, dejándonos así pues, a él sentado sobre la cama y a mi, envolviendo su cuerpo con mis piernas. De forma delicada, me obliga a voltear mi cuerpo, de tal forma que termino por darle la espalda, pasa sus manos por mis caderas y desciende hasta llegar a tocar mi miembro, el cual inmediatamente reacciona al contacto, Benjamín lo sujeta y aprieta un poco, haciendo que un par de gemidos salgan de mi boca, entonces comienza a hacer movimientos que hacen que me sienta tan bien. Cierro fuertemente los ojos, tratando de contenerme.

-M-me... corro...

-Ese es el punto.

Finalmente, Benjamín me suelta y me dejo caer sobre la cama, cansado, me siento cansado. Me toma por las caderas y me voltea de una manera brusca, pero excitadora.

Say I Love You. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora