-... Y entonces, me beso...
-Ya veo- ¿Qué más podía decir? Había sido ese tipo Benjamín el que había forzado a mi Danny... ¿no?
-Aunque tengo que confesar que...
-¿Qué?
-Q-que yo...- Danny se oía muy nervioso, lo cual era raro, él siempre se escuchaba tan seguro de sus palabras, si no estuviera frente a mi sosteniendo mis manos en la oscuridad, juraría que no era mi Danny-. Yo... Fernando, en verdad lo siento...
-Eso no es lo que ibas a decir.
-Tienes razón... Lo que quiero decir es que yo... Yo... Yo me deje llevar, y le devolví el beso...-al oír esas palabras le solté las manos- ¡Pero te juro que no fue nada! Ni besa bien! En verdad yo lo...
-Si, si, lo sientes, no querías lastimarme, no gastes tus palabras diciéndolo, es algo que ya he oído un montón de veces antes y ¿sabes qué? Siempre es mentira. Claro que no lo sientes, y aunque lo niegues, es obvio que te gustó que ese sujeto te besara, sino fuera de esa manera inmediatamente lo hubieras apartado, y sabes como es que lo se, lo se porque te conozco Daniel, te conozco lo suficientemente bien para saber eso... Te conozco mas de lo que me gustaría, me gustaría no conocerte como lo hago para poder creer en esas palabras...
-Fernando yo...- nuestras pieles se encontraron en la oscuridad.
-¡No me toques! Por favor. No.
En ese momento Daniel aparto las manos, a pesar de la oscuridad del lugar, pude imaginarme su cara, la expresión que en ella había, esa expresión que tantas veces había visto cuando perdíamos en los partidos. Esa mirada de derrota en su cara.
Comencé a reír. Dios! Lo conocía incluso mejor que a mi mismo.
-¿Qué es tan gracioso?
-¿Y todavía lo preguntas? Tú vienes y me dices que estas confundido, que no te presione... Mientras tanto yo me resisto de besar o siquiera tocarte y tu andas besando a tipos en la enfermería...
-P-pero... ¿eso que tiene de gracioso?
-Lo gracioso, Daniel, es el nivel de mi estupidez. Estúpido, estúpido, estúpido- cada vez que decía aquella palabra, cabeza rebotaba contra la pared, cada vez mas fuerte.
-No hagas eso- coloca una mano detrás de mi cabeza, podía sentir su respiración en mi cara.-Por favor.
-¿Crees que tienes el derecho a decirme que debo o no hacer?
Su silencio, fue la respuesta.
-Nunca pensé que llegaría a decir esto pero...-forcé a mi boca para que pronunciaran aquellas palabras que tenían un sabor ácido-. Me has decepcionado, Daniel- las lágrimas que llevaban acumulándose en mis ojos finalmente llegaron al limite y comenzaron a caer sobre mi mejillas-. Me has decepcionado... Yo... Te odio, te odio, te odio, te odio!-comencé a levantar la voz cada vez más-. Te odio, te odio!
-Basta! Deja de decir eso! Por favor... Se que he sido malo contigo, y en verdad, lo lamento, y no lo sigo por decirlo. En verdad lo siento, Fernando yo te prometo que...
-No. Daniel, no. No más promesas sin sentido. Tal vez no lo recuerdes, pero tú me prometiste que no me ibas a lastimar debajo de ese árbol en tu lugar secreto, que no me ibas a hacer llorar... Esta es la ¿tercera?, quizá, vez que rompes esa promesa, ¿sabes? Se que no lo recuerdas, y no te culpó, pero estoy cansado de escuchar promesas vacías, palabras sin sentido, de ver como esas palabras se las lleva el viento y de ver como quedan atrapadas en el tiempo.
-Tienes, razón, no lo recuerdo, me gustaría hacerlo... Me gustaría recordar, pero no puedo - comenzó a llorar, lo escuche en su voz-, no tienes ni puta idea de lo que se siente no poder recordar lo que hiciste en el ultimo mes... De lo que se siente no saber porque perdiste la memoria o porqué tu cabello es blanco... O por qué el chico más jodidamente tierno de todo el mundo te ama cuando sabes que eres una porquería de persona...
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Say I Love You.
JugendliteraturDebido a las influencias de su madre, Daniel va a parar al instituto Vinci, una escuela exclusiva para chicas. Pero estar rodeado de chicas todo el tiempo no es el paraíso como muchos creerían, o al menos, no lo es para Daniel. Ya que, se entera de...