Say I Love You.

Capitulo 4, segunda parte.

-Benjamín, puedes venir al frente por favor.

-Claro, señorita Schmidt.

La voz proviene del fondo del salón, no es una voz aguda como la de una chica, al contrario, es una voz grave, levanto la cabeza para ver al chico, es alto 1.80 cm diría yo, su cabello es negro, lleva la camisa del uniforme por fuera del pantalón y desabotonada de la parte superior, el suéter abierto, y la corbata roja no la lleva completamente ajustada al cuello como debería. Sus facciones son finas pero tiene algo que le da una apariencia amenazadora. Sus ojos de un suave color verde con pequeñas motas de dorado... Y están viéndome... Inmediatamente aparto la mirada.

-Bueno chicos, ¿por qué no sé presentan? -dice la señorita Schmidt, tomando nos por los hombros, poniéndonos cara a cara. Desvío la mirada hacia un lado y una sonrisa burlona se vislumbra en el rostro del otro. ¿A caso le divierto?

-Yo soy Benjamín, estudie mi primer año de secundaria en Kuronoma del norte...

-Soy Daniel... Etto- ¿qué otra cosa podía decirle a este chico? "Daniel, capricornio, me gusta el helado y creo que tienes bonitos ojos..."

-Hummm... Gracias, Daniel, pero yo no bateo para ese lado...

¡¿Qué?!

-Ok. Dejen se de bromas muchachos y tomen asiento, aun hay mucho tiempo para que puedan conocerse mejor... Por cierto, como puedes darte cuenta Daniel, estamos sentados en binas, y para no generar polémica entre sus compañeras, te sentaras con Benjamín.

----------♥----------

Apenas suena la campana del almuerzo, Benjamín sale disparado del salón, yo me quedo guardando algunas cosas.

-Hola, Daniel.- la voz de Charlotte se escucha a unos centímetros de mi, levantó la vista para encontrarla sentada en la banca de enfrente.

-Hola, Charlotte, ¿cómo has estado?

-¿No se supone que debería de ser yo la que pregunte eso?

-Etto... Lo siento- me fuerzo a sonreír, y llevo mi mano a mi nuca-. Estoy bien, creo... Dicen que perdí la memoria pero yo no lo recuerdo- me quedo un par segundos pensando en lo ultimo que dije... idiota.

-Claro- dice con un toque de extrañeza en su voz, suerbe de su embace de jugo-. Etto... Sobre esta mañana, ¿Por qué dijiste eso tan de la nada, Daniel?

-¿A que te refieres? Quiero decir, ¿qué fue exactamente lo que dije?

-Dijiste: Soy Daniel"... Luego hiciste una pausa dramática ... "Y creo que tienes bonitos ojos...

-¿Eso dije? Vaya... Creo que no debí de presentarme hoy en el instituto...

-Ese golpe- dice y se da un par de golpecitos en la cabeza- si que te afecto, ¿no es así, Daniel?

-Supongo...

Hoy no tenía ganas de salir del salón para almorzar, porque si salía, eso significaría tener que soportar a un montón de chicas gritando a mi alrededor, y sinceramente, no lo aguantaría. Así que le pedí a Charlotte que me acompañara, para no quedarme solo en el salón.

Estuvimos conversando un rato, ella me contó como les había ido a los chicos nuevos en la primera semana, y por un lado sentí un poco de lastima por ellos, pero por el otro me alegre un poco ya que, quizá, me dejaran tranquilo por un tiempo esas pirañas.