Capitulo 10, segunda parte.

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Era la primera vez que no lograba descifrar una mirada, a pesar de que sus ojos eran color café, tan simple, su mirada expresaba tantas cosas que era difícil saber con exactitud que era lo que decían.

-De todos modos, ¿qué haces aquí?- su tono cortante.

-Bueno, esta lloviendo...

-Gracias! Si no me dices, no me doy cuenta- dice con sarcasmo, la lluvia golpeando contra el techo del gimnasio.

-Que gracioso- digo poniéndome de pie-. La verdad es que me perdí, comenzó a llover y entre aquí, pensé que alguien podría prestarme un teléfono para llamar y que vengan por mi.

-¿Daniel?- una voz que no reconocí, me di media vuelta y vi a una señora, no estaba tan vieja la tía, pero vale que se le notaba que era una doña.

-Oh! Sra. Resendiz...

-Nada de señora, llámame Ana.

-Eso va en contra de mi moral- tosi, ja ja, claro, tu moral, él me lanzo una mirada asesina-. ¿Vino por Fernando?

Así que ese idiota estaba aquí...

-Si. Bueno, comenzó a llover, y ya esta retrasado, así que vine a buscarlo.

-Debe de estar en los vestidores, y si esta retrasado es mi culpa, le dije que lo acompañaría a casa, pero el entrenador me pidió que ordenara este lugar antes de marcharme y él se ha quedado a esperarme.

-Esta bien, no te preocupes,,me alegra saber que ya estas mejor y que bueno, tú y Fer vuelven a ser amigos- volví a toser, ja ja.., claro señora, son amigos íntimos-. ¿Estas enfermo?- la pregunta era para mi.

-Eh? Yo? No. No.

-¿Son amigos?

-Realmente no. Es un compañero del instituto, va en mi clase, se llama Benjamín.

-Mucho gusto- dije e hice una pequeña inclinación de cabeza.

-¿Por qué tu cabello esta mojado?

-Ah! Eso, la lluvia me atrapo en la calle y corrí aquí para protegerme, y de casualidad me he topado con este chaval.

-Ya veo... ¿Y tienes como regresar a casa?

-Bueno, en realidad no. Pensaba llamar a mi padre para que me recogiera, pero olvide el móvil en casa.

-No te preocupes, yo puedo llevarte.

-No quiero ser una molestia.

-Nada de eso. Daniel, ¿puedes ir por Fernando?

-Ah... Si, ya vuelvo.

-Y trae tus cosas, te llevare a casa también.

-Pero aun necesitó guardar algunas cosas...-dijo este a mitad de la cancha.

-Yo las guardo, no hay problema- dije.

Daniel siguió su camino, yo me dirigí a donde estaba la red tirada.

-Estaré sentada por allá- dijo Ana y se fue a las gradas.

Me puse a doblar la red. Y vi a un chico. Salio corriendo de los vestidores, el cabello un poco alborotado, me volteo a ver en su huida. Sus mejillas estaban rojas y sus ojos se veían llorosos. Y simplemente, se fue.

***

Para cuando Daniel y el idiota de Izumi volvieron ya había terminado de guardar todo. Daniel traía puesto un pants deportivo color negro, el otro chico igual.

-Perdón por la tardanza.- dijo Daniel.

Fernando volteo a verme, ¿cómo es que en la mirada de alguien tan pequeño como él podía haber tanto odio expresado?

-No hay problema- dijo Ana-. Fernando!- dijo para reprenderlo, seguramente lo había visto verme.

Por un momento, le tuve envidia. Él tenia una madre, una madre que se preocupara por él... Una amarga sensación en mi garganta. No odiaba a mi madre, pero tampoco la amaba, aprendí a vivir sin ella. Había sido algo duro, pero lo había superado.

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El camino a casa había sido un incomodo silencio, salvo un par de preguntas que me había hecho la sra. Resendiz. Preguntando por mis padres, donde solía estudiar... Cosas normales. Fernando se había sentado al frente con su madre, dejándome en la parte trasera del auto junto a Daniel, él miraba por la ventana, un leve rubor en sus mejillas.
Una de sus manos estaba en medio de los dos, deslice la mía hasta que las puntas de mis dedos tocaron su piel, hizo una mueca, pero no quito la mano. Puse mi mano sobre la suya, le di un pequeño apretón, con mi pulgar, dibuje un par de círculos sobre su mano: su piel era realmente suave.

De repente la sra. se detuvo frente a una casa color azul cielo.

-Muchas gracias, era. Resendiz- dijo Daniel y abrió la puerta-. Nos vemos luego Fernando- apretó ligeramente mi mano y la soltó-. Adiós, Benjamín.- y salio del auto, corriendo hasta el porche de su casa.

Y el silencio siguió. Mas denso que cuando estaba Daniel. Solo el sonido de la lluvia golpeando el parabrisas.

Un par de minutos después, llegamos a mi casa.

-Gracias, sra. Resendiz, fue un placer conocerla.

-Por nada. Y el placer fue mio, eres un muchacho muy educado. Tu papá debe de estar orgulloso.

Mi padre.

-Hasta luego, cuidense.

Salí del auto y como había hecho Daniel, corrí hasta el porche. Me quede parado viendo hacia la calle hasta que el auto rojo hubo desaparecido. Sonreí.

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Konnichiwa! :3

Una disculpa porque ayer no pude actualizar :/
Pero mi internet se cayo u.u

Eso es todo,nos leemos pronto Miniminos! :3

Nya! :3

-MH

Say I Love You. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora