Capitulo 2, segunda parte

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Al final, Noan me dio el número de Fernando.
Idiota.
Un metro, tan solo un metro de distancia los separaba. Y era yo el que tenis que llamarlo.

Gire varias veces sobre mi cama, me detengo y pongo una almohada en mi rostro, la música fuerte... y grito.

《¿Por qué a mi? ¿Por qué ahora?》

Llamarlo,
o no llamarlo.

Esperar hasta verlo el Lunes en el Instituto
o llamarlo.

Quedarme con mis dudas...
O llamarlo.

Ser consumido por mis dudas
O llamarlo.

Era una difícil decisión...

Solo de pensarlo se me revolvía el estomago... ¡¿Qué demonios se supone que debo hacer?! La cabeza me da vueltas.

Las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas. Habia pasado un largo tiempo desde la última vez que llore. Y ahora que lo hago, es por culpa de ese niñato con facha de mujer...

-Estúpido, estúpido, estúpido.- repito una y otra vez mientras golpeo mi frente con la palma de mi mano-. Me dice que me quiere, y después desaparece ¿qué es lo que piensa ese chico?

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Durante la noche no logre dormir debido a las dudas que no desistieron de aparecer en mi mente, y en el momento en el que las dudas se iban, volvía el recuerdo de Fernando tendido en el piso de las duchas.

Dios! ¿En qué momento me convertí en un pervertido?

Apenas asomaron los primeros rayos del Sol, me puse un pants y una sudadera, tome mi Ipod y salí de mi casa, necesitaba correr para despejar mi mente, era algo que siempre me ayuda, lamentablemente no me ayudo de mucho ayer, cuando el entrenador me castigo e obligo a correr, en ese momento, el correr, fue una tortura para mi.

Lo que me agradaba de mi casa, es que el lugar en el que vivíamos era tranquilo, y cerca se encontraban unas lindas colinas, la vista era hermosa.

Siempre que tenia un problema, o simplemente cuando quería estar solo, iba a un lugar especial de aquellas colinas que solo yo conocia.

Al noroeste de una de las dos colinas, se encontraba un pequeño riachuelo, y había un pequeño sendero, que, si lo seguías, te llevaba a un gran árbol, que se encontraba en una orilla del riachuelo. El tronco del árbol era grande, pero estaba hueco, cuando era mas chico, solía imaginar que, al meterme en aquel tronco hueco, llegaría al País de las Maravillas como hacia Alicia en aquella película animada.

Pero ahora, a mis 16 años, sabia que aquel lugar mágico no existía en ninguna parte, mas que en mi imaginación, tambien , aprendí a cuidar de aquel gran árbol, pues era un lugar que me ayudaba en los momentos difíciles cuando nadie mas se interesaba por mi.

Al llegar a el árbol, meto una mano en su tronco hueco, y saco una mochila, de la cual, saco una pequeña manta y la extiendo sobre el pasto. Me recuesto, el viento moviendo suavemente las hojas del árbol. El murmullo del agua corriendo, y el revoloteo de los pájaros que emprenden el vuelo.

Paz. Una clase de paz que no encontraba en otro lugar.

Rápidamente comencé a sentirme somnoliento.

¿Llamarlo o no llamarlo?》

Sin dar me cuenta, termine por dejarme llevar al territorio de los sueños.

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Konichiwa! :3

Primero, quiero disculparme por no haber actualizado antes, así que.... Disculpenme u.u

Segundo, he aquí las razones del por qué no actualizaba (o mejor dicho, razón):

E S C U E L A >-<

Como sabrán, o tal vez no, hace poco entre a la escuela y no he podido acostumbrarme aun /-\

En fin, espero me comprendan, o al menos que traten de hacerlo.

Eso es todo, nos leemos pronto Miniminos! :3

-MH♥

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