Capitulo 12, tercera parte.

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Tome el autobús para la escuela, no tenia otra opción mas que compartir el asiento con alguna piraña. Tenia una horrible migraña y un par bien marcado de ojeras bajo mis ojos. Genial, nadie sospecharía nada.

Después de 30 minutos fingiendo escuchar a Charlotte, llegamos al instituto. Baje rápidamente del bus.

—Espérame! —era Charlotte—. Y a ti que mosca te pico?– dijo mientras me detenía poniendo una mano sobre mi hombro.

—Nada. Estoy bien, —una mentira que ya decía como si fuera verdad— sólo que me duele la cabeza y quiero recostarme en mi pupitre.

—Oh. Ya veo... —y me soltó.

Seguí mi camino hacia el salón.

El asiento a mi lado estaba vacío. No tome mucha importancia a eso, y sólo me desplome en el pupitre.

Durante todas las clases miré por la ventana. << ¿Qué voy a hacer? Alguien tarde o temprano se va a dar cuenta de que mi madre no está... no tengo dinero para comprar comida, no tengo a nadie.>>

Las lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos, los cerré y permanecí así por un rato.

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-Daniel -era Charlotte, pronunciaba mi nombre mientras tenía una mano sobre mi cabeza-. Daniel, ¿estás bien?

Me levante, ella quito la mano inmediatamente, pase el antebrazo por mis ojos, se sentían un poco hinchados.

-¿Qué sucede? -dijo en tono preocupado.

-Nada -sonreí, <<perdóname Charlotte, pero si lo supieras, iría mal para ti>>. Mire alrededor, el salón estaba vacío y por las ventanas entraba el sol de la tarde-. ¿Dónde están todos?

-Ellos se fueron, ya son las 4 p.m., ¿ves? -apunto sobre la pizarra, donde había un reloj haciendo tic tac, contando los segundos.

Demonios, Denisse...

Me puse en pie, tome mi mochila y salí del salón olvidando a Charlotte.

Mientras caminaba apresuradamente, Charlotte me alcanzó en la entrada de la escuela y se puso a caminar tras de mí, intentando seguirme el paso.

-Daniel, se que no debería, pero eres mi amigo, y me preocupas, y sé que no estás bien, puedes decirme lo que quieras...

Yo seguí caminando en silencio, con un mar de cosas en la cabeza, haciendo caso omiso de la palabrería de Charlotte.

Solo tenía que girar en la siguiente calle para estar en casa, ir por Denisse y pensar en algo...

Charlotte se paro en seco.

-¿Sabes? Desde que te conocí, me pareció que ocultabas algo... no sé cómo explicarlo, pero es, como si pudiera ver detrás de esa sonrisa que siempre tenías... era linda, no lo voy a negar, pero, tus ojos nunca combinaban con ella... -su voz se fue apagando, sorbió su nariz, y me di cuenta de que estaba llorando, me detuve-. Nunca pregunte, porque sé que todos tenemos secretos... creo que me acostumbre a tu sonrisa brillante y tu mirada vacía... yo... me enamore de esos ojos inexpresivos que te mostraban el infinito... perdón por enamorarme de ti... por preocuparme...

Escuche un golpe contra el pavimento, gire un poco la cabeza, y vi a Charlotte sentada en el suelo, con la mirada en el suelo y el cabello ocultando su llanto.

-No pretendía enamorarme de ti... sin darme cuenta, me sentía diferente cuando estabas conmigo... no finjias como lo hacías con las otras pirañas... me sentí especial... sé que no has tenido una novia, que han habido rumores de que te has acostado con un hombre... dos, de hecho, los único hombre en el Vinci... y a pesar de que se todo eso... eso no cambia nada mis sentimientos por ti...

¿Qué?

Me dí la vuelta, y camine hacia Charlotte, me incline, levante su cara tomando su barbilla, las lagrimas corrían por sus mejillas, su cabello negro como la noche... sus ojos azulados y sus pestañas risadas... ¿había hecho llorar a esta chica?

-Charlotte... disculpa por causarte dolor... esos rumores... no son rumores... gracias por preocuparte por mi, pero, no puedo decirte nada sobre lo que me pasa... la verdad es que ni yo estoy seguro de qué es lo que pasa... si, hay dos chicos, Benjamín y Fernando... y yo, extrañamente... me gustan, no sé cómo o por qué, pero es así... -sentí un nudo en la garganta, las lagrimas se amontonaban en mis ojos amenazando con derramarse-. Yo... los lastime... y me siento mal por ello... y ahora, te hago daño a ti, Charlotte, la única que ha estado conmigo, lo siento, pero no me gustas... No deberías llorar por un idiota como yo, mírate, eres linda, ve y enamorate de alguien que valga la pena.

Sus lagrimas cesaron, me miraba con esos ojos azules...

-Po...podrías... -tartamudeo... sabía lo que quería antes de que lo pidiera, las niñas eran tan predecibles...

La bese.

No de la forma tierna en que besaba a Fernando, ni de la forma ruda en que Benjamín me quitaba el aliento... si no de forma diferente... no sé como expresarlo, pero fue diferente, delicado...








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Konichiwa!

Ah... si, si, se preguntaran, qué paso conmigo, por qué me fui sin avisar... por qué pause la historia...

Ya se los explicaré en otra parte...

Por ahora, estoy de vuelta!
Y me disculpo enormemente por mi ausencia

También responderé sus preguntas en la otra parte, así que, al rato que actualice, ahí me podrán preguntar lo que gusten... responderé todo n.n

-MH

Say I Love You. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora