Capitulo 11, tercera parte.

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La madrugada se sentía ahora como un sueño, nadie dijo nada, nadie salio de casa, nadie abandono su cuarto, todos dormimos casi todo el día.

Ya era de noche cuando Denisse toco a mi puerta.

—Hermano?

Me puse de pie y fui a abrirle la puerta, la levante en mis brazos y la lleve hasta mi cama, la senté y me senté frente a ella en el suelo.

— ¿Qué pasa, Denisse? —hable con la voz mas calmada que encontré.

— Tengo hambre...

—Ah! Es eso, debí imaginarlo —me puse de pie—. Bien, primero me pondré unos zapatos y te prepararé algo, de acuerdo?

— Mamá... Fui a su cuarto...

— Debes dejarla descansar, esta un poco enferma, así que no la molestes, si?

— Ella se va a morir?

—No! Claro que no... No digas eso... Ya! No hablemos de eso, yo la voy a cuidar para que se recupere pronto, tu no te preocupes — puse un dedo sobre la punta de su nariz juguetonamente—. Bien — mire alrededor de la habitación—. Ah, ahí esta — me puse los zapatos y baje en brazos a Denisse hasta la cocina.

Mamá y yo habíamos hecho un muy buen trabajo limpiando el lugar, no había rastros de la noche anterior.

— ¿Qué quieres comer?

— humm... Hot cakes!

— Bien, los prepararé ...

. . .

—Están muy ricos, Danny!

—Oh si, me alegra que te gusten

El teléfono comenzó a sonar, la culpa se apodero de mi y me paralice.

— Hermano, hermano —Denisse jalaba mi camisa para que volteara a verla

— Eh? ¿Qué pasa?

— En el teléfono, una señora quiere hablar contigo, dijo que es la mamá de tu amigo

—Ah... Si, ya contesto, termina de comer.

Me levante de la mesa y fui a la sala, levante el teléfono.

—Si?

—Ah! Daniel! Me alegra oír tu voz, desde la mañana he llamado, e incluso fui en la tarde pero nadie apareció.

— Lo siento, señora Resendiz, estuvimos un poco... Ausentes...

— Si, me di cuenta...

— Y bueno, por qué su llamada?

—Si bueno... Fernando se escapo de casa anoche...  Y no lo encuentro, pensé que estaría contigo, últimamente son muy unidos

-Ah, lamento decirlo, pero no lo he visto

-Lamento haberte molestado...

- Quizás sé donde puede estar, lo buscaré

-Muchas gracias en verdad, estoy desesperada y y o sé que hacer

-No le prometo nada sobre encontrarlo

- No importa, muchas gracias

-Si, por nada, tengo que colgar, disculpe

-Si, esta bien, hasta luego

Colgué. Lo que me faltaba. 

Subí a mi cuarto, me cambie apresuradamente, tome una chaqueta, me dirigí al cuarto de mi madre.

-Eh... ma, tengo que salir, no me tardo

Ella no respondió. Bajé las escaleras hasta la sala, donde estaba Denisse.

-Mamá esta dormida, no la molestes, yo tengo que salir, no le abras la puerta a nadie, regresaré lo más pronto que pueda.- bese su frente y salí.

----------<3---------- 

El cielo estaba gris, en cualquier momento empezaría a llover. Demonios. Lo que faltaba. Apresure el paso, estúpido mocoso.

Caminaba por el sendero, y lo ví, dormido contra el tronco del árbol, Fernando. Joder.

Me acerque, saqué una manta, me senté a su lado, acomode su cabeza en mi regazo y lo cubrí con la manta. Idiota, ¿cómo se le ocurre dormir de esa forma en medio de la nada?

Al poco tiempo, comenzó a llover, y aunque la copa del árbol nos protegía, un par de gotas se escapaban entre las hojas y me caían en la cabeza. Y al parecer, también a Fernando, pues al poco tiempo de que comenzará la lluvia, se levantó apresuradamente.

- ¿Qué haces aquí?

- ¿Yo? Solo estaba buscando a un mocoso, su madre llamó a mi casa preocupada

- ¿Le dijiste dónde estaba?

-¿Qué? No, no lo hice, ¿debí hacerlo?

-No. Esta bien... gracias.

Sé sentó de espaldas a mi.

- Lo siento -fue lo primero que dije-. Estoy siendo egoísta...

-No te disculpes -dijo Fernando en tono seco-. Nadie te culpa por querer ser amado. Si estuviera en tu lugar, supongo, que actuaría de la forma en la que tú lo estás haciendo.

- Necesitaba hacerlo...

- Esta bien... supongo

-No, no lo está, y lo sabes, Fernando

-Tienes razón... pero solo quiero olvidarme de todo por un momento. Fue por eso que vine a este lugar, necesitaba pensar y no pensar... No pensar en mi madre, en Benjamín, en la escuela, en el voley... no pensar en ti. Pero no pude hacer lo último. Siempre apareces en mi mente, mis pensamientos siempre me llevan hacía ti.

- Siento que sea así...

- No, soy yo el que lo siente...

Las gotas de lluvia se mezclaban con las aguas del río, los insectos cantaban, un par de gotas más, se estrellaban en la copa del árbol creando una melodía que traía paz consigo.

Por primera vez, durante mucho tiempo, me sentí tranquilo, abrace mis rodillas contra mi pecho y me deje llevar por la melodía de la naturaleza, el olor a tierra mojada y la compañía de alguien a quien apreciaba.

Say I Love You. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora